El sabotaje perpetrado en el plantel de Recope, en Moín, para interrumpir la descarga de gas desde un barco, fue tan grave que pudo provocar una explosión equivalente a una “pequeña bomba nuclear”.
Así lo explicó el abogado de la Refinería Costarricense de Petróleo, José Ramón Morales, durante el arranque del juicio que se sigue en el Tribunal de Flagrancias de Limón, contra uno de los sospechoso de causar daños en el plantel el pasado 11 de setiembre.
Ese día, “varias personas” sabotearon la válvula que protege la entrada y salida de gas GLP de una esfera en el plantel de Moín y pusieron en riesgo a miles de vecinos, viviendas, vehículos, animales domésticos y silvestres.
Si hubiese ocurrido una explosión, la onda expansiva habría llegado hasta Matina, a 30 kilómetros de distancia, agregó el abogado.
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"En el momento en que desarman la válvula había un barco bombeando gas a alta presión hacia la esfera. Si los funcionarios que realizaban esa labor no descubren un reguero de aceite hidraúlico y suspenden el trabajo, se hubiera liberado gas a la atmósfera.
“Eso podría causar un incendio cuya onda expansiva podría llegar a Matina y cualquier objeto que recibiera el golpe de esa alta temperatura como vehículos explotarían. La situación sería igual a la explosión de una pequeña bomba nuclear”.
En tanto la fiscala, cuyo nombre no se divulga por razones de seguridad, manifestó que en caso de alguna fuga, “se hubiera producido una catástrofe, que se logró evitar gracias a la rápida acción del personal de Recope”.
Sospechosos
Por dicha acción se está juzgando en Limón a un trabajador de la refinadora de apellidos Pérez Sánchez, de 27 años. Este hombre fue descubierto in fraganti en el sitio del sabotaje y capturado a 400 metros de distancia cuando intentó escapar.
"En aquel momento Pérez dijo de manera espontánea ando con otras personas” lo cual es un indicio de que participaron varios individuos, agregó el abogado Morales este miércoles en el debate.
Precisamente, durante el juicio, tanto la Fiscalía, como los abogados de Recope, José Ramón Morales y Juan José Picado, confirmaron que desde el viernes de la semana anterior se denunció ante la Fiscalía Adjunta de Limón, a un segundo sospechoso de los actos de vandalismo.
Durante la audiencia no dieron a conocer su identidad, pero se trata de un hombre de 36 años, vecino de Pacuare de Limón y quien devenga en la institución un sueldo superior a ¢1 millón.
Este miércoles, Recope dio a conocer que demanda a Pérez Sánchez para que se responsabilice por las pérdidas ocasionadas en el acto de sabotaje.
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Juan José Picado dijo que los daños en la válvula de la esfera ascendieron a ¢600.000 y dos embarcaciones con gas licuado petróleo (GLP) se atrasaron en la descarga 20 horas, lo cual significó una pérdida de ¢15 millones.
Pérez, en la parte penal, es acusado del delito de atentado contra plantas, conductores de energía y de comunicaciones, previsto en el artículo 260 del Código Penal, confirmó la oficina de prensa del Ministerio Público.
Este delito castiga con prisión de uno a cuatro años al que atente “contra plantas, obras e instalaciones destinadas a la producción o transmisión de energía eléctrica o de sustancias energéticas”, según lo fija el 255 del Código Penal.
El abogado Henry Loaiza Méndez, defensor del imputado, pidió al iniciar el debate que se dictara un sobreseimiento definitivo a favor de Pérez, pues argumentó que el “Ministerio Público no tiene elementos para abrir un proceso judicial contra el representado". Empero, el juez Sergio Céspedes Rivera, quien dirige el debate, no acogió esa petición.
Pérez Sánchez se abstuvo de declarar, pero no descartó que en cualquier momento del proceso se refiera a los hechos.
Este juicio continuará el martes 9 de octubre a las 5 p. m. con la declaración de dos testigos. Para este debate se tiene programado recibir ocho testimonios.