Andrea Carolina Vargas durante los descansos de sus entrenamientos juega a las carreras con su hija Avril de tres años. Fotografía: Graciela Solis (GRACIELA SOLIS)
Con un “¡Vamos mami, mami, vamos, ganaste mami!”, la pequeña Avril, de tan solo tres años, no pudo contener la emoción al mirar por televisión la competencia de su madre, la atleta costarricense Andrea Carolina Vargas, quien se clasificó el lunes a la final de los 100 metros con vallas, en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla 2018, que se realizará este martes, a partir de las 4:45 p. m.
La niña gritó a más no poder apoyando a su mamá y se emocionó al verla llegar en el primer lugar de su heat, marcando un tiempo de 12 segundos y 75 centésimas, el mejor de todas las competidoras en las rondas clasificatorias.
Avril observó la competencia junto a su papá David Jiménez, quien estuvo atento a la reacción de la niña, que se vio sorprendida al ver a su mamá.
Para la pequeña Avril es normal asistir a los entrenamientos en el estadio Luis Ángel Calderón, de Puriscal, o bien el Estadio Nacional, junto a su progenitora, su tía Noelia Vargas y su abuela Dixiana Mena, quien es la entrenadora de las hermanas Vargas.
La pequeña, durante las pausas de las prácticas, juega con su mamá a las carreras y a ganarle en una ficticia competencia, por lo que sabe muy bien lo que es vencer a las rivales. Aunque es claro que en su inocencia su momento más feliz es vencer a su querida mami.
De momento, para Avril el atletismo es un juego, pero a lo mejor en un futuro será una más de las atletas de Puriscal que seguirá los pasos de su mamá y muy posiblemente entrenada por su abuela.