Johan Bonilla tiene 22 años, fue formado en las divisiones menores del Saprissa, además jugó con Belén, entre otros clubes. Hace un año estuvo en el fútbol de Nicaragua y ahora decidió regresar al balompié pinolero; no se dejó intimidar por la situación convulsa que vive el vecino país y aceptó el reto de reforzar al Wálter Ferreti.
Bonilla firmó por un año con el Ferreti, club que precisamente se ha visto envuelto en la polémica en Nicaragua debido a que pertenece a la Policía Nacional, entidad cuestionada por su proceder en los enfrentamientos entre paramilitares y civiles, en medio de las protestas contra el presidente Daniel Ortega.
El volante nacional había pertenecido hace un año al Diriangén, equipo con el que conoció por primera vez el balompié nicaragüense.
Johan confiesa que vivió momentos de incertidumbre al aceptar la oferta, sobre todo porque sus padres se preocuparon al saber que existía ese chance en tierras pinoleras.
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Nicaragua suma 100 días de protestas, enfrentamientos que han dejado decenas de muertos.
Para poder dar el paso, el nacional se aseguró que le dieran las condiciones de seguridad adecuadas, por lo que buscó la asesoría de la empresa Aspisal Sports, una agencia de representación que se encargó de toda la negociación.
Al juvenil tico le dieron vivienda y transporte interno, elementos necesarios para estar con tranquilidad.
Así, el ofensivo vive en un hotel y todos los días un automóvil lo recoge para dejarlo en las prácticas y viceversa.
“El Ferreti es un equipo de la Policía que está ubicado en Managua, por dicha acá en la capital la Policía tiene controlado todo (las manifestaciones) y ya se vive más tranquilo. Desde que yo llegué, que no fue hace mucho, no he visto muchos problemas, siento que la gente no salía de la casa por precaución, pero ahora ya todo está más tranquilo, siento que lo más difícil ya pasó”, explicó.
Al mediocampista solo le tocó ver dos manifestaciones y aseguró que fueron tranquilas. Sobre pertenecer a un club que ha sido relacionado con el conflicto, el deportista enfatizó que él se dedica solamente a lo deportivo.
“Como estuve el año pasado, se habla muy bien de este club. Yo no relaciono el fútbol con lo que pasa fuera del campo. Yo vengo acá a jugar, lo extrafútbol lo solucionan otros. Uno no puede dar el 100 si está con miedo, muchas veces la gente habla, pero estar aquí es como estar allá. La situación fue complicada, pero por dicha ya se calmó”, profundizó.
Bonilla añadió que el reto deportivo de jugar la Liga de Concacaf lo tiene muy conforme y esa fue la principal razón para aceptar la propuesta del Ferreti.
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El hábil jugador y su club chocaran con el Club Franciscain de Martinica en una seria ida y vuelta, en la que tendrán su primer cotejo el 1.° de agosto y el segundo el 8 del mismo mes.
“En teoría cuando nos dicen Nicaragua, mal pensamos que es un fútbol ralo, nosotros no esperábamos que tuvieran talento, pero el fútbol va en ascenso, ellos no se dan cuenta del talento que tienen, pero son buenos. Uno ve gente en la calle que juega bola y eso habla que se está masificando el deporte”, declaró.
En su niñez este jugador tuvo la oportunidad de estar en la Academia Aspire de Catar, por lo que su deseo es consolidarse como profesional.
De esta forma, espera aprovechar la oportunidad que le dieron los pinoleros para utilizarla como un trampolín.
“Si uno viene acá es para hacer un buen torneo y buscar otra oportunidad, hay que aprovechar el chance. Acá la afición es muy exigente, el equipo en el que yo estoy tiene dos barras y hay que ponerle también porque igual”, concluyó.
Crisis en Nicaragua provoca que jugadores extranjeros no quieran ir
Costa Rica pasó de tener cuatro legionarios a solo uno en Nicaragua; así también sucedió con brasileños, colombianos y otros foráneos. La explicación es que la crisis social que vive el vecino país ahuyentó a los futbolistas de otras nacionalidades.
El agente de jugadores nicaragüense, Carlos Fariñas, quien llevó a Johan Bonilla al Water Ferreti y a otros ticos en el pasado al balompié pinolero, confesó que la situación provocó que desde hace dos meses, ningún jugador quiera llegar al fútbol de la nación vecina.
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Ahora poco a poco Nicaragua vuelve a ponerse como un mercado trampolín para los deportistas; empero, recuperarse llevará tiempo.
“Hace dos meses nadie quería venir a Nicaragua, porque la situación estaba muy complicada. Nosotros como agencia nos responsabilizamos de la situación de cada futbolista, pero no es sencillo. Los últimos seis meses la situación ha estado muy complicado, pero la faceta deportiva ha ido levantado poco a poco. Ahora mismo tenemos mucha seguridad nuevamente y ya los jugadores están volviendo a interesarse”, explicó.
Junto Bonilla, Fariñas consiguió traer un brasileño para que reforzara al Ferreti de cara a la Liga Concacaf.
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En el pasado campeonato de Nicaragua estuvieron los nacionales Andrés Mendoza, Josué Meneses y Yeison Esquivel, quienes vistieron los colores del Diriangén.
Ellos sí vivieron una parte más complicada de los enfrentamientos y hasta tuvieron que escapar de uno.
“La verdad es que fue demasiado feo, nosotros solo acatamos a correr e irnos para la casa. Estuvo terrible, lo que usted ve en las noticias es la verdad… Aquí la gente se está metiendo a robar en todas las tiendas, la gente anda loca… Los sandinistas andan… La verdad es que esto está feo”, relató Andrés Mendoza a este diario en abril.
De momento la crisis golpeó hasta el fútbol de Nicaragua que intenta levantarse como el resto del país.