El próximo martes, 13 de noviembre, cuando Eduardo Li se presente ante la Corte del Distrito Este de Nueva York, a las 10:20 de la mañana, podría llevar las maletas listas pensando que, una vez terminada la audiencia, se irá adonde le plazca.
Ese hipotético escenario, aunque incierto, está dentro lo posible, ya que según los antecedentes con otros sentenciados en el FIFAGate, la condena al expresidente de la FEDEFUTBOL difícilmente supere un año de prisión y si se le descuenta el tiempo que estuvo encarcelado en Suiza y Nueva York (cerca de nueve meses y medio), podría quedar en libertad ese mismo día o tener pendiente muy poco tiempo en prisión.
Este análisis coincide con la pretensión de la defensa, que solicitó “libertad inmediata”, según Ken Besinger, uno de los periodistas norteamericanos que más seguimiento ha dado al FIFAGate. El reportero de BuzzFeedNews recuerda que Li hizo un trato de arrepentimiento y colaboración con la justicia norteamericana, a cambio de una pena favorable.
“Él será el primer colaborador sentenciado en el caso, ya que las cuatro personas sentenciadas hasta ahora o no han colaborado (Takkas y Trujillo) o fueron condenados por el jurado (Marín y Napout, no quisieron declararse culpables). Li, en cambio, colaboró y según tengo entendido, ayudó bastante”.
Se desconoce qué sentencia pedirá la Fiscalía, pero los abogados de Li defenderán que el tiempo en prisión “fue suficiente”, según Besinger. Consultado por La Nación al respecto, el abogado de Li en Costa Rica, Roger Guevara, prefirió no emitir criterio “por estrategia” de cara a la audiencia y “respeto” a la justicia norteamericana.
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Comparaciones
Con algunas variantes, el caso de Eduardo Li es muy parecido al de Héctor Trujillo, exsecretario general de la Federación de Fútbol de Guatemala, el primer sentenciado por este mega escándalo, a quien el 25 de octubre del 2017 la Jueza Pamela Chen —seguramente la misma que sentencie a Li— le impuso apenas ocho meses de prisión.
Trujillo estaba acusado, al igual que el tico, de aceptar comisiones de Media World, concesionaria de los derechos de televisión de la Selección de Guatemala para los mundiales del 2018 y 2022. Solo que lo suyo fue $175.000, mientras que a Li la misma empresa (en asocio con Traffic), le prometió $600.000, de los cuales llegó a recibir la mitad.
El expresidente de la Fedefútbol también aceptó, al declararse culpable en octubre del 2016, que del Mundial sub 17 femenino, que se efectuó en el país en el 2014, se apropió de $90.000 dados por la FIFA.
Asimismo confesó que aceptó un soborno de $500.000 de intermediarios de una empresa estadounidense que sería auspiciante de los nuevos uniformes de la selección de Costa Rica, y que finalmente recibió un pago de $230.000 por este contrato en 2014 y 2015. Por este último hecho, la Fedefútbol recibió una indemnización de MIMO Internacional por el monto de $500.000, empresa condenada por la justicia norteamericana.
Mientras el expresidente de la Fedefútbol aceptó tres de los 14 cargos iniciales imputados por la Fiscalía de Nueva York, Trujillo reconoció dos de los ocho que tenía en contra: conspiración para transferir dinero y transferencia ilegal de dólares, utilizando el sistema bancario de los Estados Unidos.
En el caso del tico, aceptó la culpabilidad por conspiración de crimen organizado, fraude electrónico y conspiración de fraude electrónico. Cuando le impongan la sentencia, seguramente tendrá que pagar una indemnización a la Justicia norteamericana, al igual que a Trujillo le impusieron el pago de $415.000.
En favor de Eduardo Li está el tiempo que pasó en prisión. Una vez recibida la sentencia, Trujillo tuvo que descontar siete meses en una cárcel de Miami, pues previamente solo había estado encarcelado un mes, ya que era un prófugo internacional hasta que, en diciembre del 2015 un crucero de Disney hizo una parada en Puerto Cañaveral, con su familia a bordo, y allí fue arrestado.
