La vicepresidenta Epsy Campbell renunció este martes al cargo de canciller, sembrando dudas sobre los polémicos nombramientos que la llevaron a tomar la decisión.
Campbell se presentó al plenario de la Asamblea Legislativa, a las 3:26 p. m., para comunicar su salida y anunciar que continuará como primera vicepresidenta en la administración de Carlos Alvarado en un área por definir, en la que estará encargada de darles seguimiento a ciertos temas.
Al justificar su renuncia, argumentó que quien quiera el “bien del país” debe entender que primero está la gobernabilidad. “Debemos volver a los temas reales, a los debates de fondo”, dijo ante los diputados.
Antes de ello, se refirió a los nombramientos que hizo junto con el presidente Carlos Alvarado en direcciones de la Cancillería, como si se tratara de puestos de confianza. Adujo que ella no conocía a las personas designadas antes de nombrarlas, pero se negó a decir quién se las recomendó.
De acuerdo con su relato, las designaciones se planearon desde antes del traspaso de poderes: “Muy claramente la asesoría jurídica le dio el marco jurídico al presidente electo sobre cuáles eran los puestos de confianza, don Carlos ha actuado con base en los criterios jurídicos”.
“Con esa asesoría, el presidente me pasó los puestos y se realizaron los nombramientos”, añadió.
Al preguntársele si las personas designadas eran de su confianza, respondió: “Las conocí, son personas que venían trabajando en el contexto de la política exterior del partido (PAC), no sé qué más decirle de cómo las conocí...”.
“Las conozco desde su trabajo desde la Cancillería, eso es cierto, no las conocía antes de su trabajo en la Cancillería, las conozco a partir de ese trabajo. No son personas que hayan trabajado conmigo en el pasado, si esa es la pregunta, o que hubiese tenido algún tipo de relación con ellas”.
Cuando se le repreguntó quién se las recomendó, entonces, se limitó a decir “muchísimas gracias” y a retirarse.
Al mediodía, también se le consultó al presidente Alvarado si fue él quien le recomendó a Campbell los nombres de Adriana Murillo Ruin y Carolina Fernández Álvarez para los puestos de directora y directora alterna de Política Exterior, a pesar de que incumplían con el requisito de tener el rango de embajadoras.
El mandatario respondió así: “Pues son personas que tenían atestados, son personas que quieren servir al país y eso es lo que hemos querido y, ahora, estamos en el proceso este de que, como hemos comprometido enmendar, en un contexto en el que mientras atendemos esto tenemos que resolver temas de otras índoles en la Cancillería, tenemos que fortalecer la Cancillería”.
El presidente se refirió al tema un día después de que se conociera que él firmó, el 9 julio, junto a Campbell, los acuerdos ejecutivos con los que se nombró a Murillo y a Fernández como directoras, alegando que se trataba de puestos de confianza, contrario a lo que concluyó la Procuraduría General de la República.
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La Procuraduría es del criterio de que los puestos de dirección de la Cancillería deben apegarse a los requisitos que establece el Estatuto del Servicio Exterior, según el cual solo pueden ser directores los diplomáticos de carrera que hayan alcanzado el rango de embajador. Estas diplomáticas no tenían ese nivel.
Ante ese criterio, la excanciller les pidió el puesto a las funcionarias nombradas por ella y a otros designados en gobiernos anteriores, para un total de diez, a fin de hacer nuevos concursos para llenar los cargos.
Campbell había nombrado a una tercera directora en noviembre y también fue cuestionada por haber colocado a una ahijada como asesora de despacho, la cual destituyó.
‘Me dieron un grupo de puestos que son de confianza’
Ante los diputados, la vicepresidenta dijo que las “designaciones son competencia exclusiva del Poder Ejecutivo”.
“Ningún ministro puede decidir por iniciativa propia cuáles son los puestos de confianza. Eso no existe. Estos nombramientos serían imposibles de realizarse sin el criterio de la asesoría jurídica y técnica de Casa Presidencial”, declaró.
“Nosotros hemos recibido los criterios técnicos antes del nombramiento; como en cualquier ministerio, se hace un análisis de los puestos de confianza de los que dispone cada ministerio (...). Me dieron, como a cualquier ministro, un grupo de puestos que son puestos de confianza, me dieron una hoja con los puestos de confianza de la Cancillería”, continuó.
Campbell dijo que trasladó “las propuestas de nombramiento” de Murillo y Fernández al Departamento de Recursos Humanos de la Cancillería y que este validó el cumplimiento de requisitos técnicos y legales de ellas.
Añadió que el mismo filtro aplicó la Dirección Jurídica de su ministerio y el Departamento de Leyes y Decretos de Casa Presidencial, además de la Asesoría Legal de Zapote.
“En ninguna de las etapas emití yo criterio jurídico ni técnico. Estos nombramientos no podrían realizarse sin criterio técnico de la Asesoría Legal de Casa Presidencial”, enfatizó.
“Debo rechazar tajantemente que yo impusiera criterio o costumbre”, sostuvo, aunque la Cancillería alegó, la semana pasada, que los cancilleres anteriores también habían nombrado direcciones como puestos de confianza, porque un criterio jurídico interno lo había validado y se había convertido en una costumbre.
Un criterio similar externó Casa Presidencial el lunes, cuando se le consultó por qué el presidente Alvarado firmó los nombramientos.
“Todas las veces he dicho la verdad. Nunca he dicho ninguna cosa falsa con respecto a los procedimientos establecidos”, alegó Campbell.
Según agregó, tomó la decisión de renunciar desde la semana pasada, pero la comunicó hoy porque quería dejar encaminados los concursos para nombrar a las direcciones de la Cancillería, conforme lo dijo la Procuraduría General de la República, con base en los requisitos que establece el Estatuto del Servicio Exterior.
“Desde la mañana, yo había conversado con el presidente, le hablé de los términos. Yo decidí separarme del puesto una vez que había tomado las decisiones que debía de tomar (...). Quería hacer el concurso", dijo.