El gobierno de Luis Guillermo Solís separó del equipo que elaboraba el Presupuesto Nacional del 2018 al funcionario que señaló el “pecado original” que abrió el hueco multimillonario que la administración de Carlos Alvarado salió a tapar con urgencia.
Se trata de Melvin Quirós, actual director de Crédito Público del Ministerio de Hacienda y, en aquella época, subdirector de esa dirección.
Ante la Comisión de Control de Ingreso y Gasto Público, Quirós declaró que él advirtió, el año pasado, que Hacienda estaba subestimando el monto requerido para pagar las amortizaciones de deuda pública, es decir, devolver a inversionistas el dinero prestado.
La observación le costó que lo apartaran del equipo técnico que elaboraba el Presupuesto del 2018, dijo bajo juramento.
Según reveló La Nación, el Ministerio de Hacienda subestimó, el año pasado, el presupuesto para cubrir la amortización de deuda de corto y largo plazo en 2018. Lo hizo confiado en que sortearía el pago de ¢300.000 millones mediante canjes de deuda que no se concretaron.
El canje consiste en cambiar a inversionistas títulos a punto de vencer por unos nuevos de largo plazo, con lo que se posterga la devolución inmediata del capital. Sin embargo, el gobierno anterior fracasó en ese objetivo.
“Es precisamente en la elaboración del presupuesto y en la decisión de reducir ¢300.000 millones el rubro de amortización, producto de la pretensión de realizar canjes por ese monto, es en donde en mi opinión radica el ‘pecado original’ que trae hoy a la discusión del presupuesto extraordinario y que deja a la nueva administración en una encrucijada por continuar honrando los pagos de deuda en tiempo y forma”, señaló Quirós, bajo juramento.
En parte, esta subestimación puso al país en riesgo de no poder pagar a los inversionistas; ante el faltante, Hacienda debió amortizar, sin aval del Congreso, ¢182.000 millones.
“No es usual que, en el presupuesto de servicio de la deuda, se consideren reducciones productos de los canjes de deuda, particularmente en apego al cumplimiento del principio de universalidad e integralidad del presupuesto. De esta forma, el dato cierto e íntegro al momento de la elaboración del presupuesto de amortización es el importe a pagar al vencimiento, sin deducciones de ninguna naturaleza”, señaló el director de Crédito Público.
“Este elemento y los supuestos de la elaboración del presupuesto del servicio de deuda fue lo que hizo que me retiraran de la participación técnica en la elaboración del presupuesto 2018, en agosto de 2017”, agregó el funcionario, quien en esta cartera desde 2003 y en esa dirección desde hace 10 años..
De acuerdo con Quirós, la segunda causa del hueco fue un colocación “extraordinaria” de deuda de corto plazo. Se refiere a ¢891.000 millones colocados durante el II semestre de 2017, cuyas obligaciones debían honrarse en el primer trimestre de este año, lo que aceleró el gasto del contenido presupuestario para la deuda, en los primeros meses del año.
Este hueco fue advertido por Quirós desde febrero de este año sus superiores, incluida la tesorera nacional, Marta Cubillo, quien para entonces era la viceministra de Egresos.
Helio Fallas, exministro de Hacienda y exvicepresidente de la República, también fue advertido de la situación, pese a haberlo negado frente a la comisión legislativa que lo recibió el pasado lunes.
Sin embargo, esa advertencia no tuvo eco ni en Cubillo ni en Fallas; tampoco la trasladaron a las nuevas autoridades.
En vez de informar al Congreso de la necesidad de incrementar la partida, en marzo de este año, el gobierno de Solís firmó un decreto para mover ¢413.000 millones de la partida para pagar títulos de largo plazo a la de corto plazo, dejándole un enorme hueco al gobierno actual en la primera.
Quirós sostiene que ni aun con la modificación presupuestaria se lograría tapar el hueco.
“Esto no es un tema muy difícil de explicar, el presupuesto aprobado de amortización de corto plazo para el 2018 era de ¢372.000 millones y solo en el II semestre de 2017 se colocó deuda con vencimiento de 2018 por ¢891.000 millones. Bueno, resten ¢372.000 millones menos ¢891.000 millones y se darán cuenta que ni con la modificación presupuestaria era suficiente para atender los faltantes presentados y todos estos datos eran observados desde el mes de enero de 2018”, explicó el director.
“Es claro que toda deuda que se coloca se debe pagar y si se coloca en el corto plazo, en un corto plazo se debe honrar, por lo que resulta difícil de imaginar que se creyera que esas colocaciones de fin de año no tendrían un impacto en el pago y en el presupuesto desde inicios de año. Eso sería el símil de usar la tarjeta de crédito y olvidar que, al mes siguiente, viene la fecha de corte y de pago”, concluyó.