Tres expresidentes de la República, del PUSC y del PLN, prestaron sus hombros para ayudar al gobierno de Carlos Alvarado a cargar su reforma fiscal por una ruta que esta semana se transformó en un verdadero viacrucis, cuando los diputados vaciaron las expectativas recaudatorias de Hacienda con varias mociones de fondo.
Laura Chinchilla (2010-2014), Miguel Ángel Rodríguez (1998-2002) y Rafael Ángel Calderón (1990-1994) grabaron mensajes en videos que la Presidencia de la República empezó a distribuir este lunes a través de sus perfiles en las principales redes sociales.
Lo hicieron en momentos en que el panorama legislativo luce complejo para la reforma tributaria, caballo de batalla de Zapote para evitar que el país caiga en una crisis económica por la carestía de dinero que sufre el Gobierno Central para enfrentar sus gastos.
Uno de los mensajes provino de la exmandataria Laura Chinchilla, quien promovió una reforma fiscal durante su mandato aunque el proyecto se cayó en la Sala IV, en el 2012, por vicios de procedimiento.
“Cuando la economía del país va mal, la economía de los hogares costarricenses también va mal. Por eso es tan importante que solucionemos el problema fiscal”, afirmó.
“Si no solucionamos el problema del déficit fiscal, de la deuda pública, los intereses van a incrementarse, en cuyo caso, aquello que pagamos por el préstamo de la casa, del carro, por el préstamo personal, nos va a salir más caro. Si no solucionamos el problema fiscal, las empresas no van a tener acceso al crédito, se va a generar más desempleo, También va a aumentar la inflación y eso quiere decir que va a aumentar el costo de la vida y eso quiere decir que lo que adquirimos con nuestros salarios no nos va a alcanzar como ahora”, subrayó, inmediatamente antes de pedirles a todos “un poquito de sacrificio” para que la economía nacional vaya mejor.
El exmandatario Miguel Ángel Rodríguez también conminó al país a apoyar a un Gobierno que, según Rodríguez, también debe socarse la faja.
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“(...) El ajuste tributario tiene que ser suficiente. El IVA, si se pone, debe cubrir todos los rubros. El cambio en el impuesto sobre la renta, para que sea global, es muy necesario. Y el Gobierno tiene que socarse la faja en transferencias (corrientes), en salarios, en empleos nuevos y dedicar los recursos a lo que en verdad necesitamos: infraestructura, seguridad ciudadana y calidad de la educación”, afirmó el exgobernante.
En tanto, el exgobernante Rafael Ángel Calderón manifestó: “Costarricenses: sé muy bien lo duro que es poner impuestos y lo difícil para el pueblo que es tener que pagar impuestos. Sin embargo, si no pasase la reforma fiscal, los daños serían mucho mayores y las consecuencias serían terribles”, advirtió Calderón.
Y repasó la lista de consecuencias que, según él, traería consigo el rechazo de la reforma fiscal tal y como lo planteó originalmente el Gobierno: “Aumentaría el desempleo, aumentaría la inflación, aumentaría el costo de la vida y, todavía, tendríamos la oportunidad de ver una gran devaluación de nuestra moneda, en perjuicio de todo el pueblo pero, especialmente, de los sectores populares".
Calderón tiene demandado al Estado por la condena por peculado que se le impuso por el caso Caja-Fischel.
La Presidencia acompañó esos mensajes recirculando el primer mensaje del mandatario, Carlos Alvarado, en la campaña de medios promocionando la reforma fiscal.
En ese mensaje, difundido hace una semana en cadena nacional de televisión, Alvarado le habla al costarricense número 5 millones, que nacerá, según los cálculos, a principios de setiembre entrante.
A ese futuro ciudadano, el mandatario le comenta que su gobierno está trabajando para ofrecerle todos los servicios y para procurarle todos los bienes que le garanticen una buena calidad de vida. Sin embargo, su mensaje estuvo lejos de advertir las graves consecuencias que los expresidentes sí manifestaron en sus videos, en caso de que fracase el plan fiscal.
La Nación consultó a la Oficina de Prensa de Zapote si a los mensajes de Chinchilla, Calderón y Rodríguez sumarán también los de Óscar Arias y Luis Guillermo Solís, no obstante, al cierre de esta nota no se había obtenido una respuesta al respecto.
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A partir del gobierno de Arias, el gasto público experimentó una escalada que se combinó con otros factores, como las dificultades de un repunte en la economía nacional.
El gobierno de Luis Guillermo Solís también aumentó el Presupuesto Nacional y evitó hablar de reforma fiscal al principio, Al final, sufrió problemas de liquidez y fracasó en el intento de aprobar un ajuste en las leyes tributarias.
Durante las últimas semanas, la gestión de Solís ha estado en la picota por el hueco de al menos ¢600.000 millones que dejó en el presupuesto del 2018 para pagar la deuda pública este año.
Por este caso, los diputados de la Comisión de Control de Ingreso y Gasto Público llamaron a comparecer al ministro de Hacienda de Solís, Helio Fallas, a la actual tesorera nacional, Marta Cubillo, quien ocupó el viceministerio de Egresos durante el gobierno pasado y al propio Solís, quien aún no tiene fecha para comparecer ante los legisladores para explicar la gestión tributaria durante su periodo.