De cabellera larga y ojos tristes, Matías Almeyda es descrito por Gabriel Batistuta como "¡un león!".
“Destaco su hombría, transparencia, sencillez y sinceridad”, cuenta Batigol en la biografía oficial del entrenador argentino, muy valorado en México después de ganar cuatro títulos con Chivas y aspirante de un sector de la prensa para dirigir al Tri, después de la salida de Juan Carlos Osorio.
Con Batistuta coincide su otrora competidor en el ataque de la Albiceleste, Hernán Crespo. Añade que "no es un tipo con doble discurso. Es genuino. A Matías lo lees en ojos, cuando está bien o está mal. Detrás de ese gran guerrero, del hombre que te comía los talones, hay un gran hombre”, recita el escrito.
La Fedefútbol pretendió a Osorio hace algún tiempo y ahora se entusiasma con Almeyda, que hace apenas unos días reconoció en la cadena ESPN que uno de sus sueños por cumplir era dirigir a la selección mexicana, y si se presentaba la oferta, "¿quién diría no a una propuesta?".
Aún así, su representante envió su hoja de vida al presidente Rodolfo Villalobos, cuyo discurso pasó de asegurar que no especularía con nombres para el banco a admitir que Almeyda estaba entre los candidatos.
Como sucedió en el pasado con Osorio, Costa Rica se vuelve a encontrar en una encrucijada: tiene sobre la mesa el nombre de un entrenador reconocido, que cumple la mayoría de requisitos a los que aspira la Comisión Técnica (conoce el área, tiene buen cartel y le gusta Costa Rica), pero ya anunció que no arriesgará sus finanzas para contratar un técnico de cartel.
Curiosamente, cuenta el diario ‘El Economista’ que Almeyda firmó un contrato de $30.000 por mes para dirigir al Chivas. Muy bajo para la realidad azteca. Fue después, cuando renovó, que se incluyeron cláusulas adicionales a razón de los resultados conseguidos.
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A Osorio, quien incluso se reunió con el entonces presidente Eduardo Li, se le ofreció todo lo posible, pero no hubo manera de convencerlo de dirigir a la Nacional. Tampoco a Ricardo Gareca, que se inclinó por Perú después de venir a Costa Rica a negociar. Li le ofreció cerca de $75.000 por mes, según confirmó el vicepresidente de ese momento, Noel Ibo Campos.
Villalobos es cuidadoso cuando habla de cifras, aunque admite que Almeyda es candidato. Luego aclara que su hoja de vida "es una más" entre todas las que han llegado a la Federación.
Se desconoce si hay algún interés de la Federación en hacer públicos algunos nombres para trabajar con tranquilidad, sin la presión mediática que provocan las filtraciones de candidatos en los medios de comunicación.
"A mí me llegó el currículo de Almeyda. El de él es uno más de varios que han llegado a nuestra Federación. Está claro que hay un interés del técnico de dirigir a Costa Rica", afirma Villalobos.
Quizás, la conclusión más evidente, y que salta a la vista por las declaraciones del técnico, es que competir con México, en caso de la Federación de este país tenga verdaderas intenciones de contratarlo, es toda una utopía para Costa Rica.
De Almeyda se escucharon varias versiones. La más reciente la brindó en la tarde de este miércoles a La Nación.
“Primero quiero agradecer el interés de la gente que ha hecho esto y que ha iniciado este camino, cuando alguien está interesado, no importa el lugar, para mí no me importa que sea de recontra nombre o no, me importa el cariño, la sinceridad y sí sé que Costa Rica tiene un plantel jugadores importantes, también con jóvenes, tiene buena base sub-17 y sub-20 que vienen y sobre todo los últimos mundiales en los que han estado".
A ESPN le manifestó que “soy un técnico desocupado y obviamente son sueños por cumplir, por realizar y tanto la Selección de México como la de Argentina y otras. ¿A quién no le gustaría? ¿Quién diría que no a una propuesta así? No sería agarrarla por agarrar, sino saber el proyecto", afirmó Almeyda, que en ambas entrevistas aseguró que el dinero no sería problema.
Cuando se está por anunciar al técnico interino de la Mayor, ya se habla de Almeyda como un candidato real para dirigir a Costa Rica. En Argentina es un tipo alabado por su personalidad directa y su carácter firme.
También por su sentido de compañerismo, acompañado algunas veces por contrastes marcados; su felicidad total cuando levantó la Copa, la tristeza absoluta al descender con River Plate a la 'B', en una andadura que lo llevó a tomar al equipo para traerlo de vuelta a la Primera en la temporada siguiente.
“Recuerdo de Matías su placer por competir, evidente al comprobar que, al hacerlo, disponía de un porcentaje muy alto de sus cualidades. Tantos años de crecimiento profesional y personal en los grandes equipos de las mejores ligas no impidieron que, cada vez que me tocara verlo entrenar y jugar, se hicieran visibles en él la misma frescura y entusiasmo de los jóvenes que se forman en las divisiones menores de cualquier club de nuestro país. Generaba aceptación, afecto y respeto, sin excepciones, en los grupos que integraba. Era querido por todos, sin esforzarse por conseguirlo", relata Marcelo Bielsa en su libro Alma y Vida.