El Instituto Nacional de Seguros (INS) advirtió este viernes por la mañana que montadores y toreros improvisados carecen de una cobertura ante riesgos del trabajo.
Ante esta situación, es el organizador de la actividad el que debe adquirir un seguro básico de accidentes colectivos por persona y actividad.
Un seguro de ese tipo cubre muertes accidentales, incapacidad y gastos médicos; sin embargo, el monto para el afectado por cada hecho depende del paquete que adquiera el encargado, quien deberá calcular la cantidad personas que participarán en las 26 corridas de toros programadas para este fin y principio de año en Zapote.
Por ejemplo, si se paga ¢14.900 por persona y por corrida programada la cobertura es de ¢2,5 millones, en caso de cancelar ¢17.200 aumenta a ¢3 millones y, finalmente, con ¢22.300 la póliza es de ¢6 millones.
Los festejos en San José arrancarán el próximo 25 de diciembre y finalizarán el 6 de enero.
De acuerdo con el INS, el toreo improvisado no se cataloga como una actividad laboral y es por eso que no existe una cobertura por riesgos de trabajo.
“La actividad de los toreros improvisados no es catalogada como una actividad laboral y, por lo tanto, las lesiones que se generen con motivo de las corridas en un redondel no pueden ser cubiertas por el Seguro de Riesgos del Trabajo, no existe relación laboral entre el organizador y el torero”, señalaron.
El criterio aplica tanto para las fiestas de fin y principio de año, como para cualquier otra corrida que se realice en cualquier otro momento.
“El único seguro que ofrece el INS para amparar las lesiones o muerte de los toreros improvisados es la póliza Básica de Accidentes Colectiva”, explicó el Instituto en un comunicado.