Después de un mes de cárcel, el guatemalteco pagó una fianza de $4 millones y aceptó los cargos. Esperó hasta el 25 de octubre del 2017 para escuchar la sentencia, y cumplió la pena carcelaria a partir del 20 de noviembre de ese año, quedando en libertad siete meses después.
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Otras condenas
Los demás antecedentes de otros dirigentes ligados a la corrupción futbolera también son alentadores para Eduardo Li.
El segundo sentenciado fue el inglés Costa Takkas, exdirigente de la Federación de Islas Caimán y brazo derecho de Jeffry Webb, el expresidente de la CONCACAF. El 1 de noviembre del 2017, la Corte Federal de Nueva York lo condenó a cumplir 15 meses de prisión, tras haberse declarado antes culpable de conspirar para blanquear $3 millones, sobre los cuales se impuso la obligación de devolverlos a la Unión Caribeña de Fútbol.
Otro aspecto interesante con Takkas es que se le abonaron los 10 meses que estuvo en prisión en Suiza, en donde fue arrestado en conjunto con Eduardo Li en mayo del 2015. La sentencia en su contra también estableció que, una vez cumplida, sería deportado de los Estados Unidos.
En el caso de Eduardo Li podría ocurrir lo mismo (la deportación), aunque el hecho de que tenga residencia en Miami y una empresa de logística funcionando en el Estado de la Florida, podría hacer que el criterio sea diferente.
Tomando en cuenta la magnitud del dinero movido por Takkas a través de los bancos de Estados Unidos y su ayuda a Webb en las negociaciones para recibir millones de dólares de sobornos, pagados desde ese país, es evidente que el cómputo de la pena para el tico podría ser menor, y similar o ligeramente superior a la del guatemalteco Trujillo.
Al igual que el chapín y el británico, lo que más favorece Li es haberse declarado culpable, aceptar algunos de los cargos y la restitución de los dineros embolsados. Las penas severas, impuestos por la justicia de Estados Unidos han recaído sobre dos de los únicos tres dirigentes que no aceptaron culpabilidad.
Juan Ángel Napout, expresidente de la Conmebol, y José María Marín, ex jerarca de la Confederación Brasileña de Futbol, decidieron enfrentar la Justicia en Nueva York. Y no les fue bien. En diciembre del 2017 fueron declarados culpables y en agosto pasado les dictaron sentencia. Nueve años para el primero y 4 para el segundo, aunque las resoluciones están apeladas.
Al primero lo encontraron culpable de embolsarse al menos $3,3 millones en sobornos de empresas televisivas, de un total de casi $25 millones prometidos por éstas. Además, cuando salga de la cárcel deberá estar dos años con libertad condicional y, si es deportado, no podrá regresar nunca más.
La Fiscalía pedía 20 años para Napout y Marin. En el caso de este último, su avanzada edad, 86 años, fueron tomados en cuenta para fijarle la pena. Fue multado además con $1.2 millones y le confiscaron $3.3 millones.
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Pena adelantada
Arrestado en un lujoso hotel de Suiza el 27 de mayo del 2015, permaneció encarcelado en ese país hasta el 18 de diciembre de ese año. Le faltaban nueve días para completar los 7 meses. En esa última fecha fue extraditado a Estados Unidos, luego de renunciar a una apelación contra la orden judicial para extraditarle.
Pasó 82 días encarcelado en Broklyn, antes de que se le concediera el arresto domiciliario en Nueva Jersey, donde estuvo otros 230 días, para luego pasar a un apartamento en Florida, donde primero portó un brazalete y actualmente solo está obligado a realizar reportes periódicos.
Cumplidos ya más de 9 meses en prisión, la posibilidad de que la condena sea menor a ese periodo es lo que alimenta la ilusión de Li. Incluso, si la pena es mayor, podría ser que le abonen en su beneficio uno o más meses por buen comportamiento mientras estuvo encerrado.
En una prisión federal “hay un descuento de la séptima parte de la setencia si el reo tiene un buen comportamiento en la carcel”, explica el periodista Ken Besinger. Es decir, un descuento de un mes por cada siete de condena.
Otro aspecto en favor del exdirigente, que no podrá volver al fútbol por una sanción de por vida impuesta por la FIFA, es que la máxima entidad de este deporte solo hizo un reclamo por $10.750, como restitución por pagos hechos en el ejercicio de sus cargos.
