La pandemia por Covid-19 evidenció las debilidades de los docentes en el uso de tecnologías y a la vez, la urgencia de capacitarlos.
En eso coincidieron, representantes del Colegio de Licenciados y Profesores en Letras, Filosofía, Ciencias y Artes (Colypro) y del Instituto de Desarrollo Profesional Uladislao Gámez Solano (IDPUGS), adscrito al Ministerio de Educación Pública (MEP).
“La pandemia ha evidenciado que tenemos una disparidad de habilidades digitales y principalmente muchas de ellas se explican por las brechas generacionales, creo que por ese lado debemos potenciar más la formación en el uso de los recursos digitales”. Mario Avendaño, Jefe del Departamento de Planes y Programas del IDP
Ambas entidades han tratado de implementar acciones para aliviar el desfase, sobre todo, con el reconocimiento de que los programas de estudios están desactualizados en la mayor parte de las universidades que imparten Educación.
Con la crisis sanitaria, el Colypro renovó su oferta de cursos y la manera de impartirlos, por lo que crearon Ulula, una plataforma digital para capacitaciones. Según el vocero, por mes se capacitan hasta 3.000 docentes.
La mayor parte de la formación está orientada al uso de tecnología, como el aprendizaje e implementación de las tecnologías de la información en las aulas, el uso de herramientas digitales en el área administrativa y la aplicación de las habilidades del siglo XXI como el pensamiento crítico, creatividad y alfabetización digital, expresó Fernando López, presidente de la Junta Directiva de Colypro.
Mejorar la enseñanza del idioma Inglés, también forma parte del compromiso que busca ofrecer Colypro a sus colegiados.
“Estamos en un convenio en una contratación que hicimos con la Universidad Técnica Nacional para brindar cursos de esta asignatura en aras de que los profesionales se logren certificar”. Fernando López, Colypro
En 2019 el Gobierno estableció como requisito de contratación docente, un nivel C1 en el dominio del idioma Inglés.
Por su parte, el IDP recibe hasta 52.000 docentes por año en sus cursos, que tienen 32 horas de duración y se imparten mediante videoconferencias de dos a tres horas.
Los docentes participan por convocatoria del MEP o por invitación masiva.
Según el Instituto, los educadores atienden el llamado aun cuando los cursos no son obligatorios y ya no se les reconocen para aumentarles el salario.
Actualmente mucha de la oferta de cursos está enfocada en la virtualidad, la pedagogía y nuevas metodologías de enseñanza como las guías de trabajo autónomo, utilización de programas computacionales como Microsoft 365 y aprovechamiento del correo electrónico.
Es mediante el Departamento de Seguimiento y Evaluación que se monitorea lo que los docentes aprenden en las capacitaciones y se verifica por medio de un instrumento de preguntas que consta de tres etapas, si se lleva a la práctica lo aprendido.
“En la primera etapa al concluir la capacitación se evalúa la satisfacción por parte de los participantes, en la segunda etapa a los tres meses de concluida la actividad, les preguntamos nuevamente si lo que aprendieron lo aplican para mejorar sus clases y les pedimos evidencia para comprobar al respecto y la tercera etapa de aplicación en las aulas le corresponde a los asesores en las Direcciones Regionales”. Carlos Méndez, Jefe del Departamento de Seguimiento y Evaluación del IDP
Según Méndez, en la última evaluación realizada el promedio de resultados fue de bueno hasta excelente, no obstante, cada Dirección Regional maneja los informes de las evaluaciones por lo que el IDP no puede brindar información al respecto ya que compromete los datos de los docentes calificados.
Labor insuficiente
Estas entidades reconocen que los cursos que ofrecen son insuficientes.
Alicia Fonseca, jefa de Investigación y Desarrollo del Instituto, comentó que en 2019 realizaron un diagnóstico para detectar las necesidades de capacitación y la oferta curricular a ofrecer, sin embargo, pese a que los diagnósticos se realizaban cada año, a partir de los resultados obtenidos en el 2019 decidieron renovarlo en 3 años.
“Esto significó un cambio completo en la metodología de cómo diagnosticar, pues detectamos que siempre hay un vacío entre el ideal de cómo deberían los docentes hacer una tarea y cómo la están haciendo, por lo que decidimos utilizar ese diagnóstico por tres años, pues consideramos que en tres años esos resultados no van a variar ya que las tareas de los docentes normalmente son siempre las mismas”. Alicia Fonseca, Jefa de Investigación y Desarrollo del IDP
Según la funcionaria esta decisión también se tomó porque el Instituto no cuenta con la capacidad de cerrar brechas en un año, ni tampoco posee los recursos económicos ni el personal necesario para cumplir con las necesidades docentes.
Dentro de los resultados que arrojó el diagnóstico destacan el desconocimiento de los docentes al realizar un planeamiento en habilidades, una evaluación y su mediación pedagógica.
Según Fernando López, presidente de Colypro, el colegio trabaja en establecer una prueba para la incorporación a esa organización, razón por la cual trabajan en un documento que evaluaría dos grandes áreas relacionadas.
De acuerdo con López, en este momento, la prueba de incorporación se encuentra bastante avanzada, sin embargo, se tuvo que poner en pausa porque es necesario reformar la Ley 4770 que regula al Colypro.
“La formación es integral e involucra la parte vocacional, un profesor mal formado un profesor sin vocación echa a perder a sus estudiantes”. Fernando López, Colypro