La brasa I
Con el Mundial aún fresco, Matías Almeyda sonaba en programas de ESPN —casi al punto de campaña publicitaria—, como candidato a dirigir a México o Argentina, pero no a Costa Rica. Entonces, otro nombre parecía encaminado a revivir el debate entre dirigentes, seleccionados, periodistas y aficionados: Jorge Luis Pinto. Propuesto por el asambleísta Juan Carlos Román —integrante del grupo opositor a Rodolfo Villalobos—, el potencial regreso del colombiano podía convertirse en tema peliagudo para algunos: ¿Se atrevería Villalobos a reconocer públicamente que no le hace mucha gracia? ¿Apostaría por ser franco a costa de echarse a medio país encima?¿Intentaría el bando opositor llevar agua a sus molinos? Entre interrogantes, apareció Erick Lonis encabezando la Comisión Técnica, en una jugada de Rodolfo Villalobos y su gente que, según se mire, es inteligente o cobarde. Inteligente, al dejarse asesorar; cobarde, al pasarle la brasa a otros. En todo caso, como en sus mejores tiempos bajo el marco, el exguardameta salió al achique.
‘Reunión’ telefónica
Abierto el proceso para recolectar currículos, pronto apareció Matías Almeyda. La conversación se dio vía conferencia teléfonica entre el técnico, su agente y los representantes de la Fedefútbol. La llamada, recibida en la casa de Erick Lonis, en Poacito de Alajuela, alcanzó para hablar de todo un poco, sin entrar en detalles económicos. No tardó mucho en filtrarse la noticia sobre el acercamiento y aunque fue en México donde la dieron a conocer, el propio timonel pronto nos la confirmó de su boca. Tras confesarse contento, ilusionado y agradecido, insinuó estar al alcance del presupuesto tico: “El dinero es lo último que yo tomo en cuenta a la hora de elegir un proyecto”, aseguró en entrevista con La Nación.
La brasa II
Si el dinero es lo de menos, hablemos de dinero —le dijo la Fedefútbol al técnico, una vez publicadas por aquí y por allá sus declaraciones—. Para espanto de algunos, la oferta superó los $2 millones por año, cifra que le paró el pelo a una Fedefútbol que pagaba menos de $400.000 al año en salarios a Óscar Ramírez y que esperaba un monto al menos negociable de parte del técnico que aseguró: “No pienso en el dinero, sino en el entusiasmo de poder progresar como entrenador”. Sorpresa y desilusión aparte, causó molestia en la Fedefútbol que a Almeyda le faltará “discresión” ante la prensa al hablar del acercacmiento. No lo digo yo; lo dijo Lonis en conferencia. De nuevo, aunque la molestia era grande entre algunos federativos y el propio Villalobos andaba de pocas pulgas con el argentino, fue el exguardameta quien puso el pecho a la brasa.
La rebaja de Almeyda
Hace mes y medio la intención era contar con técnico definitivo para los fogueos de setiembre (búsquese la conferencia de prensa en la que Rodolfo Villalobos anuncia la salida del Macho Ramírez, el 4 de julio). Hace un mes la intención era evadir "la presión de elegir un técnico rápidamente para un proceso de cuatro años por un partido de setiembre” (búsquese la conferencia del 17 de julio, esta vez con Lonis, de nuevo salvando al achique). Hace tres semanas se anunció el interinato de Rónald González para los citados partidos en Corea y Japón (el 7 y 11 de setiembre). Hace unos días, una fuente bien informada de la Fedefútbol me aseguró que no hay ninguna prisa. Con cada mes que pasa, sin saber cómo y cuándo se jugará la eliminatoria, la Comisión Técnica tiene más oportunidad de analizar currículos, la Fedefútbol se ahorra un alto salario y algunos técnicos van ajustando sus pretensiones: Almeyda lanzó una segunda oferta de $1,7 millones al año. Muchas gracias.