En el caso de Li, apenas iba a asumir su puesto de vie presidente de FIFA cuando fue detenido. Por eso el monto reclamado es ínfimo, a la par de otros dirigentes como Rafael Salguero, ex miembro del Comité Ejecutivo de la organización por mucho tiempo, de quien reclamó la suma de $5.3 millones.
Lo único pendiente que puede inquietar a Li es si le decomisan o congelan alguno de los bienes que tiene en Miami, entre ellos un apartamento y la empresa de logística, o si es objeto de deportación una vez cumplida la pena.
A la hora de declararse culpable, la Justicia de Estados Unidos le exigió y él aceptó, el pago de $668.000, por considerarlo provenientes del crimen organizado y que no serán reintegrados al finalizar la causa.
En Miami hay tres empresas ligadas a Eduardo Li que se dedican a la logística aduanera y al transporte. A & E Freight Logistics LLC , Freight Forwarding Network Corp, y Tropical Wind Cargo International, LLC. En las dos primeras aparecen como directores las ticas Arlyn Hidalgo y Mally Chaves, la exesposa de Li, quien en el pasado figuró también como director. En la última aparece en algunas páginas de internet como contacto de la compañía, aunque al parecer el ex dirigente del futbol se desligó de ella por una negociación que hizo con sus socios guatemaltecos y que incluyó varias de las empresas suyas en Costa Rica y Panamá.
A su favor
- Se declaró culpable y evitó así tener que recurrir a un juicio.
- Pactó con la justicia norteamericana para ayudar en la investigación.
- Ya pasó cerca de nueve meses en prisión, que serían aplicables a la sentencia.
- Por buen compartamiento recibiría un mes de descuento por cada siete en prisión.
- Dos caso similares al suyo han recibido penas de ocho y 15 meses de prisión.
Defensa de Li mantiene en secreto su estrategia
Róger Guevara, abogado de Eduardo Li en Costa Rica, considera que los meses que pasó el costarricense en prisión, en Suiza y EE. UU., serán tomados como parte de la sentencia. No obstante, se reserva cuáles serán las solicitudes de la defensa para la audiencia decisiva.
—¿Ya sabe qué sentencia pide la Fiscalía?
—Para eso es la audiencia. Permitirá que las partes expongan sus argumentos y puntos de vista en relación con el caso y después la jueza determinará lo que ella considere.
—¿Qué pasa con la fianza que dieron para la libertad condicional ($668.000)?
—La fianza garantizaba que don Eduardo se iba a someter al proceso y lo ha hecho. La jueza tendrá que decidir conforme corresponda. Eso es ordenar, y así consideramos, la devolución, porque la fianza era un tema de garantía de que Eduardo se iba a someter al proceso.
—A Trujillo lo sentenciaron con ocho meses de prisión y a Takkas con 15. ¿Qué expectativas tiene para Li?
—No le voy a adelantar lo que estamos esperando porque es parte de nuestra estrategia. También tenemos mucho respeto por la justicia estadounidense.
—¿Tiene esperanza de que ese mismo día quede libre?
—Ese mismo día se va a decidir lo que corresponda. Esperamos que ese día ya tengamos la determinación de la jueza.
—¿Podría afectar el caso de Mimo (empresa relacionada al cambio de indumentaria en la Selección), dado que la condena de esa empresa fue posterior a que Li se declarara culpable?
—Lo que tenga relación con el caso no le voy a comentar por respeto al sistema y al equipo legal que tenemos.
—¿Existe la posibilidad de que sea deportado de EE. UU.? En la condena a Takkas así se estipuló una vez que cumpliera la pena.
—No puedo comentar en relación con este tema.
—¿Existe el riesgo de nuevas sanciones económicas o decomiso de bienes, como ha ocurrido con otros imputados?
—No puedo comentar en relación con este tema.
—¿Hay posibilidades de que le contabilicen los meses que estuvo ya en prisión y algo más por buen comportamiento en la cárcel?
—Eso más que una posibilidad es un derecho que él tiene.
—¿El deseo de Eduardo Li es quedarse en Miami o regresar al país una vez que quede en libertad?
—No he conversado eso con él.