Jaikel Medina llegó al Saprissa en el 2015. No tuvo presentación con bombos ni platillos. Su primer encuentro con los medios de comunicación fue en el parqueo del estadio, no en la sala de prensa.
El jugador es de pocas palabras, voz baja y suele cruzar los brazos cuando conversa. El defensor firmó con el Monstruo, pero se marchó a préstamo a Liberia, club que lo terminaría de pulir para iniciar su aventura morada, una que él no se imaginó.
Ya tiene cinco torneos en el equipo, siendo el Apertura 2018 en el que más exposición ha tenido, no solo mediática en firma de autógrafos, sino en el campo, pues nunca había jugado tanto como ahora.
Medina ha estado en 20 partidos con la casaca de la S en el terreno de juego, pero para llegar a la regularidad que tiene hoy, debió recorrer un camino que no fue fácil. Siempre estuvo en la sombra.
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Por ejemplo, se marcharon Adolfo Machado, Roy Miller, Julio Cascante y Francisco Calvo. Los cuatro centrales dejaron un hueco difícil de llenar.
Con lupa se analizó la presentación de los centrales que estuvieron, como el brasileño Henrique Moura, pero la sombra de todos los anteriores siempre estuvo latente.
Cuando la crítica de la afición y prensa se centró en la zaga, siempre se recordó el pundonor del panameño, la experiencia de Miller, el juego aéreo de Cascante y la versatilidad de Calvo.
Medina recibió críticas al no llenar las expectativas de la zona defensiva, una que siempre ha estado reforzada de verdaderos corajudos, hasta que le tocó levantar la mano.
Antes del Apertura, siempre fue un comodín en el medio campo para cerrar un partido o en la zaga central cuando había un lesionado o sancionado. Eso cambió.
Con la lesión de Alexander Robinson, el limonense debió tomar su campo junto al argentino Alejandro Cabral.
Ellos dos, junto a Yostin Salinas y Luis José Hernández, hicieron la defensa menos vencida del campeonato. El Monstruo encajó 20 goles en 24 partidos.
“Todo es trabajo, no hay que darse por vencido, mis papás me enseñaron que cuando se es constante siempre se sale adelante”. Esa es la mentalidad de Medina.
Para el central todo se basa en una meta planteada una vez que partieron los pesos pesados de la zaga.
“Nos pusimos objetivos: ser los menos vencidos en los torneos y lo hemos ido logrando. Sabíamos que debíamos trabajar duro para eso. Los que se han ido fueron muy importantes para la institución, pero hay que pensar en el trabajo que teníamos que hacer nosotros”, concluyó.
Medina tiene dos títulos con los saprissistas y espera cerrar este año con su tercer galardón de campeón nacional.