A solo 14 kilómetros del Parque Central de San José el panorama y el clima cambian notablemente. Montañas por los cuatro puntos cardinales, un aire fresco y puro... En este paraje encontramos Patio de Agua, un pequeño poblado del distrito de San Rafael de Vázquez de Coronado.
En una mañana muy soleada llegamos a este lugar, cuya altura sobre el nivel del mar es de aproximadamente 1.700 metros. Aquí, en un bello paraje se ubica La Antigua Lechería, un restaurante que ofrece un menú con mucha sazón tica.
Su fama a nivel gastronómico se la endosó uno de sus platillos estrella: la olla de carne, que nunca falta mientras el restaurante esté funcionando, asegura su administrador Marcelo Bonilla Cortés.
Aparte del tema gastronómico, el restaurante tiene varias particularidades que distinguen el lugar. En otrora, sus instalaciones servían como una lechería, que por cierto, pertenecía al doctor Carlos Sáenz Herrera, un prestigioso médico y cuyo nombre lleva el Hospital Nacional de Niños.
La finca para ese entonces se conocía como Los Jaules. Cuando don Carlos Bonilla Jiménez y su esposa doña María Eugenia Cortés Madrigal adquirieron la finca, en 1982, siguieron por un tiempo con la actividad lechera. Sin embargo, con los años se cansaron por el fuerte trajín de esta actividad y decidieron abrir el restaurante.
De acuerdo con doña María Eugenia Cortés Madrigal, codueña del lugar, desde el principio quisieron dejar las instalaciones tal como estaban, solo se ejecutaron algunos cambios para que funcionara como restaurante.
Una de las pocas modificaciones consistió en la ubicación de una caldera sobre una pileta que usaban las vacas para tomar agua, ubicada en el centro del salón principal. Ahora funciona como una chimenea, la cual se enciende por las noches o en los días fríos, muy característicos de Coronado.
La idea del servicio de comida fue concretamente de don Carlos, pero su esposa no estaba muy convencida, casi de entrada le dio un no rotundo. Pero él insistió, le dijo que ella tenía muy buena cuchara, que explotara esa cualidad. Tras un no y un sí, el 4 de abril del 2004 el restaurante abrió sus puertas. Hoy, 19 años después el negocio continua, pero ya bajo la dirección de su hijo Marcelo.
Doña María Eugenia junto con una señora de la localidad eran quienes estaban al frente de la cocina y los fines de semana los cuatro hijos de este matrimonio trabajaban como saloneros.
Al poco tiempo el restaurante fue creciendo con el incremento de la clientela, que llegaba en busca de comida casera. Dos años después, es decir, en el 2006, su hijo Julián quien estudiaba Medicina Veterinaria decidió hacer una granja interactiva para aprovechar el espacio. Se unió en este nuevo proyecto su padre, quien también es médico veterinario. Los clientes de La Antigua Lechería hacen primero un recorrido por la granjay luego almuerzan. Por la noche la dinámica es diferente y a veces los fines de semana hay música en vivo.
Durante todos los días de la semana y en tiempo lectivo, muchas escuelas organizan paseos a este lugar, para que los niños conozcan algunos animales. Entre ellos destacan una pareja de emúes – una ave gigante de origen australiana –, burros, también un toro de la raza angus, el cual pesa 1 tonelada. Hay también, cabras y ovejas, conejos, pavo reales, caballos pequeños de la raza falabella, patos, gansos, caballos, vacas y gallinas.
Para el cuidado de estos animales se cuenta con el servicio de los veterinarios y esposos Julián Bonilla Cortés y Jéssica Lombert. Además, aquí funciona un hospital que se utiliza cuando algún animal requiere una atención especializada. Y se atienden emergencias de especies mayores.
Sazón casera
La gastronomía costarricense, sobre todo esa que tiene un sabor casero; está muy bien representada en el menú de La Lechería. Su cocina es dirigida por el chef Antony Jesús Madrigal Bolaños.
