La Navidad no se limita al mes de noviembre y mucho menos a diciembre, así lo demuestran varios ticos, a quienes les allegó el espíritu navideño con bastante antelación, y desde octubre comenzaron a colocar en sus viviendas, las luces y demás adornos tradicionales de la época.
Algunos decidieron iniciar antes, debido a las horas de trabajo que deben invertir para decorar, como es el caso de Grabiela Ávila, vecina de San Rafael de Alajuela quien con gran dedicación crea todos los años una villa navideña, o don Orlando Morales, quien a sus 86 años, se encarga de poner la iluminación en su hogar y de adornar el árbol de casi tres metros de altura, que se ubica en el garaje al frente de su vivienda, en Colima de Tibás.
Otros, deciden sacar el mayor provecho posible de esta festividad, principalmente por la ilusión que estas fechas y sus ornamentes, provocan en los más pequeños de la casa. Este es el caso de Katty Picado y Luis Ramírez, de Moravia, quienes ahora disfrutan de la Navidad, de una forma diferente, gracias a su hijo Sebastián de 2 años.
De manera similar ocurre para doña Nora Hernández y su esposo Edwin Hernández, quienes se sienten revitalizados al ver la sonrisa de su nieta Fabiola, de 3 años y 8 meses, cuando encienden las luces decorativas en su vivienda, también en Colima de Tibás.
A la fiebre navideña también se unió la Escuela de Guatuso ubicada en la comunidad que lleva ese nombre, en San Isidro de El Guarco, Cartago. El centro educativo decidió adornar desde ahora, para que los 144 niños y niñas que ahí estudian, tengan una celebración más larga.
La Nación contactó a estos entusiastas de la Navidad y aquí están sus historias.
Creadora de mundos mágicos
Grabiela Ávila empezó a vestir su hogar para la Navidad dos semanas antes que finalizara el mes de octubre. La principal pieza de decoración es una villa navideña de su propia creación, que se encuentra ubicada en la sala de la casa.
Sobre tres mesas de plástico, la creadora de este mundo fantástico diseñó un complejo relato, el cual cobra vida gracias a los pequeños detalles como las figuras de personajes, el uso de las luces y hasta los sonidos que emiten varias de las piezas móviles: un tren, una rueda de Chicago, un carrusel y hasta una pista de patinaje entre otros elementos.
El diseño de la villa comenzó en el mes de junio, en una hoja de papel, en la cual Ávila plasmó cada uno de los distintos ambientes, como un puerto con sus respectivos barcos, para tener claro los materiales que necesitaría para concretar su visión.
La pasión de Ávila por crear estos universos fantásticos empezó hace seis años cuando su esposo, Rodolfo Subiró, le regaló la primera villa. Desde entonces los diseños son cada vez más complejos y con más elementos; en un principio la construcción se hacía en el comedor de la casa, pero debido a su gran tamaño tuvieron que moverlo a la sala.
De esta forma la villa pasó de ocupar una sola mesa plástica al principio, a requerir dos el año anterior y para este 2018 no quedó más que colocar tres para sostener este universo fantástico.
“Yo creo que ya no vamos a poder crecer más, por lo menos en esta casa”, expresó Ávila, quien desde ya piensa en la villa de la próxima Navidad, la cual podría contener niveles para superar las limitaciones de espacio.
Para este proceso el planeamiento es clave, Ávila recomienda ahorrar y aprovechar los descuentos que sacan los negocios, como en el caso del Viernes Negro, para conseguir las piezas que se utilizarán en el 2019. Para la próxima edición una de las cosas que espera agregar es un pueblo del Polo Norte.
Las diferentes villas que ha hecho Ávila con el transcurrir de los años, incluían en un principio casitas pequeñas, cuyo costo oscilaba entre los ¢3.500 y los ¢4.500, luego comenzaron a adquirir diseños más grandes, que pueden rondar los ¢14.000. Ahora tienen la mirada fija en las piezas que vende la empresa Lemax, especializada en este tipo de productos.
¿Donde están los sillones, el comedor?, es una pregunta que escucha Ávila con frecuencia; lo cierto es que se han tenido que acomodar y hacer variaciones para hacer campo para otras decoraciones como el árbol de Navidad, el cual se encuentra en una esquina del cuarto principal, al pie de la cama de la pareja, "porque al fin y al cabo a mí es a la que me gusta la Navidad”.
‘La Navidad es lo más importante’
Orlando Morales cumplió este 31 de octubre los 86 años, y aún siente gran ilusión por la Navidad, la que considera como su época favorita del año.
“Está la Navidad primero que yo”, dice Nurian Esquivel, esposa del octagenario.
“En realidad sí”, agrega el hombre entre risas cómplices.
La importancia de la Navidad para don Orlando, tiene que ver con su gran fervor religioso, según explicó.
“Se festeja, según nosotros (muchos de quienes profesan la fe cristiana), el nacimiento de nuestro salvador y redentor, y para mí es en el único en el que creo”, dijo el hombre, quien empezó a decorar desde el mes de setiembre.
Morales reconoce que su edad juega ahora un factor determinante en el proceso de adornar la casa que comparte con su esposa de siete años, con quien contrajo nupcias luego de quedar viudo.
“Ya estoy más viejo y ya soy más viejo”, comentó sonriendo.
Don Orlando se encarga de colocar todas las luces de su casa y de adornar el árbol de Navidad, de casi tres metros de altura, que coloca en el garaje, en el frente de su casa, la cual dice que adquirió hace muchos años por tan solo ¢18.000.
