La disputa entre dos bandas narco, por controlar la venta de estupefacientes en barrio Cuba, habría cobrado la vida de una víctima colateral: un adolescente de 14 años que murió de varios disparos el sábado pasado.
El joven y su madre, Marianela Brenes Vargas, de 35 años, resultaron heridos con dos impactos de bala cada uno, luego de que un grupo de desconocidos disparó contra las fachadas de varias viviendas en el sector conocido como Pochote.
El menor murió en el lugar, mientras que Brenes fue trasladada al Hospital San Juan de Dios, donde permanece en condición estable. Ambos serían víctimas inocentes de un ataque que no iba dirigido contra ellos, según el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Alberto Mata, subjefe de la Sección de Homicidios, explicó que el mortal episodio respondería a la disputa entre dos bandas locales, cuyas actividades podrían estar ligadas con otros asesinatos.
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“En este caso las dos víctimas son víctimas colaterales. No tenían nada que ver con el pleito de bandas. Sin embargo, por informaciones confidenciales, sí tenemos que esto es una pugna entre dos bandas cerca de Pochote, barrio Cuba y lugares aledaños, la cual ha desencadenado bastantes homicidios en el lugar”, agregó Mata
Según la Policía Judicial, estos grupos delictivos están identificados en ese barrio, el cual, a pesar de ser relativamente pequeño, tiene una población muy densa.
El caso
Brenes Vargas y uno de sus tres hijos, un adolescente de 14 años, estaban afuera de su vivienda en barrio Cuba el pasado sábado en la noche, cuando un carro se estacionó cerca de ellos.
Del vehículo se bajaron cuatro individuos que abrieron fuego indiscriminadamente contra la fachada de varias viviendas mientras Brenes y su hijo corrían hacía su casa para buscar refugio.
Agentes del OIJ recogieron 35 casquillos de calibre nueve milímetros. De ellos, dos impactaron al adolescente en el pecho y el brazo izquierdo, mientras que Brenes fue herida en el hombro derecho y la cadera.
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El menor murió en el sitio, mientras que su madre fue trasladada, en condición crítica, al centro médico.
El adolescente asesinado y su madre son las víctimas más recientes de una creciente lista de personas inocentes que sufren heridas o mueren a causa de los conflictos entre bandas o personas con los que no tienen relación.
“Lo que más nos preocupa son las víctimas colaterales como en este caso, donde las victimas, por el hecho de vivir en la zona, es que las matan”, añadió Mata.
Jóvenes víctimas colaterales
En lo que va del año otros dos menores de edad han muerto a causa de ataques que no iban dirigidos contra ellos:
1.° de mayo del 2018: Un adolescente de 13 años murió en las afueras de una pizzería en Bajo Los Anonos, en San Rafael de Escazú, cuando cuatro hombres abrieron fuego contra un grupo de siete personas que estaban en las afueras del local para matar a un presunto rival narco.
21 de agosto del 2018: Un niño de 10 años murió a causa de un impacto de bala en la cabeza, producto de un tiroteo que tuvo lugar en el asentamiento Guararí, en Heredia. El menor se encontraba durmiendo en la sala de su vivienda al momento del ataque.
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Cifras
Según datos del OIJ, durante el 2017 se registraron 603 homicidios. De ese total, 15 corresponden a personas sin ninguna relación con el hecho. Al no ser el objetivo de los asesinos, la Policía Judicial las considera víctimas colaterales.
La cifra representa un 2,49% del total de fallecidos en hechos violentos.
El director de la Policía Judicial, Wálter Espinoza, detalló que un 49,5% de los asesinatos (299 personas) se dieron por ajustes de cuentas. También informó de que uno de cada cuatro homicidios se dio por disputas vinculadas al narcotráfico.
En los últimos tres años, el número de homicidios ha ido en aumento y se espera que el 2018 mantenga esta tendencia. En el 2016 se contabilizaron 578 crímenes, en el 2015 se dieron 558 y, en el 2014 el número fue de 453.
Al domingo pasado, el OIJ registraba un total de 429 asesinatos.