Todavía un par de décadas atrás, una arraigada costumbre de las familias ticas en diciembre era visitar familiares, amigos y vecinos para apreciar los portales que con esmero se preparaban para celebrar el nacimiento del Niño Dios.
Aquellos encuentros eran una verdadera fiesta. Los visitantes llevaban algo para compartir, los anfitriones preparaban café, tamales, rompope o agua dulce para departir con sus amigos. El pasito –con sus patos de yeso sobre un platón metálico a modo de lago– había que lucirlo... y compartirlo.
Con el tiempo la costumbre se fue perdiendo. Para recordar, un equipo de Revista Dominical se fue a portalear a San José centro, a iglesias e instituciones conocidas por preparar pasitos abiertos a la admiración de los visitantes, fotos y, por qué no, la invitación al tradicional rezo del Niño que se celebra a principio de año.
El recorrido lo hicimos a pie, es cansado pero muy colorido porque no solo vimos los pasitos, sino que también conocimos un poco de la historia que hay detrás de las imágenes, del montaje y hasta de las diferentes temáticas que los fieles usaron para hacerlos.
Si se anima en una de estas tardes de lo que resta de diciembre o a principios de enero a ir a portalear a San José, le recomendamos que vaya con ropa cómoda, agua y protector solar.
Recuerde que hasta después del 24 de diciembre los pasitos tendrán la imagen del Niño Jesús, porque hasta esa noche se coloca por tradición.
Uno a uno
Nuestro camino comenzó en la Parroquia Santa Teresita del Niño Jesús, 100 metros al norte de la Antigua Aduana. El pasito de esta iglesia es prestado porque el que tenían hace varios años desapareció sin explicación, según contó el padre Carlos Hernández.
Las imágenes las cedió un joven herediano que heredó de un sacerdote una especie de pequeño museo de obras sacras. Destaca que en este pasito la Virgen María se encuentra como arropando al Niño en una cobijita.
Como es una representación pequeña, las hermanas Viria y Sandra Feoli fueron las encargadas de hacer el montaje del pesebre que llama la atención porque cuenta con estructuras hechas en maderas y con forma de gradas. El martes 8 de enerom a las 6 p. m.m será el rosario en Santa Teresita.
Seguimos hacia la Iglesia Nuestra Señora de la Soledad, ubicada 100 metros al este de la Plaza de las Garantías Sociales. Este año el sacristán Víctor Hugo Alvarado confeccionó, en colaboración con Johhny López (restaurador de imágenes de La Soledad), un hogar muy particular para la Sagrada Familia.
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“Hicimos una réplica de la fachada de la Iglesia de la Soledad en materiales como plywood y estereofón. Los ángeles de la entrada son casi exactos a los verdaderos", explicó Alvarado.
Para visitarlo solo debe de ir a la iglesia. Ahí el rezo será el 12 de enero, a las 6:30 p. m.
Nuestra siguiente parada fue en la parroquia Nuestra Señora de los Dolores, que está a 400 metros al sur de la Catedral. El portal de La Dolorosa –como también se le conoce al templo josefino– es uno de los más icónicos de la capital.
El padre Víctor Julio Quesada contó que el pasito mide aproximadamente 12 metros de largo, se hizo con materiales reciclados y este año, como lo han venido haciendo desde el 2016, el portal tiene una temática.
“Nos inspiramos en la problemática de los migrantes. Nuestros hermanos centroamericanos viajan para buscar el sueño norteamericano, lo mismo pasó con Jesús, José y María, que fueron migrantes cuando tuvieron que salir huyendo de Belén hacia Egipto porque el rey Herodes ordenó la matanza de los inocentes", recordó el fray.
En fraternidad con los migrantes de la región, en La Dolorosa montaron una escena que refleja justamente la solidaridad que tienen los habitantes de los diferentes países con las personas que pasan por sus tierras. En lugar de un pesebre a la familia la ubicaron en una especie de tienda como las que se usaban en aquellos tiempos, lo mismo que las otras imágenes que complementan la escena.
También hay pequeños altares en homenaje a los países de Centroamérica; ahí se pueden ver artículos representativos de las diferentes culturas y hasta las banderas de dichos lugares.
Además, al portal lo complementan un banner de fondo para rendir tributo a los 600 años de San Vicente Ferrer, de la orden de los dominicos, a la cual pertenecen los sacerdotes de La Dolorosa; y un cartel con el poema Nocturno sin patria, del costarricense Jorge Debravo, que también hace alusión al tema del portal.
El pasito de La Dolorosa está abierto al público en horario de 8 a. m. a 12 m. y de 3 p. m. a 7 p. m, y siempre hay una persona que explica el sentido del portal. El rezo será el 3 de febrero a las 6 p. m., con la participación de la comunidad.
Después de ver este impresionante portal, caminamos hacia el Centro Nacional de la Cultura (Cenac), al costado este del Parque España. Las imágenes del pesebre del Cenac fueron adquiridas en 1996 por medio de una colecta que hicieron los trabajadores del departamento de Patrimonio del Ministerio de Cultura.
Los encargados de armar el portal fueron los funcionarios Rita Gutiérrez, Esteban Solano y Carlos Picado; ellos hicieron un montaje en dos pisos de la tradicional escena de Jesús, María y José. Reutilizaron materiales que consiguieron en el propio Cenac como ladrillos y cubetas. El público puede ir a visitar el pasito de lunes a viernes en horario de 8 a. m. a 4 p. m.