Eso sí, no le gusta que nadie interfiera en sus decoraciones. Doña Nurian advierte que si alguien se atreve a mover alguno de los adornos, su esposo se encarga de ponerlo en el lugar en donde él lo había dispuesto desde el inicio.
Todavía le falta trabajo qué hacer para completar su visión, por ejemplo, colocar el pasito, pero para ello primero debe conseguir una nueva figura de la virgen María, ya que su gata Minina, consentida de la casa, quebró la pieza original que acompañaba el juego. Del interior de la vivienda se encarga doña Nurian, menos del área de la chimenea, esa también lleva el toque de don Orlando.
Celebración para los más pequeños
La Navidad en la casa de Katty Picado y su esposo Luis Ramírez, cuenta con un giro moderno en cuanto a los adornos navideños, ya que están inspirados en el famoso personaje creado en 1928 por Walt Disney y Ub Iwerks: Mickey Mouse.
El conocido ratón es uno de los personajes favoritos del hijo de dos años de la pareja, Sebastián, y por ello se encuentra presente en cada uno de los rincones de la casa, desde las luces, los adornos del árbol, hasta la corona que guinda en la puerta. Muchas de estas decoraciones fueron hechas a mano, gracias al ingenio y creatividad de estos esforzados padres, quienes cuidaron cada detalle para hacer esta Navidad, la mejor posible para su pequeño.
En el barrio donde viven Picado y Ramírez, la suya es la única que ya está completamente iluminada y adornada, lo que la hace más llamativa. El proceso inició el 29 de octubre, “más que todo por la ilusión de él (Sebastián), y adornar el árbol con él”, expresó la madre.
Hasta las luces asemejan la figura de la cabeza del famoso personaje animado.
Sebastián cuenta con su propio árbol de Navidad, el cuál está hecho de madera y está ubicado en una de las paredes del comedor, a su propia altura, para que pueda jugar a decorarlo.
La idea de colocar tan pronto los arreglos festivos, es para que el pequeño pueda disfrutar de la Navidad el mayor tiempo posible.
“Si lo ponemos la primera semana de diciembre, siento que él no va a disfrutar tanto”, señaló Picado.
El sentimiento es similar para Nora Hernández y su esposo Edwin, cuando observan la reacción que provoca en su nieta Fabiola, el ver las decoraciones navideñas que se encuentran distribuidas en los jardines exteriores de la casa. La pieza favorita de la niña, según indicó, es un San Nicolás que canta mientras que un reno baila y otro le hace coro, un cambio radical de la percepción que tenía hace un año de esta decoración, la cual le provocaba miedo.
Hace 31 años la familia se trasladó desde Cartago a la casa que habitan en la actualidad, llevando con ellos también la tradición de adornar la casa durante la Navidad y hacer un portal grande.
De acuerdo con Edwin, hijo menor de la pareja y quien comparte el mismo nombre con su padre, con el tiempo se les han unido otros vecinos en esta afición por llenar la casa con el espíritu de esta época festiva.
“Hace dos semanas empezamos a adornar. Empezamos antes para adornarlos por ahí del 15 de noviembre, pero este año por Fabiola estamos encendiéndolo antes”, dijo Hernández.
Las decoraciones son tan llamativas que las personas pasan frente a la vivienda, se detienen para tomar fotografías, ya sea que vayan a pie o en automóvil.
“Sobre todo chiquitos, viera cómo vienen, ya apenas sepan que está prendido, empiezan a pasar y las mamás los traen, me gusta mucho”, manifestó doña Nora.
Faltan detalles que finiquitar, como el árbol de Navidad, el cual estaba en proceso cuando La Nación los visitó. También, buscan otra figura grande para colocar en el jardín del frente para que cada uno de los rincones de la propiedad, cuente con un adorno alusivo a la celebración.
Por otro lado, en la Escuela de Guatuso, ubicada en San Isidro de El Guarco, Cartago, el personal decidió “iniciar con anticipación la decoración para que los chiquitos puedan disfrutar más del ambiente navideño", indicó Roxana Alvarado Gómez, directora del centro educativo.
“Si lo hacemos en diciembre solo sería una semana y tres días. Todos los años arreglamos de manera diferente siempre pensando en ellos y en la medida que se necesiten los materiales se van comprando, lamentablemente no contamos con mucho apoyo para donaciones, pero se ha logrado gracias a los esfuerzos del patronato escolar y la junta de educación”, agregó.
Según relató Alvarado, todos colaboraron para adornar: maestros, personal administrativo e incluso padres de familia.
“Tenemos el hábito de decorar los últimos días de octubre para el 1.° de noviembre hacer la inauguración del arbolito en horas de la noche en el Festival Navideño que realizamos. Desde siempre he tratado de mantener esta tradición para aprovechar el tiempo con los chiquitos y que se sienta ese espíritu navideño porque ya en diciembre no les alcanzaría el tiempo. Antes de salir a vacaciones se hace el rezo del Niño (costumbre católica). Cuando los niños ingresaron a la escuela y vieron la decoración se emocionaron mucho, se reflejaba en sus caritas la ilusión”, señaló.
Un aro de hula hula, carreta del 15 de setiembre y un aro de bicicleta, son algunos de los objetos que utilizaron en el centro educativo para crear parte de los adornos que recorren el edificio.
Colaboró la corresponsal Keyna Calderón.