Fue un día como cualquier otro que el restaurante Shrek Tico abrió en San Pedro. En el menú ofrecía casados a ¢2.000, burritos grandes como tablets a ¢1.000 y otros sabrosos platillos. Era el 2015 y aunque el Outlet Mall ya no brillaba como en sus inicios, Arturo Mora pensó que era un buen punto. “La vida está dura y hay gente que tiene que comer todos los días afuera. Los muchachos de la U, también”, comentó el dueño del restaurante.
Pero el atractivo que enganchó a sus comensales no fue la jugosa carne mechada que sirven en sus platos o el refill de fresco que don Arturo les ofrecía a los universitarios. Fue el Shrek.
Una estatua maciza de Shrek de poco más de dos metros que saludaba a los clientes que se acercaban. La figura tenía pantalones café, una camisa beige y un chaleco marrón, como en la película, pero en su cabeza, tenía un chonete típico.
No, no era 25 de julio (de hecho no se sabe muy bien cuándo abrió el restaurante), pero el Shrek estaba vestido a la tica desde el inicio.
“Empezaron a aparecer páginas de Facebook hechas de fanáticos, sin que hiciéramos nada”, dijo don Arturo.
“Un día llegaron los administradores de varias páginas y se tomaron una foto. Es esta (apunta al celular de su hijo David), salen ahí como rezándole”, comentó.
El Shrek Tico se volvió una especie de ídolo meme. Las fotos con la estatua de dos metros se volvieron un bien preciado entre los jóvenes conocedores de la Internet y sus memes.
Y es que en esta época cualquier cosa puede ser un meme. Alguna cara graciosa del entrenador del Club Sport Herediano puede ser meme. Los Simpsons son un meme. El Listerine de Piza se volvió un meme. Los disfraces que El Porcionzón usa en El Chinamo son materia prima de memes ticos.
Lo que don Arturo no se esperaba es que todos los muchachos que consumen esta información día a día encontraran un monumento a su credo de risas en su restaurante. La cara sonriente de Shrek era como encontrarse un pedazo de internet tirado en una esquina. Y al tomarle una foto y hacer alguna pose extraña, esa figura de dos metros plantaba la semilla para un nuevo meme, el Shrek Tico.
Todo era risas y diversión hasta que, a finales de agosto, el Shrek Tico desapareció.
Shrek es vida
Es posible que el Shrek no tuviera tanto pegue si no fuera “tico” como la comida criolla que ofrece la familia Mora Gago.
Don Arturo y doña Sandra tienen 25 años de casados y seis hijos, y todos colaboran de alguna manera en el restaurante. El Shrek es un hijo más y lo cuidan como tal “claro que lo chainiamos y cuidamos, le lavamos el sombrero y le cambiamos la bandera”, contó don Arturo.
El Shrek llegó a la familia hace unos tres años.
“Lo encontramos abandonado y nos lo llevamos para que ya no estuviera solito”, contó el papá de Shrek sobre la adopción.
La figura estaba en una bodega en Moravia y lo llevaron a su casa en el cruce de Ipís, en Coronado.
Alguna distribuidora de cine encargó que hicieran el Shrek para promocionar una de las cinco películas de la franquicia, y cuando se acabó la fiebre, lo dejaron allí.
La última película salió en el 2010 y el restaurante abrió en el 2015, es decir, el Shrek estuvo al menos media década abandonado.
La familia Mora Gago lo rescató y lo mandó a restaurar con Panchito, un experto en estas figuras alegóricas, que normalmente se dedica a hacer carrozas del Festival de la Luz. Según don Arturo, fue en un taller de Hatillo 8 en donde el mismo Panchito esculpió el Shrek.
El Shrek no solo es tico, es de los barrios del sur.
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En el 2015 don Arturo quebró su negocio. Él siempre ve para adelante y no entra en detalles, pero usa esos términos crudos para describir la situación.
“Estábamos todos en la casa y decidimos montar un restaurante. Mi hija (Indira) fue la que sugirió que le pusiéramos chonete y una bandera, que le pusiéramos Shrek Tico. A todos nos dio mucha risa, pero aquí estamos”, explicó.
