Siete expresidentes de Costa Rica advirtieron al secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), António Guterres, de que los asesinatos ocurridos en Nicaragua durante los últimos tres meses podrían “desencadenar una nueva guerra civil”.
Así lo expresaron los exmandatarios en una carta enviada al líder de este organismo internacional, quien este lunes está reunido en nuestro país con el presidente Carlos Alvarado.
La misiva la firman Oscar Arias Sánchez, Rafael Angel Calderón Fournier, José María Figueres Olsen, Miguel Angel Rodríguez Echeverría, Abel Pacheco de la Espriella, Laura Chinchilla Miranda y Luis Guillermo Solís Rivera.
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“La continuación de la violencia en Nicaragua podría, muy bien, desencadenar una nueva guerra civil en esa nación con enorme sufrimiento para sus habitantes, con enorme perjuicio para el resto de Centroamérica y poniendo en grave riesgo la estabilidad y la paz de otros países de la región”, enfatiza la carta.
En la comunicación enviada a Guterres, los exmandatarios le solicitan emplear su investidura ,como sumo representante de la ONU, para propiciar un clima de paz en la región.
“Solicitamos su valiosa intervención para que Naciones Unidas, con la información de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y de la resolución del Consejo de Derechos Humanos de ONU, intervenga para promover una solución que restablezca, a la brevedad posible, la paz y la democracia en Nicaragua”, explica la carta.
El pasado 11 de julio, Guterres emitió un comunicado en el que dijo estar “estar profundamente preocupado” por la intensificación de la violencia en ese país y por el ataque contra miembros de la Iglesia católica.
Por esa razón –argumentaron los mandatarios– solicitaron al secretario general de la ONU su mediación.
“Usted mismo, señor Secretario General, hace cuatro días deploró la pérdida de vidas y los ataques a los mediadores de la Iglesia católica”, afirmaron.
Al menos 270 personas han fallecido en el país vecino durante las protestas, muchos de ellos estudiantes desarmados.
Desde el 18 de abril, una reforma al sistema de pensiones desató enfrentamientos entre el gobierno y manifestantes, quienes piden la salida del poder del presidente Daniel Ortega.
El papel de Costa Rica
En la carta, los expresidentes evocaron la crítica situación que vivió el istmo durante las décadas de 1970 y 1980, así como el papel que jugó nuestro país en la búsqueda de para para la región.
“Centroamérica vivió una terrible era de violencia, muerte y destrucción que provocó enormes sufrimientos humanos, grandes desplazamientos de población y el empobrecimiento de nuestros pueblos. Aunque Costa Rica no experimentó directamente los enfrentamientos armados, sí sufrió sus consecuencias y tuvo, como se sabe, un papel muy destacado en promover la democratización y la paz en el istmo”, continuaron los exgobernantes.
También, pusieron sobre la mesa las consecuencias que ya está empezando a ver nuestro país respecto a las peticiones de asilo por parte de nicaragüenses.
“Nuestros consulados en Nicaragua no dan abasto para atender los cientos de solicitudes diarias de visa. Costa Rica ya ha recibido más de 10.000 solicitudes de refugio, se ha registrado un considerable crecimiento en el flujo migratorio de hermanos nicaragüenses, mediante los recursos ordinarios o evadiendo el control migratorio institucional, en muchos casos, arriesgando su integridad física”, dijeron los exmandatarios.
“Estamos a la puerta de una nueva crisis humanitaria regional, y el pueblo de Nicaragua requiere de todos los esfuerzos para recuperar su estabilidad”, enfatizaron.
Comunicado de la discordia
El pronunciamiento del 11 de julio del secretario general de la ONU, António Guterres, desató una serie de críticas internacionales, pues en este instó “a todas las partes a respetar el papel de los mediadores y a abstenerse del uso de la violencia”.
Uno de los detractores fue José Miguel Vivanco, director de la organización internacional Human Rights Watch, quien catalogó de “floja” la posición del máximo líder del organismo internacional.
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“Sugiere en su comunicado (Guterres) que hay una especie de responsabilidad compartida respecto de los hechos de violencia que se están cometiendo en Nicaragua, y hace un llamado a las dos partes en conflicto, como si estuvieran en una posición de paridad entre las víctimas y sus victimarios”, comentó Vivanco la mañana de este lunes en una entrevista con La Nación.
“Me parece que no es objetivo. Lo objetivo sería señalar, como lo dice el Alto Comisionado de Derechos Humanos, una instancia de las mismas Naciones Unidas, que la abrumadora mayoría de los hechos atroces cometidos sistemática y deliberadamente, son de responsabilidad directa de Ortega (Daniel, el presidente) y su mujer, la vicepresidente de Nicaragua, Rosario Murillo”, continuó Vivanco.
El líder de Human Rights Watch condenó el “silencio” en el que ha permanecido el secretario de la ONU desde el viernes 13 de julio, cuando pisó suelo tico.
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Además, coincidió con los expresidentes costarricenses respecto a que es necesario prestar atención a la actual coyuntura del país es vecino.
“Lo que está ocurriendo en Nicaragua es algo que no veíamos en la región hace, por lo menos, 30 años, desde los tiempos de las guerras civiles de Centroamérica”, profundizó Vianco.
El periodista Andrés Oppenheimer también calificó de lamentable el pronunciamiento del secretario general de la ONU.
“… “vergonzosamente (Guterres) omitió decir que casi todas las muertes fueron causadas por el régimen del presidente Daniel Ortega”, expresó el periodista ”.
“Todas las principales organizaciones de derechos humanos coinciden en que la mayor parte de la violencia viene de un lado: la policía y los paramilitares de Ortega. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA) dice que ya van 264 muertos desde que se iniciaron las protestas el 18 de abril, mientras que la Asociación Pro Derechos Humanos de Nicaragua calcula la cifra de muertos en 309 personas, y miles de heridos”, afirmó el periodista.
Asimismo, Oppenheimer censuró al secretario general de la ONU por llamar a "todas las partes" al cese de la violencia, sin señalar al principal agresor.
“La hipocresía de la ONU es lamentable. Es hora de que el Secretario General de la ONU mire las evidencias, y presione a Ortega para que detenga la matanza en Nicaragua”, enfatizó el periodista.