Abombó la red y su festejo lo dijo todo. Saltó, movió sus puños, corrió por toda la banda hasta abrazarse con el cuerpo técnico y jugadores. Fue un desahogo. Al final Jairo Arrieta se fue a la casa con un doblete luego de tres partidos en los que el gol le pasó de largo.
Había desperdiciado acciones claras para celebrar. El portero Marco Madrigal le había tapado un penal y había estrellado un disparo en el poste en el empate ante San Carlos (3-3).
En el segundo tiempo ya la cosa cambió: Sus dos remates directos terminaron con su primer doblete desde su regreso al equipo de sus amores.
“Me libero, porque venía de varios partidos en que no anotaba. Así somos los delanteros; a veces se cierra el marco, pero cuando se abre, vienen seguidos. Uno es consciente de eso y espero que los goles vengan seguidos para beneficio del grupo”, comentó Arrieta tras el encuentro.
El artillero afirmó que antes de cobrar el penal sintió el respaldo de sus compañeros, pues se le acercó Christian Bolaños y Michael Barrantes. Por eso tomó la pelota, pero al final no pudo concretar.
"El respaldo desde que volví ha sido muy bueno. Mariano sabía que uno como delantero necesita meter goles y los capitanes me dieron la oportunidad de tirar el penal pero lo más importante es el respaldo que ellos me dan. Agradecerles por ese bonito gesto que tuvieron conmigo", indicó Arrieta.
Luego de su paso por el Herediano en este mismo torneo, Arrieta sentenció que nunca ha ocultado el color de sus amores.
"Nunca negué que siempre he sido saprissista desde niño y siempre he dado lo mejor por esta camiseta. Creo que el volver y estar en esta institución nuevamente es una bendición. Volver al gol con el Saprissa con esta camiseta me llena de orgullo y satisfacción", agregó.
Arrieta cerró sus declaraciones con un claro mensaje: "uno se desespera, pero siempre he confiado en Dios, en el trabajo que yo hago".
Al final, sus dos tantos colaboraron para que el Monstruo continúe en la férrea lucha por el liderato del Torneo de Apertura.