"Cuando uno defiende los derechos humanos está dispuesto a dejar la piel en el camino. Así la dejaron nuestras antepasadas cuando lucharon por el voto femenino, así fue cuando luchábamos porque la educación fuese mixta o incluida para las personas con discapacidad y así ha sido en tantas luchas y trincheras que se han dado en el mundo entero porque exista integración y respeto hacia la humanidad como un todo”.
Así entiende la exvicepresidenta de la República, Ana Helena Chacón, la inestabilidad social y política, y la ola de ofensas y críticas en su contra que provocó en el país la opinión consultiva de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que obligó al Estado costarricense a garantizar, sin discriminación alguna, todos los derechos existentes en la legislación nacional a las personas homosexuales, y que al darse a conocer, en enero de este año, dio un vuelco a la contienda electoral e incidió directamente en la inclinación de los votantes hacia los dos candidatos que pasarían a la segunda ronda de los comicios presidenciales.
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Chacón fue la autora de la consulta que el gobierno de Luis Guillermo Solís (2014-2018) elevó al alto tribunal el 18 de mayo del 2016. Lo hizo fiel a sus convicciones de que todas las personas son iguales ante la ley y en respuesta a una promesa que el exmandatario lanzó en la campaña electoral del 2014.
El Departamento Jurídico de Casa Presidencial guió a la exvicepresidenta para elevar la consulta, que ella cursó ese día de mayo del 2016, luego de ser autorizada por el expresidente Solís.
“La consulta la firmé yo con el visto bueno del presidente (Solís) y por supuesto que yo asumo la responsabilidad de lo que consulté (...). Nunca hubiera hecho una consulta así sin preguntarle al señor presidente”, afirma Ana Helena Chacón casi 12 meses después de que la Corte emitiera una resolución.
Según ella, el texto que envió a la Corte en el 2016 buscaba aclarar la forma en que en el Estado costarricenses venía tratando los derechos de la población LGBTI, pero explica que expresamente nunca se consultó si el país debía legalizar o no el matrimonio igualitario.
“La consulta con claridad habla sobre los derechos patrimoniales, que eran los que precisamente el candidato Solís Rivera había dicho que estaba de acuerdo durante la campaña electoral”, comenta Chacón desde Madrid, donde se instaló no hace más de tres meses para atender sus compromisos como nueva embajadora de Costa Rica en España.
Ana Helena consultó al Tribunal dos cosas. La primera, si los derechos patrimoniales derivados de la convivencia de una pareja del mismo sexo estaban tutelados por ley; y la segunda, si el cambio de nombre según la identidad de género autopercibida también debía hacerse de una forma administrativa, gratuita y expedita.
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La Corte no solo respondió “sí” a ambas consultas, sino que aclaró que, sin excepción, todos los derechos que gozaban las parejas heterosexuales por ley, debían garantizarse a las parejas homosexuales.
Esa resolución la conoció Chacón el lunes 8 de enero del 2018 a las 11:14 a. m., cuando fue notificada del fallo. Un día después, en conferencia de prensa, la hizo pública.
Sentada en una mesa frente a la prensa ansiosa, luciendo un traje color rosa pálido con detalles en negro y solo acompañada por el director jurídico de Casa Presidencial, Marvin Carvajal, la vicepresidenta divulgó el resultado de la consulta. Aunque no lo externaba a simple vista, en su interior celebraba aquella resolución; empero, nunca anticipó lo que le esperaba.
“Hice la consulta como un derecho más de poder aplicar la Convención Interamericana; si esto se llevaba por la vía del Congreso de la República, bien; pero en realidad me pareció que el país necesitaba respuestas y cuando nosotros suscribimos convenciones como esta y la ratificamos como país, estamos en todo nuestro derechos de acudir a ellas”, justifica sobre el proceso por el que optó para lograr saldar una deuda que, estima, estaba pendiente con la población LGBTI del país.
Dice que nunca se imaginó que la resolución de la Corte llegaría estando ella aún como vicepresidenta de la República. La rápida sentencia la sorprendió, pero no tanto como la reacción social que desencadenó aquella noticia, que agitó a un país que protagonizaba –a esa altura– una insípida campaña electoral que luego de la opinión consultiva entró en calor y polarizó al electorado.
Las redes sociales enardecieron con comentarios ofensivos en todas direcciones; Chacón fue blanco de grotescas críticas que, incluso, salpicaron a su familia, y los derechos de la población LGBTI funcionaron como monedas de cambio entre algunos candidatos a la Presidencia y sus partidarios.
Esa coyuntura Ana Helena Chacón la vivió con pesadumbre. “Vivía con tristeza de pensar que a raíz de ese fallo hubiesen personas que se sintieran excluidas en la sociedad costarricense, porque a mí me parece que lo que uno debe hacer siempre es construir desde el amor, desde la búsqueda de la dignidad (…). Y hubo personas que se sentían tremendamente amenazadas ante la ola de odio que, parece, desató el hecho de conocer que todos éramos iguales ante la ley; algo que se sabía pero que cuando lo ratifica la Corte, desata una ola de odio por algunas personas que tenían, no sé si fundamentalismos, miedos, discriminación, odio en sus almas”, reflexiona la actual diplomática.
A pesar de la aflicción que vivía en su intimidad y la empatía que, innegablemente, siente por todas las poblaciones vulnerables de una sociedad, Ana Helena dice nunca se arrepintió de diligenciar aquella consulta a la Corte. Tampoco lloró, ni se sintió frustrada, muy a pesar de los punzantes dardos que lanzaron hacia ella y hacia su hija con discapacidad, Carolina.
“Ni lloré, ni me arrepentí, ni nada de esas cosas. Cuando veía tantos comentarios negativos hacia mi persona, pensaba que estaban hablando de otra, porque no me reconozco en el ser humano del que ahí hablaban. No me reconozco en un ser humano malo, que le desea algún daño a terceros, por supuesto que duelen las ofensas hacia los hijos, porque ofendieron a mi hija Carolina diciéndole engendro del demonio; es decir, burlándose de su discapacidad.
"Y bueno, realmente no entiendo cómo personas que lo que hacen es basarse en dogmas religiosos que deben estar inmersos en la fe y en el amor, están entonces de alguna forma violentando los derechos de las personas con discapacidad como mi hija.
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”Eso resultó para mí una sorpresa, que la gente tuviese ese nivel de ignorancia, otros ese nivel de bajeza, almas tan turbias como para hacer comentarios sobre seres que son bondadosos en este mundo, mayoritariamente, como son las personas con síndrome de Down.
"Yo le deseo a todas estas personas que con tanto odio hablaron sobre mí, que cultiven la paz en el alma y que la vida les sea equitativamente buena a ellos, porque yo no le deseo un daño a nadie, que le sea una vida plena y que puedan vivir con mucha más paz”, sentencia ahora.
A miles de kilómetros de distancia y desde un despacho donde ahora promueve la economía, el turismo y el comercio costarricense en España y desde donde aspira a fortalecer las relaciones diplomáticas entre Costa Rica y ese país, Ana Helena Chacón observa cómo su patria avanza hacia una nación más digna y justa para todos sus ciudadanos, la patria por la que ha abogado durante los 25 años que suma en la política pública, sin contar las luchas que ha propiciado en pro de los derechos humanos desde otras trincheras.