Setenta años después de la fecha en que la Junta Fundadora de José Figueres Ferrer resolvió abolir el Ejército, una investigación de la Universidad de Costa Rica (UCR) calculó el impacto que tuvo dicho hito sobre la economía costarricense.
Luego de realizar cálculos y de revisar la historia latinoamericana de mediados del siglo XX, los economistas Alejandro Abarca y Suráyabi Ramírez concluyeron que la eliminación de las fuerzas armadas, en 1948, permitió aumentar el crecimiento de la economía y la inversión estatal en sectores estratégicos, a partir de los años 50.
Según el estudio, si dicha decisión no se hubiera tomado, el ingreso per cápita de los habitantes de Costa Rica para el año 2010 habría sido un 40% menor del que se registró en la realidad: en vez de $15.800 anuales (¢9,5 millones), el indicador habría llegado apenas a $9.342 (¢5,7 millones).
Con esos ingresos, la situación económica de Costa Rica en ese momento se habría asemejado mucho más a las de El Salvador y Guatemala.
La diferencia se debe a que, según los investigadores, de haber mantenido el ejército, se habría frenado el desarrollo del país.
“Antes de la abolición del Ejército, el PIB (producto interno bruto) per cápita creció a una tasa promedio de un 1,31% anual. Después de la abolición, esa tasa aumentó a un 2,28%. Es decir, este camino institucional que se mantuvo a lo largo del tiempo y que permitió que las reformas sobrevivieran 50 o 60 años, básicamente aumentó un punto adicional la tasa de crecimiento de PIB per cápita del país”, explicó Abarca.
Si el Ejército costarricense aún existiera, el crecimiento habría sido de un 1,42% anual, aseguró el académico.
Aumento en salud, educación, seguro social
Los economistas argumentaron que, tras la abolición, el gasto del Gobierno en salud pública pasó de menos de un 10% a aproximadamente un 30% entre 1950 y 1975. En educación, por otra parte, se creció de aproximadamente un 15% a un 30%.
Dicho salto se vio reflejado en el número de aulas: mientras que en 1949 había 884 escuelas, en 1960 aumentaron a 1.561 y, para 1974, ya eran 2.610.
Abarca y Ramírez dijeron que el impacto también se dejó ver en la cobertura del seguro social, porque en 1949 solo el 21% de la población económicamente activa estaba asegurada y, para 1978, la cifra había llegado a 66%.
El gasto en seguridad, por el contrario, decreció paulatinamente desde 1951, cuando se dejaron de requerir recursos para financiar a los militares. A inicios de la década anterior, representaban cerca de un 10% del gasto gubernamental, pero disminuyeron a menos de un 5% en 25 años.
“Estas reformas, estas políticas públicas se dieron en un contexto en el cual se dio esta estabilidad política y eso se puedo dar precisamente porque existía la paz, y porque no existía un ejército".
"No existían élites que estuvieran tratando de tomar el poder de otras maneras, eso es lo que cuenta la historia latinoamericana. Nuestro trabajo evidencia que comprometerse a la paz y la democracia genera frutos en el largo plazo, y eso es algo muy bonito”, concluyó Alejandro Abarca.
¿Cómo se explica el cambio?
De acuerdo con los investigadores, el cambio en el desarrollo económico del país después de 1948 fue radical.
“Antes del 50, Costa Rica estaba creciendo muy mal, tenía una de las tasas de crecimiento más bajas de toda Latinoamérica, pero después de la abolición, se mantuvo durante 60 años como la segunda economía con la tasa de crecimiento más alta”, señaló Abarca.
Añadieron que, en Costa Rica, no se manifestaron los episodios de violencia que sí afectaron a muchos de los otros países de Latinoamérica entre 1951 y 2010, específicamente: 97 intentos de golpes de Estado, 21 episodios de violencia internacional, 134 episodios de violencia política y 35 episodios de violencia étnica; sin contar las dictaduras.
Por el contrario, se propició la estabilidad necesaria para consolidar la seguridad social, las garantías laborales y aumentar la inversión en salud y educación.
La técnica utilizada
Los economistas del Observatorio del Desarrollo de la UCR explicaron que su investigación se basó en dos técnicas de investigación.
Una se llama estimados de control sintético, con la cual construyeron un escenario hipotético en el que Costa Rica mantiene su ejército. Lo hicieron a partir de información del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Oxford sobre variables económicas, comerciales, industriales y educativas de países latinoamericanos con características similares a Costa Rica, que aún tienen fuerzas armadas.
Dicha técnica la combinaron con un análisis de la historia de Costa Rica entre las décadas de 1940 y 1950.
‘Evidencia robusta’
“Hay evidencia robusta de que la abolición del Ejército realmente sí tuvo efectos en el largo plazo”, aseguró Abarca.
El estudio de Abarca y Ramírez se presentó en las instalaciones del Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica (Mideplán) este jueves, dos días antes de la conmemoración del 70 aniversario de la abolición del Ejército.
Ramírez señaló que la abolición del Ejército permitió que la segunda invasión armada al país desde Nicaragua y liderada por Rafael Ángel Calderón Guardia, en 1955, fuera resuelta por la vía diplomática, cuando el entonces presidente, José Figueres Ferrer, gestionó la intervención de la Organización de Estados Americanos (OEA).
“El intento de unificar un golpe armado fracasó, no porque no hubiera voluntad de hacer un golpe armado, sino porque no habían los medios y si hubiese habido un Ejército nacional, no hubiera habido necesidad de entrar por Nicaragua y no se hubiera podido solicitar ayuda a la OEA”.
“Esto es un momento que, a pesar de todas las reformas constitucionales y sociales que hizo el país, pues no había todavía una democracia consolidada, no había la confianza, entonces lo que protegió al gobierno y llevó a una eventual consolidación de las reformas que se hicieron es muy simple: fue la falta de un Ejército”, explicó Ramírez.
Los economistas sostienen que esa estabilidad, de la mano con el rol protagónico que asumió el Gobierno después de abolir el Ejército, fueron los factores que catapultaron el desarrollo costarricense.