Desde que se retiró, Froylán Ledezma no había vuelto a poner un pie en la gramilla del Estadio Alejandro Morera.
Seis años después lo hizo de nuevo porque no le podía decir que no a Pablo Gabas en su partido de despedida.
El Cachorro intentó pasar desapercibido para no robarse el show ni restarle protagonismo al capitán. Sin embargo, no lo consiguió.
Los aficionados de la Liga se volvieron locos. Todos querían una fotografía con Froylán y él, que estaba desaparecido del mundo futbolístico desde hace tiempo, también disfrutó el momento.
No le dijo que no a nadie.
Inclusive, muchos creían que se iría a mitad del juego, pero en realidad, fue uno de los últimos hombres en salir del camerino, como en los viejos tiempos.
“Gabas me convenció, porque la verdad es que estoy retirado de todo el medio, yo dije que cuando me retiraba me iba y no volvía a esto del fútbol, porque es muy cansado y más ahora con las redes sociales que la gente habla, pero mi hermano Gabas me hizo venir hasta aquí”, mencionó Ledezma.
No se sabe dónde reside, tampoco a qué se dedica, pero ese estilo de vida sin ser mediático ni perseguido por la prensa le gusta, porque es algo que nunca tuvo durante su juventud.
“Vivo en un lugar donde tengo mucha paz, vivo solo, vivo tranquilo, nadie me habla de fútbol, eso es lo que yo había planeado toda mi vida, que me retiro y me alejo, porque de verdad que para uno es cansado”, relató en charla con La Nación.
La noche del martes, no sabía cómo lo recibiría la gente, pero esperaba no defraudar.
Cada vez que tocaba el balón, desde las gradas llovían los aplausos y como si estuvieran sincronizados, los aficionados se ponían de pie, porque generaba peligro desde la banda y por el centro.
No ha perdido la técnica ni la habilidad en esa zurda prodigiosa. Su talento es natural y no ha desaparecido, a pesar de que no juega con frecuencia.
“Desde que me retiré, hasta hace unos ocho meses volví a jugar porque una amistad me rogó y me rogó y me rogó que jugara. Lo hice y no por el fútbol, lo que pasa es que él era muy amigo de mis papás, desde hace 20 años, entonces por ahí me llegó, pero si no, no juego, se lo juro”.
Ahí le entró el gusanillo de nuevo y de vez en cuando, los domingos sale a mejenguear, “pero lo hago y me vuelvo a meter a mi búnker”.
¿Cómo le fue esa vez que volvió a jugar después de tanto tiempo?
“Lo que bien se aprende, nunca se olvida”, contestó el Cachorro.
Y este miércoles, en el partido de despedida del último ídolo de Alajuelense lo demostró, al incluso convertir uno de los goles del equipo de los amigos de Gabas.
“Yo necesitaba que me dieran la bola al pie, ya voy para 41 años, por Dios… Ya no es igual, pero sí lo disfruté mucho”, apuntó.
Al consultársele cómo es la vida fuera del fútbol, de forma inmediata respondió: “Superrelax, tengo paz, me levanto, a veces veo los partidos, algunos, otros no y también veo uno que otro programa, con el de Alonso (Solís), Athim (Rooper) y Andrey (Campos). Ellos me habían invitado, pero yo les dije que no iría al programa, que quiero paz, tranquilidad, pero les mando un saludo a los muchachos”.
Cuenta que ahora vive el fútbol de una manera en la que realmente lo disfruta, aunque tampoco es que lo sigue tanto.
“Ahora soy un aficionado más y entre menos hablo de fútbol más tranquilo me siento, yo la verdad que admiro a los que siguen en el fútbol, porque ahora todo el mundo opina y se pasan, entonces no estoy de acuerdo con eso, pero así es el fútbol y espero que le vaya bien a todos”.
Ledezma dice que el balompié le dejó grandes amistades, como la que tiene con Pablo Gabas.
“Después de ahí buenos momentos, malos momentos, pero fue más positivo que negativo la verdad. Yo disfruté del fútbol, no el fútbol disfrutó de mí, entonces yo lo veo como un punto más positivo que negativo”.
Recordó que lo que más lo incomodaba y de lo que ya estaba cansado era de su relación con la prensa.
“El temita con los periodistas en aquel entonces era difícil. Lo que pasa es que yo me voy para Holanda y me enseñan que uno da una entrevista para todos los medios y nadie más lo molesta, que eran unos cinco minutos por día o por semana y listo, pero aquí están acostumbrados a ir a su casa, a llamar a su papá, a todo el mundo, cosa que yo me regreso, yo trato de cambiar eso y todo el mundo se enoja”, citó.
