Catherine Rivera McKinley, asesora de la canciller y vicepresidenta de la República, Epsy Campbell, renunció a su puesto de confianza en el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, este lunes.
La renuncia se da tras conocerse que el Ministerio Público investiga, desde julio, si existen irregularidades en los nombramientos que se han hecho en esta dependencia. A eso se suma que la Procuraduría de la Ética Pública activó una investigación de oficio, luego de conocer este nombramiento.
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Rivera fue reconocida por Campbell como su ahijada, aunque la ahora exfuncionaria niega que sea así en su carta de renuncia.
“Quiero aclarar enfáticamente que ni mi familia ni yo tenemos algún grado de parentesco, por consanguinidad o afinidad, con la señora Epsy Campbell Barr. Incluso debe aclararse que la señora Campbell no es mi madrina de bautizo, como consta en la Constancia de Sacramentos Recibidos, emitida por la Iglesia católica”, señaló.
La semana anterior, la canciller reconoció a los diputados que Rivera, también madrina de un nieto suyo, fue nombrada en este periodo en un puesto de confianza, pero que cumplía con la idoneidad del puesto.
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“Es asesora personal de despacho. Los ministros tienen asesores que escogen de manera directa. Y es relacionista internacional”, confirmó Campbell en una comparecencia en la Comisión de Ingreso y Gasto Público del Congreso, cuando fue llamada a responder por varios nombramientos, durante su administración.
En su carta de renuncia, difundida este lunes por el equipo de comunicación de la Cancillería, Rivera adujo razones racistas y machistas tras la campaña de desprestigio contra Campbell.
“Hoy, cuando distintos sectores del país no están conformes con que una mujer negra dirija las relaciones internacionales de este país, yo no voy a permitir que usen mi nombre mi experiencia y tampoco mis conocimientos, para que se enciendan las voces del odio, resentimiento y alevosía que pongan en peligro el logro de los objetivos superiores del proyecto”, indicó.
Acusó a algunos medios de comunicación de emprender una campaña de desprestigio en su contra.
En el documento, defendió la idoneidad que tiene para ejercer el cargo por su experiencia y formación como relacionista internacional; además, expresó que cumplió con la idoneidad que establece el Régimen de Confianza, requisito que se le aplicó “en todos sus extremos”.
Rivera además es hija de la expresidenta ejecutiva de Japdeva, Ann McKinley, amiga y asesora legislativa de la canciller durante su primera diputación, entre 2002 y 2006.