“Viene gente de Limón o de Puntarenas y aprovechan que están en el centro para tomarse una foto”, añadió emocionado don Arturo.
Él repite varias veces que los fanáticos del Shrek hicieron páginas de fanáticos sin que ellos pusieran un cinco.
Sin embargo, no deja que a su hijo más alto se le suban los humos. “Él cree que es de Hollywood porque ve las películas, pero yo le digo que no, que es tico, sino, ¿por qué andaría chonete y bandera todo el día?”, dijo el padre.
Shrek es amor
Fue a finales de agosto de este año que el Shrek Tico desapareció del Outlet Mall. Sin aviso previo, la escultura fue retirada. “El Shrek ícono de nuestro restaurante no estará más en las instalaciones por disposición de la presidencia del Mall San Pedro y Outlet Mall por motivos que no conocemos”, escribieron en la página oficial el 27 de agosto.
La publicación sacudió a los administradores de las páginas de fans. Pasaron minutos para que empezaran los memes de despedida.
Desde imágenes deséandole descanso eterno, hasta eventos en Facebook con iniciativas ficticias: “Marcha semipacífica para exigir la restitución del ícono del Shrek Tico”, con 2.000 asistentes confirmados. “P***aseada masiva para que no quiten al Shrek del Shrek Tico”, con 1.300 asistentes confirmados.
La internet se lo tomó en serio y nada en serio, a la vez (así funcionan los memes).
“Yo quería que siguiera ahí el ícono. Con los eventos la administración del mall nos dijo que con más razón lo quitáramos y empecé a buscarle nueva casa. Por cosas de la vida un amigo estaba alquilando otro local”, contó don Arturo.
En vez de estar confinado a las cuatro paredes del Outlet Mall, la figura verdosa de dos metros ahora estaría en una acera frente al nuevo restaurante, que se ubica 100 metros al oeste de la Casa Presidencial en Zapote, diagonal a la Cruz Roja.
“Pensé en subirlo en el techo, pero qué va, a la gente le gusta verlo de cerca, tocarlo, traerle hijitos pequeños o peluches para tomar fotos, y hay que cuidarlos a ellos”, contó don Arturo.
La nueva casa del Shrek Tico es más grande para el público. La gente llega para el desayuno y muchos más comen ahí su almuerzo (el local abre de 7 a. m. a 6 p. m.).
“Vienen de Corbana o de Casa Presidencial. Allá en el Outlet atendimos a Carlos (Alvarado) antes de todo, porque estábamos cerca de la casa del PAC. Ahora vinimos aquí y otra vez estamos cerca de él.
“También la gente de Hacienda que estaba en San Pedro viene aquí pronto”, detalló el papá de Shrek.
¿Será que el Shrek Tico tiene una preferencia política?, preguntamos. “Él es un ícono tico y no tiene partido, religión, ni equipo; él es de la gente”, dijo el orgulloso padre. Shrek es amor.
A don Arturo le gustaría que en vez de cerrar por la tarde, el local, que antes fue un pub irlandés, pueda abrir de noche.
“Podríamos meter al Shrek por la noche y ponerle una guitarra y unas luces; ponemos unas pantallas, yo hago carne asada y ponemos un karaoke”, soñó Mora.
“Yo tengo todo aquí”, dijo señalándose la cabeza. “Solo me falta por aquí”, dijo señalándose el bolsillo.
Para cumplir los sueños, el dueño del Shrek Tico no piensa subir sus precios. Saben que ofrecer un casado sencillo a ¢2.000 y otro con cuatro acompañamientos en ¢2.400 es muy competitivo en cualquier localidad. Y el Shrek siempre atraerá clientela.
No le molestan las visitas, las fotos, que le pregunten por la figura verde, ni haberse tenido que cambiar de lugar. Le preguntamos si ha tenido complicaciones en este nuevo lugar y don Arturo solo menciona uno.
“Una vez me tomaron una foto con el Shrek y vieras qué problema... La gente no sabía cuál era el Shrek”, bromeó.