Y agregó: “La verdad que yo los entiendo, pero ahora son un poco más profesionales, todo ha ido cambiando, todos tenemos que entendernos, porque hay una línea entre el futbolista y la persona y su tiempo libre es otra cosa y nadie tiene derecho de meterse en su tiempo libre, por más que digan que uno es figura pública. Todos merecemos respeto, eso ya quedó en el pasado y ahora los quiero a todos los periodistas (ríe)”.
Así que a él no le extraña que Keylor Navas, al ser el arquero del Real Madrid, se muestre esquivo con la prensa cada vez que pone en pie en Costa Rica.
“Eso se maneja así desde hace 20 años que yo me fui para Holanda, entonces qué ha pasado, que algunos no quieren cambiar. Desgraciadamente es así, ahora en el Mundial se vio, era conferencia de prensa y chao. También es culpa de los futbolistas y los clubes porque dejan ese portillo abierto y se confunde lo profesional con la amistad”.
Ledezma pone como ejemplo que si sucede un problema con el futbolista el tema debe manejarse con él y no con toda su familia.
“Van y le preguntan a la mamá y al papá y los familiares que no tienen nada que ver, entonces yo creo que hay que tener un poco de cuidado. Yo espero que eso cambie para el bien del fútbol”.
Aunque era el señalado como el indisciplinado, Froylán cuenta que hay una parte de su historia que pocos conocen o de la que nunca nadie habló.
“Gabas me llegaba a pedir consejos a mí. Tal vez la gente me ve como el rebelde, pero yo siempre protegí al futbolista y por eso es que algunos directivos no me querían, porque yo siempre fui pro futbolista y entonces la gran mayoría de jugadores me tienen un gran aprecio, porque saben que yo me comí un montón de broncas que no eran mías por defender a los compañeros”, afirmó.
Pero como eso pasaba adentro del camerino, es que la gran parte de los jugadores con los que compartió en el camerino le guardan aprecio.
“Con Gabitas siempre llegábamos y hablábamos. Yo siempre he dicho que la gente puede hablar lo que quiera, estamos en Costa Rica y aquí todo el mundo puede opinar y hay un poco de injusticias porque los periodistas opinan lo que quieran. En el momento se quejaban de que yo no hablaba, no había balanza, pero eso ya quedó en el pasado, ahora tengo una paz muy linda que nadie me la va a quitar y entonces es para que la gente sepa un poco de lo que pasaba”.
Ese tema surgió porque durante esta charla, Gabas lo puso sobre el tapete y el propio Froylán hizo hincapié en eso.
“Si Pablo no lo toca, a mí ni fu ni fa, pero yo siempre fui pro futbolista. Es más, por eso no fui a un Mundial, yo sé, porque en aquel entonces, el que era presidente dijo que llevaban a cualquiera menos a Froylán, y yo sé que eso pasó. Ya no importa, pero eso fue por defender al grupo. No todos jalamos igual y yo me di cuenta de que había algunos que se dieron cuenta de la situación y no hicieron nada y no todos somos iguales”.
Al hablar del presente, Ledezma confesó que no se pierde ningún partido de Alajuelense.
“Siempre veo a la Liga, siempre la sigo. No me pierdo los partidos y le digo una cosa, hasta ahora vemos como tiene que jugar la Liga, con tres delanteros. La Liga nunca tiene que ir atrás, porque nosotros siempre jugábamos con tres delanteros y así íbamos, con el plan de atacar, atacar y atacar”.
Para él, los problemas de los rojinegros vinieron desde el momento en el que empezaron a cambiar el sistema.
“Yo espero que le vaya bien a (Luis Diego) Arnáez y que los directivos tengan la paciencia y que no tengan miedo, porque no todo siempre va a ir bien. En ese momento es cuando tiene que haber más tranquilidad y aguantar y darle el soporte al técnico. No caer en eso de que por dos o tres comentarios que haga un aficionado lo quitan. Me gustan los tres delanteros y ojalá que sigan así”.
Además, indicó que no es algo que le sorprenda, porque él conoce muy bien al Flaco.
“Arnáez siempre fue ofensivo, aunque cuando jugaba era contención, pero siempre le gustó ser ofensivo y espero que siga así”.