No conozco a Lonis
—¿Es cierto que alguna gente lo ve a usted como candidato a la presidencia de la Fedefútbol? —le pregunté uno de estos días a Erick Lonis, con aquel rumor recién escuchado—. Él devolvió la pregunta con otra: ¿Cuánto tiene usted de trabajar en La Nación? Una vez que le respondí, sin entender a cuento de qué venía aquello, el guardameta lo aclaró: “Antonio, tiene 23 años en el Grupo Nación y todavía no me conoce. Yo no soy político. Yo no sirvo para eso. Ahorita solo quiero continuar con el trabajo que estamos haciendo en la comisión". No sé usted, estimado lector, pero a mí no me extrañaría que alguien piense como candidato a un hombre que siempre terminó con el gafete de capitán en el antebrazo, dando la cara por los jugadores o ahora por la Fedefútbol. “A usted lo conozco —le dije medio en broma, medio en serio— pero al parecer usted no conoce a los que lo rodean en la Federación”.
p. d. Un año es mucho tiempo de aquí a la elección de presidente en la Federación. De momento, dos bandos claramente identificados se disputan el nombramiento del próximo fiscal. Pero eso dejémoslo para otro día.
La brasa III
A Lonis le toca esta vez encarar un remate a quemarropa de quien alguna vez fue su amigo (corrijo: de quien parecía su amigo). Lo tiene más claro Jeaustin Campos, quien categóricamente aseguró que no fue, no es, ni será amigo de Lonis. Le creemos si de inmediato pasa a ventilar en televisión lo que llamó amenazas, insultos y humillaciones de parte del exguardameta, excompañero, esposo de la hermana gemela de su exesposa. Sigo sin entender cómo, cuándo y con qué pretexto, la respuesta a un tema de fútbol (las supuestas posibilidades de llegar a la Federación) pasaba por ventilar un conflicto familiar.
LEA MÁS: Erick Lonis admite audio en el que encara a Jeaustin Campos por supuesto caso de violencia doméstica
Volvamos al fútbol
¿Y si Jeaustin Campos se considera con pocas posibilidades de ser nombrado en una gerencia de la Fedefútbol y eso lo atribuye al conflicto con Erick Lonis y no a recientes y truncados proyectos profesionales como su paso por Cartaginés o el Blooming de Bolivia? Ahí sí lograría medio entender por qué las revelaciones sobre un tema familiar cuando en Zona Técnica le preguntaron “qué acercamiento ha tenido con la Fedefútbol”. Aunque Campos aseguró en Zona Técnica no haber enviado su currículo, interpreto al escuchar el mensaje de WhatsApp de Lonis que por lo menos una vez comentó con su “no amigo” el interés de llegar al Proyecto Gol. ¿Si no, por qué iba Lonis a decirle: “Usted cree que es tan fácil meterlo después de que demandaste a Cartago y quedaste mal con Pérez”?
Posdata I
Tampoco entiendo a quienes en redes sociales piden la salida de Lonis de la Fedefútbol a raiz del conflicto con Campos. A ver... Volvamos al inicio. Su aparición, en sociedad con los integrantes de la nueva comisión técnica, parece una medida muy inteligente o cobarde de Rodolfo Villalobos y compañía. Si es inteligente, está dando resultados: la comisión tiene gente de fútbol, tomando decisiones de fútbol. Si es cobarde, también: Lonis no ha esquivado brasas que otros evitan.
Posdata II
Después de escrita esta columna, escuché un audio en el que Lonis se mete un autogol. No tendrá más remedio que ir al fondo de los cordeles a recoger sus palabras, esas en las que admite haber hecho intentos de llevar a Jeaustin Campos a la Fedefútbol tan solo por hacerle un favor a la familia y no por sus conocimientos. Sospecho que la ira le jugó una mala pasada al exguardameta. Como integrante de una comisión que analiza currículos y goza de plena confianza de sus jefes, es un grueso error intentar abrirle espacio a alguien (o cerrárselo) por razones personales. Autogol de por medio, sigo creyendo que no es razón para prescindir de una pieza capaz, con estudios académicos, conocedor de fútbol y con deseos de ayudar a nuestro balompié. A Lonis lo vi recibir goles malísimos, pero fueron más los paradones.