A medio camino
Hasta ese momento ya habíamos recorrido varios cientos de metros, pero todavía era temprano y podíamos conocer más de esta tradición costarricense.
Volvimos en dirección hacia el oeste para ir al Teatro Nacional. En las afueras del histórico recinto artístico se encuentra su portal.
La tradición de colocar a la Sagrada Familia en el teatro comenzó en el año 1974, cuando la directora Graciela Moreno le solicitó a la Iglesia Católica las imágenes de María, José y el Niño Jesús; la mula y el buey fueron comisionados por el escultor costarricense Néstor Zeledón Guzmán, según información difundida por el Ministerio de Cultura.
El montaje está hecho con una base de paja y una casita elaborada con bambú. Algo muy curioso que pasa alrededor del portal es que las palomas que acostumbran a estar en el teatro se roban las ramitas de paja para armar sus propios nidos.
Unos metros más al oeste está la Catedral Metropolitana, no podíamos seguir nuestro recorrido sin entrar al icónico templo. Recién se había terminado de armar el portal de grandes dimensiones que se ubica a un costado del Altar Mayor.
Este año cambió un poco la construcción del portal ya que no se contrataron los servicios de un decorador externo, sino que lo armaron los propios trabajadores de la Catedral. El pasito data de la década de los años 60, fue confeccionado por Manuel María Zúñiga Rodríguez (padre del artista Paco Zúñiga) en técnica pasta-madera y lo conforman nueve piezas: María, José, el Niño Jesús, el busto de la mula y el buey, el ángel y tres ovejas.
El rezo será el 12 de enero a las 3 p. m. y estará a cargo de Radio Fides.
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Nos desviamos un poco más en sentido norte, justamente en el edificio del Centro de Patrimonio Cultural (frente a la librería Lehmann, en Avenida Central). Por primera vez los funcionarios de la institución decidieron poner un portal de gran tamaño para el disfrute de sus visitantes.
La idea fue reconstruir aquellos pasitos tradicionales del folclor costarricense: de esos que tienen imágenes hechas en yeso, con animalitos, una Nigüenta, un lago y hasta una alcancía de chanchito.
“Este año compartimos con el público una tradición de larga data, que viene desde los tiempos coloniales y de gran difusión a nivel nacional. Como institución que resguarda el patrimonio, tanto material como inmaterial, es una excelente oportunidad para mostrar nuestra propuesta de portal y, de esta manera, también sumarnos a contribuir con el fortalecimiento de esta tradición costarricense”, explicó Diego Meléndez, director del Centro de Patrimonio Cultural, en un comunicado de prensa.
Las piezas principales del portal (familia) fueron elaboradas por el escultor sarchiceño Manuel Jiménez Vargas, quien resultó ganador del certamen Nuestras Artesanías Tradicionales en 2017, concurso organizado por Patrimonio.
Y si de hablar de tradiciones hablamos, no podíamos dejar pasar la oportunidad de conocer el pasito del Mercado Central. Si ya de por sí entrar al mercado es toda una aventura de colores, olores y sabores, buscar dónde se ubica el pesebre es una travesía.
Antes de encontrarlo, por supuesto había que almorzar una olla de carne en una de las soditas del lugar.
Calmada el hambre, seguimos con nuestro recorrido. El pasito es tan tico como el propio mercado: tiene luces, guirnaldas, paja, aserrín y lana. Está en alto y eso ayuda a que los clientes del mercado lo puedan apreciar en todo su esplendor.
Bajamos un poco más para visitar la Iglesia Nuestra Señora de la Merced, a un costado del parque de La Merced.
Una representación sencilla, pero con hermosas imágenes a gran escala es la que se encuentra a un lado del altar; las detalladas figuras son recientes, ya que las antiguas se encuentran resguardadas. El rezo se llevará a cabo el 13 de enero a las 3 p. m.
Mención aparte
Aunque no se ubica en el centro de San José, el portal de los Heraldos del Evangelio es uno de los que se tienen que visitar casi que por obligación.
No solo es porque sus figuras son hermosas y muy detalladas, sino que el montaje que hace año con año esta congregación religiosa cuenta con movimientos, sonido y un juego de luces montados en torno a una historia narrativa.
La función dura 12 minutos y cuenta desde cómo se conocieron María y José hasta la resurrección de Jesucristo.
Los Heraldos tienen la tradición de su portal desde hace 20 años. La estructura, el montaje del guion, la elaboración de las imágenes y el manejo de las funciones están a cargo de los mismos miembros de la congregación. Mide aproximadamente cinco metros y cuenta con más de 150 imágenes que representan diferentes escenas de la vida de Jesús, según explicó el padre Andy Rodríguez.
Para ver el portal solo debe de llegar a las instalaciones de la orden, que están ubicadas en Moravia, del Club La Guaria 200 metros oeste y 75 sur. El horario de las funciones es de lunes a sábado de 3 a 7 p. m. (jornada continua) y domingos de 3 a 8 p. m., y estarán disponibles hasta el 6 de enero. La entrada es gratuita.
“La finalidad es totalmente evangelizadora, recordarle a la gente cuál es el verdadero sentido de la Navidad y que el homenajeado es nuestro señor Jesucristo. Esta es una época donde debemos rememorar el nacimiento del Redentor y por estos métodos modernos y llamativos podemos volver la mirada a lo más importante”, dijo el padre Rodríguez.