La Fiscalía costarricense comprobó lo publicado por La Nación en junio. En la Fedefútbol aparecieron dos facturas por la compra de 8.000 balones y 5.000 uniformes que nadie supo explicar: comprobado. Las órdenes de transferencia del dinero tienen las firmas de Eduardo Li y su entonces secretario Rafael Vargas: comprobado. El pago en dólares pasó por Estados Unidos y terminó en Panamá: comprobado. Y, lo que faltaba por documentar: los balones y uniformes nunca entraron al país.
Así lo detalla la investigación de la Sección de Delitos Económicos y Fraudes, como parte de la causa abierta en el Ministerio Público contra Eduardo Li, por administración fraudulenta.
El informe de ocho páginas, al cual tuvo acceso este medio, ratifica lo publicado en reportajes anteriores en torno al hallazgo de dos facturas por $92.000 y $80.000 (un total de $172.000), su pago y las transferencias desde el Banco Crédito Agrícola en Costa Rica, con paso por bancos en Nueva York, hacia las cuentas en Panamá de la empresa Foward Sports Internacional Managemet Inc.
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Entre varios documentos, los investigadores revisaron los estados bancarios de la Fedefútbol, oficios de solicitud para traspaso de dinero, facturas, órdenes de compra, informes de tres auditorías y los registros de las importaciones a nombre de la Federación durante el periodo compredido entre enero de 2013 y mayo de 2014.
“Los balones pagados por la Fedefútbol al proveedor Foward Sports Internacional Managemet Inc. no ingresaron al país”, señala el informe en su sección de conclusiones.
El informe no entra en detalles sobre la emisora de las facturas, la empresa controlada por Jefrey Webb, el expresidente de la Concacaf, promotor del Mundial jugado en Costa Rica, quien espera sentencia en Estados Unidos como parte del FIFAGate. Detenido en 2015, se declaró culpable de conspiración de crimen organizado, tres cargos de fraude y corrupción y otros tantos de lavado de dinero.
La cuenta y la sociedad a la que se transfirió el dinero de la Fedefútbol por la supuesta compra de los implementos deportivos eran parte de un entramado de empresas utilizadas para pagos de comisiones, entre ellas las de Traffic, la empresa comercializadora de los derechos de televisión para la Concacaf y varios países de la zona, entre ellos Costa Rica.
Aunque la historia de los balones y los uniformes coincide en muchos aspectos con lo confesado por Eduardo Li en Estados Unidos, donde admitió haberse apropiado de $90.000 destinados al Mundial Sub-17 Femenino por medio de facturas falsas, no hay certeza de que se trate del mismo hecho.
Consultado al respecto, su abogado Róger Guevara aseguró que no podía referirse al tema pues la causa está abierta en el Ministerio Público de Costa Rica.
“Sí puedo afirmar que toda suma de dinero que don Eduardo recibió de los dineros de FIFA para el mundial femenino Sub-17, ha sido devuelta a las autoridades (estadounidenses)”, expresa Guevara.
El monto que Li admitió haber sustraido ($90.000) con facturas falsas se aproxima al de la transferencia por los 8.000 balones ($92.000). De ser así, ¿terminó la otra transferencia ($82.000) en manos de Jeffrey Webb? Guevara también se abstuvo de aclararlo, “por formar parte de una investigación en Estados Unidos aún pendiente de resolución (la de Webb)".
En cambio, el abogado volvió a negar “categóricamente” la participación de un cómplice costarricense, si bien la sección de Fraudes y Delitos Económicos de la Fiscalía confirmó que la firma del exsecretario Rafael Vargas respalda las órdenes de transferencia del dinero, junto a la de Eduardo Li. Incluso, Vargas es el único firmante en las órdenes de compra de los balones y los uniformes, documentos que tienen como particularidad una fecha posterior a las transferencias. Las transferencias se ejecutaron el 29 de agosto del 2013 y 18 de setiembre del mismo año; la orden de compra aparece como girada el 23 de setiembre.
"Él (Eduardo Li) actúo solo en su decisión de recibir las regalías y en la decisión de tomar indebidamente un dinero relacionado con el mundial femenino sub-17. Entiendo la necesidad periodística de investigar y considerar que sí existe otra persona o bien una especie de “cómplice” en Costa Rica, o que otro miembro de la Fedefútbol estuvo involucrado. Sin embargo, la respuesta es no”, aseguró Guevara, abogado de Li en Costa Rica.
Vargas, por su parte, aseguró en días recientes a La Nación que se ponía a disposición del Ministerio Público para aclarar su actuación como Secretario General de la Fedefútbol. No quiso añadir declaración alguna, aduciendo que “todo lo relativo al trámite de pago de las facturas a la empresa Foward ya fue de conocimiento público, dadas las publicaciones que se hicieron de La Nación".