La Procuraduría General de la República (PGR) confirmó este viernes que los puestos de direcciones en Cancillería no son de confianza y, por lo tanto, no pueden nombrarse a dedo. Este criterio es de acatamiento obligatorio porque fue gestionado por la propia canciller Epsy Campbell.
La PGR envió el criterio cuatro días después de que Campbell, aferrada a su puesto de Ministra, solicitó la separación de siete funcionarios de su despacho y a la vez pidió a la Procuraduría que aclare cómo deben realizarse las designaciones de 10 direcciones en esa institución.
Según la Procuraduría, los nombramientos en cancillería se rigen por el Estatuto de Servicio Exterior y no por el Servicio Civil, como argumentaba la dirección de Asuntos Jurídicos de este ministerio para sustentar los nombramientos en direcciones.
“Los puestos de Director de la Dirección General de Política Exterior, Dirección General de Servicio Exterior, Dirección de Cooperación Internacional, Dirección de Protocolo y Ceremonial del Estado y Culto, y el Instituto Manuel María Peralta, todos del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, no pueden ser catalogados como “de confianza”, en los términos del artículo 4, inciso g, del Estatuto de Servicio Civil, y, por tanto, no están excluidos régimen estatutario del Servicio Exterior”, resolvió la PGR.
El criterio de la PGR es similar al emitido el 23 de noviembre, a solicitud de la diputada liberacionista, Karine Niño. No obstante, este no tenía carácter vinculante.
Campbell nombró en julio a Adriana Murillo, como directora de Política Exterior, y a Carolina Fernández, como directora alterna de esa misma cartera. Luego, en noviembre, nombró a Adriana Solano, como directora de Cooperación Internacional.
Los tres nombramientos la cancillería los justificó como cargos de confianza.
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