Cuando el tico argentino anunció que se retiraba, dijo que nunca sería entrenador porque sabe cómo se maneja el fútbol y que seguramente al tercer partido ya alguien estaría pensando en el “fuera Gabas”.
Y si él no quiere ser técnico, Ledezma mucho menos.
“Jamás, aparte de que solo los que estuvieron conmigo ahí saben que cuando yo jugaba y como entrenaba, ordenaba, entonces no tengo la paciencia. Uno puede llegar en un mal día, enfermo o lo que sea, pero las ganas siempre tienen que estar, correr, meter y meter. Tal vez las cosas no te salen futbolísticamente, pero las ganas deben estar”.
Del camerino, más de alguna vez salió molesto con sus compañeros, no por el resultado, sino por cómo pasaban las cosas.
“A veces llegaba y veía a unos y yo me enojaba porque ellos tenían 20 y yo ya con 30 y en ese plan, entonces jamás, por la gente y lo que digan no, porque la presión es lo lindo. Es por mi poca paciencia. Que no pongan huevos me enojaba, porque no todos tenemos el mismo talento. Las ganas tenemos que tenerlas todos y si no salen las cosas está bien, pero si es porque no le ponen, no”, acotó Ledezma.
El Cachorro no estuvo en la despedida de Wílmer López, ni en el juego de homenaje de Jozef Miso.
Y no es porque no lo invitaran, sino porque no quería volver a relacionarse con el fútbol.
Solo que a Pablo Gabas no le podía decir que no.
“Volví al Morera y también me emocioné. Yo tengo un corazón muy grande, el sentimiento siempre está, pero es el día de Gabas y ojalá que la gente haya disfrutado a como disfrutamos nosotros en la cancha”.
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Pablo Gabas: ‘Cachorro tiene un corazón gigante y yo sé por qué lo digo’
La amistad de Pablo Gabas y Froylán Ledezma se construyó en el fútbol, pero se fortaleció en episodios fuera de la gramilla.
“Cuando falleció mi mamá, él fue el primero que me llamó y eso para mí fue impagable, jugamos mucho tiempo juntos, pero hay una parte emocional que también nos une y él hizo lo posible para venir, me pone muy contento que viniera”, subrayó Gabas.
Mencionó que a pesar de que el Cachorro siempre fue muy esquivo con los medios de comunicación, hay muchas cosas de él que nunca trascendieron.
“Cachorro tiene un corazón gigante y yo sé por qué lo digo”, citó.
Para él, Ledezma es un biotipo de jugador que está en extinción y que el perfil más similar al de él es Joel Campbell.
“Si uno los compara, muscularmente Froylán está por encima. Si alguien nunca lo vio, era un tipo más tirado sobre la banda, con una potencia y una contextura física mil más de lo que es Joel, imparable. El negro es imparable y voy a ver si lo ficho para que juegue con los veteranos, con Cristian Oviedo, con Pablo Izaguirre y ahora conmigo”, apuntó entre risas.
Añadió que para él es un honor que Ledezma acudiera al llamado, aunque no le resultó sencillo, pero tampoco le tuvo que rogar mucho.
“Sabía que era la figurita que me iba a costar más que viniera. Es una figurita que así a como se ve hoy ha sido siempre, un tipo relajado, es difícil encontrarlo. Quería que estuviera por él y porque la gente lo quería ver. Además, por ahí hay muchos niños que no vieron jugar al Cachorro y está bueno para que les cuenten quién fue, de los delanteros que ha tenido la Liga en toda su historia, ha sido uno de los que está en el top 3 de los mejores”, dijo Gabas.
Por lo mostrado en la cancha, el capitán que se despidió este 25 de julio lo analizó: “No tiene la habilidad que tenía a los 22 o 23 años, pero la zurda está intacta”.
Ellos se conocieron en Alajuelense y hay una curiosidad. La segunda vez que viene Ledezma llega a la Liga es en la época de 2004, porque los refuerzos que pidió Jorge Mario Olguín fueron el Cachorro y Gabas.
“Ganamos la Concacaf de 2004 y luego él se va. Anduvo por Austria, Alemania y vuelve. Ya yo estaba de capitán y lo trae Raúl Pinto que era como el papá de él, junto a Henry Zamora. El negro tuvo un problema de una hernia y forzado tuvo que dar un paso por el tema de que ya le estaba molestando mucho, eso fue con Óscar Ramírez. Estaba el tema de la sintética y le empezó a causar mucho dolor”, relató.