Uno de los platillos estrella es la tradicional olla de carne y junto a ella está otro de los más solicitados por los comensales: la pechuga a la plancha. Destaca también el casado a la Antigua, con chicharrones, arroz con pollo y ensalada vegetariana.
En el apartado de antojos no pueden faltar los gallos, como el de chorizo, el de papa con chorizo y los de ternera. Se unen a esos platillos el chifrijo caribeño, maduro con queso, patacones con frijoles, sopa azteca y guacamole.
Los niños son muy importantes para este restaurante. Por eso hay platillos diferenciados para ellos como un pollo especial, quesadillas de pollo, hamburguesas junior, burritos de carne y bebidas naturales.
Aparte de los platillos ticos, se ofrece carnes a la parrilla: lomito, lomo ancho, costilla de cerdo, chuletón de pierna y entraña. Y si usted desea compartir con otra persona, le recomendamos ordenar el surtido de chicharrones de posta acompañados con yuca frita, dados de queso, frijoles molidos, pico de gallo, chorizo y tortillas. Otro de los platillos estrella es El pelonero para 4 personas: pollo en trocitos, fajitas de lomito, yuca frita, dados de queso, frijoles molidos, pico de gallo, plátano en almíbar, chorizo, chips y tortillas suaves.
Para los amantes de los postres también hay una buena propuesta para todos los gustos como cheesecake, brownies y arroz con leche.
Quien a su abuelita se acerca, en buen chef se convertirá
Muchos de los buenos y muy famosos cocineros a nivel mundial empezaron sus primeros pasos en el mundo de los fogones, aromas y sabores en compañía de sus madres o abuelitas.
En el caso de Antony Jesús Madrigal Bolaños, su mentora culinaria fue su abuelita materna Carmen Céspedes Ulate. Con ella cocinaba desde los diez años de edad y aprendió a preparar los tamales navideños, las empanadas de chiverre para la Semana Santa, la olla de carne y muchos otros platillos de la cocina nacional.
Esta cercanía le sirvió a Antony para conocer muchos secretos que hoy pone en práctica en el Restaurante La Antigua Lechería, donde el enfoque es la cocina costarricense.
Cuenta que esta experiencia vivida desde su niñez le marcó su pasión por la cocina y cuando terminó la secundaria no lo pensó dos veces. Se matriculó en el Instituto Politécnico Internacional, donde se graduó como chef, en el 2019. Aunque es muy joven, Antony tiene mucha experiencia en el campo culinario. Su práctica para graduarse la hizo en el hotel Marriott Belén y tras concluirla lo contrataron. También trabajó en restaurantes en Atenas, de donde es nativo.
Cuenta además con mucho conocimiento en cocina especializada para personas con restricciones de diferentes tipos como las celiacas y alérgicas a varios ingredientes. También laboró en el restaurante Solo Good Food, donde aprendió mucho de la cocina vegetariana y vegana. Viaja diariamente desde Atenas hasta Patio de Agua de Coronado y dice que prefiere hacerlo así y no vivir cerca del restaurante. “No puedo o no me gusta desprenderme de mi pueblo ni de mi familia”, dice este joven chef.
Cuando se decidió concursar para el puesto de chef en La Lechería, lo hizo como un reto, pues quería trabajar ahora en cocina costarricense, pues en sus anteriores puestos era de otro tipo.
Está convencido que los jóvenes chefs deben preocuparse más por la cocina costarricense y llevarla a otro nivel, como lo han hecho otros países, por ejemplo Perú y México.
LA ANTIGUA LECHERÍA
Especialidad: Cocina costarricense y a la parrilla
Ubicación: Patio de Agua, San Rafael de Vázquez de Coronado
Horario: de jueves a viernes de 12 m.a 10:00 p.m. Sábados de 9:00 a.m. a 10:00 p.m. Domingos de 9:00 a.m. a 5:00 p.m. El servicio de desayuno es a partir de las 9:00 a.m., los fines de semana.
Reservas: 7105-7277; Facebook, Instagram y Tik Tok: lalecheria