Los tres asaltantes, que fueron abatidos a balazos en Coronado este jueves, realizaron toda una labor de inteligencia para conocer, de previo, cuál era el mejor momento para robarle ¢30 millones a sus víctimas.
El atraco ocurrió a eso de las 11:40 a. m., cuando la mujer y su acompañante se disponían a depositar esa cantidad de dinero en una sucursal del BAC San José, en el centro comercial Paso Nuevo, en Vázquez de Coronado, San José.
El dato de que hubo inteligencia previa lo confirmó este viernes por la mañana el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), en una conferencia de prensa en la que amplió detalles del intento de atraco, cometido por un hombre y sus dos hijos.
En ese hecho los tres hampones murieron, luego de que el guarda de seguridad de la entidad bancaria les disparara.
Los fallecidos son Carlos Roberto Quesada Ramírez, de 46 años, quien fue detenido en el 2010 por amenazas y fue condenado en el 2011 por venta de drogas, según datos proporcionados por la Policía Judicial.
Además, sus dos hijos, Daniel Josué Quesada Fuentes, de 21 años y sin expediente delictivo, y Jessie Roberto Quesada Fuentes, de 29. Este último fue pasado por portación ilegal de arma prohibida.
El oficial y una de las víctimas (acompañante de la clienta bancaria) también resultaron heridos de bala en la clavícula y la ingle, respectivamente. Actualmente se recuperan en el Hospital Calderón Guardia.
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Marco Carrión, jefe interino de Investigaciones Criminales del OIJ, indicó que por la forma en cómo se dio el delito queda claro que los maleantes obtuvieron información del negocio, lo que les permitió establecer la rutina de sus víctimas.
“Había labor de inteligencia porque los delincuentes abordan a la víctima cuando esta llevaba el dinero; es decir, cuando iba a ingresar al banco. No fue un acto de casualidad, estaba enfocado en hacer el despojo de forma rápida.
“El momento de llegada de los sujetos y de las víctimas si deja ver que tenían información precisa o que les hicieron seguimiento. Estamos tratando de establecer cómo obtuvieron ellos los datos, porque, bueno, hay muchas formas de saber información sensible de un negocio.
"A veces, no siempre la información sale de forma dolosa: se puede dar por la misma rutina y porque los ticos usualmente contamos detalles en sitios no convenientes”, explicó Carrión.
También indagan si los malhechores conocían, de previo, la hora de llegada de las víctimas a la sucursal bancaria, o bien, si los estaban siguiendo.
Carrión contó que para cometer el hecho, el padre y Daniel Josué portaban una pistola calibre nueve milímetros, que había sido robada en la zona atlántica hace aproximadamente dos años, y una calibre 38, que no tiene registro.
¿Cómo ocurrió?
A eso de las 11:40 a. m. de este jueves, las víctimas (un hombre y una mujer) llegaron hasta la sucursal bancaria. Ellos viajaban en un pick-up de color rojo.
En paralelo, Jessie Roberto llegó en un vehículo, marca Nissan, color morado; mientras que el papá y Daniel Josué arribaron en motocicleta.
Una vez que la mujer se bajó del vehículo con un bolso donde portaba los ¢30 millones, Jessie le atravesó su auto al acompañante de la clienta bancaria. “Se le parquea para impedir que salieran las víctimas”, mencionó el jefe policial.
En ese momento, el papá, Carlos Quesada, se bajó de la motocicleta, con el casco puesto y un uniforme similar al de Correos de Costa Rica. Su otro hijo, Daniel Josué, se quedó esperándolo en la moto.
"Cuando la señora se dispone a ingresar es abordada por Carlos, quien le propina un golpe en la cabeza con la empuñadura del arma. En ese momento, el guarda se percata y se abalanza sobre el hombre para proteger a la víctima, lo cual produce un forcejeo entre ambos.
“El primero en reaccionar fue Jessie, quien se bajó del vehículo y va a ayudar a su padre. El oficial sigue luchando, ya no solo para salvar a la víctima, sino también para salvarse. Daniel, quien estaba en la moto para huir con Carlos se une a la lucha y prevalece el forcejeo que luego desencadena el intercambio de disparos", manifestó Carrión.
En un video, donde quedó grabado el asalto, se observa que el acompañante de la mujer logró arrebatarle el bolso con dinero a Carlos Quesada, fue herido de bala y, luego, ingresó a la sucursal.
El funcionario judicial aseguró que el primero en disparar fue uno de los delincuentes, sin identificarlo.
Producto del enfrentamiento, Carlos y Jessie murieron en el sitio, mientras que el tercer hampón (Daniel) falleció en el hospital Calderón Guardia. Ninguno de los tres tenía un oficio formal conocido, indicó la Policía Judicial.
Quesada Ramírez tenía heridas producidas por arma de fuego en el tórax y el antebrazo izquierdo. Daniel presentaba tres orificios de bala en el pecho, el abdomen y el muslo izquierdo, mientras que Jessie fue baleado en el tórax, el abdomen, la oreja izquierda, la rodilla derecha y la mano derecha.
La cantidad de balazos ejecutados, tanto por los asaltantes como por el guarda, quien portaba un arma calibre nueve milímetros de reglamento, no ha sido determinada por el OIJ, “pero fueron bastantes".
Sin más sospechosos
Carrión detalló en conferencia de prensa que, pese a los rumores de que hubo ayuda de otras personas en el frustrado asalto, ellos solo han logrado ligar a los tres fallecidos.
“De momento no tenemos una evidencia concreta de que otros familiares de los fallecidos tengan relación directa con el evento. Estamos realizando la investigación de todo el entorno familiar”, afirmó Carrión.
Agregó que tampoco se tienen datos de que la madre de Daniel y Jessie sea colaboradora del supermercado del que salió el dinero y destacó que la actuación del guarda fue “buena y acorde a la función de seguridad que desarrolla”.
Asimismo, destacó que la investigación también permitirá determinar si la camisa que portaba Carlos Quesada de Correos de Costa Rica es auténtica o una imitación.
Información actualizada a la 1:03 p. m. con más datos del OIJ.