Diego Luna sabe que cuando habla, la prensa y las audiencias lo escuchan. Justo por eso, el actor, director y productor mexicano procura que parte de esa atención que genera se desvie a historias que estima merecen ser compartidas, como la de los niños costarricenses con males cardíacos y los médicos que procuran darles un futuro.
Luna vino esta semana al país como embajador de la fundación internacional Surgeons of Hope (Cirujanos de Esperanza). En su gira, el intérprete visitó medios y dio entrevistas no enfocadas en su obra, sino en el trabajo de una organización de voluntarios que atiende a niños con males congénitos del corazón en países en vías de desarrollo, y cuyos médicos han encontrado en Costa Rica uno de los pilares de su misión.
Diego Luna se involucró con Cirujanos de Esperanza sin necesidad de que la vida lo tocara de cerca con una experiencia como la que viven los miles de niños y familias beneficiadas por esta fundación sin fines de lucro. La desigualdad económica que golpea a millones de latinoamericanos es el impulso detrás del vínculo del actor no solo con CDE sino con otras iniciativas detrás de su activismo.
El protagonista de éxitos como Y tu mamá también, Rudo y cursi, Milk, Nicotina, El libro de la vida y, desde luego, Rogue One: A Star Wars Story participó de la serie de entrevistas Diálogos, de Nacion.com. En la plática, Luna habló no solo de los esfuerzos de Cirujanos de Esperanza, sino también de las dos series que protagonizará pronto en la plataforma Netflix: la animada Tales of Arcadia: 3Below (de Guillermo del Toro y que forma parte del mismo universo de Trollhunters), y Narcos: México (en la que interpreta al capo Miguel Ángel Félix Gallardo, quien dominó el tráfico de cocaína en su país en los años 80).
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–¿Cómo se da el vínculo con Cirujanos de Esperanza?
–Cirujanos de Esperanza (CDE) es una organización que lleva trabajando más diez años y cuatro de implementar un proyecto en Costa Rica de atención a niños que nacen con una malformación cardíaca congénita. El 90% de los casos de niños que nacen con esta condición se dan en países en vías de desarrollo y es ahí donde yo conecto con esta historia porque, al fin y al cabo, habla sobre desigualdad. Es una condición que puede ser tratada pero por falta de acceso los niños mueren.
CDE hace misiones por el mundo, llevando a cirujanos expertos a trabajar con médicos locales. Además se capacita a los equipos locales y el proyecto en Costa Rica ha arrojado muy buenos números. A mí estas historias me llegan mucho; es increíble que todavía en el mundo mueran niños por algo que puede atenderse si se hace a tiempo.
¿Cuál es el rol de un embajador en una organización como esta?
Amplificar la información; hacer que las historias de estos niños, familias, y doctores lleguen más lejos. Es una organización que vive de donaciones y es muy importante que la gente que puede done y le garantice una larga vida. A mí me entristece mucho cómo pasa desapercibido el trabajo de gente como la que está detrás de CDE, pues su interés está en los pacientes, en los casos, y a nosotros, los que tenemos acceso a los medios de comunicación se nos olvida contar esas historias, que esa es nuestra labor. Hoy desperdiciamos mucho tiempo en los medios hablando de temas que no tienen mayor relevancia, y cuando estás en una posición como la mía, me interesa desviar la atención hacia los temas que valen la pena. No sé cuánta gente sabe que en Costa Rica son un ejemplo para toda la región de cómo se abordó el tema; pronto veremos en estas misiones a doctores de aquí esparciendo conocimiento. ¿Esas historias quién las cuenta?
Hoy conocí en Costa Rica a estas niñas y niños junto con sus familias. Historias conmovedoras. Más de 1 millón de niñxs en el mundo nacen al año con una anomalía cardíaca congénita. Hay mucho que hacer, visita https://t.co/zwZIYODnVd infórmate y dona. Se agradece el RT pic.twitter.com/f5eWMbhjg2
— diego luna (@diegoluna_) October 17, 2018
Hablemos de las historias que estás contando. Estuviste hace poco en el Comic Con de Nueva York con Guillermo del Toro, presentando su nueva serie para Netflix y DreamWorks (Tales of Arcadia: 3Below). ¿Cómo viene esta experiencia, porque tu personaje ya tuvo participación en Trollhunters?
Es una trilogía y en Trollhunters introducen a nuestros personajes y a partir del 21 de diciembre van a poder ver la serie. Es un show que se le ocurrió a un mexicano (Del Toro) acerca de tres personajes que llegan a la Tierra y escogen personalidades que les permitan pasar desapercibidos. La computadora madre les dice que uno va a ser latino, la otra una chica joven y otro un personaje de la tercera edad, pues así nadie los va a volver a ver. Me encanta hacer un comentario así con una animación que va a tener ese nivel del alcance.
Al hablar de la identidad de tu personaje en Tales of Arcadia pasa algo similar a lo sucedido con tu participación en Rogue One, pues para mucha gente fue muy valioso que sonaras latinoamericano, mexicano, sin interés de darle un tono neutral o ‘internacional’. Podría parecer un detalle no significativo pero sí terminó siendo así.
La representación se ha vuelto muy importante en el cine internacional. El cine ya no tiene nacionalidad; las fronteras se han ido borrando y las ciudades enriqueciendo con la diversidad. No es ningún accidente que en Rogue One el personaje (Cassian Andor) lo interprete yo, tenga mi acento e incluso lo exageráramos, y que el equipo tuviera esa diversidad de acentos, de colores de piel, de culturas que enriquece el resultado final. Se ha vuelto un tema importante desde la gestión de los proyectos pensar en la representación, que como espectador en el cine te puedas identificar con los personajes y su contexto.
“Ya pasamos esa época en la que veíamos un cine que hablaba de una realidad que no te pertenecía. No hay tiempo para eso; nosotros hacemos una curadoría de qué queremos ver. El público se ha manifestado, ha dejado claro que quiere verse representado y eso rinde frutos, pues la gente defiende los proyectos. Recuerdo una carta muy bonita que escribió una espectadora que fue a ver la película (Rogue One) con su papá y la emoción de él de verse representado, de ver que este personaje que tenía ese acento no moría al inicio de la película ni era el malo de la historia. Recuerdo lo que significó para esta familia que vivía esa biculturalidad, cómo se va complejizando con el paso de las generaciones (...) me enterneció muchísimo, me dio mucho orgullo”.
Hablamos ya de una primera serie tuya que llegará a Netflix este año. Hay otra serie con tu participación que también estará en Netflix y de la que se ha venido hablando conforme se acerca su fecha de estreno, que es la llegada de Narcos a México. En Colombia mucha gente no aplaudió la representación que Narcos hizo de su país, ¿crees que algo así sucederá también en México?
Estoy seguro que va a pasar. Es imposible complacer a todos los puntos de vista y cuando hay una interpretación, hay una reacción. Me parece importante hablar del tema, de sus orígenes, hemos reflexionado mucho sobre el conflicto que estamos viviendo hoy, la violencia en mi país pero nos cuesta entender por qué y cómo llegamos ahí. Narcos es una interpretación, una serie de ficción, y ojalá detone en la gente la curiosidad de entender realmente qué fue lo que sucedió porque hay muchísimos libros, documentales que pueden cumplir esa labor. Yo trato de no pensar en eso sino en mi punto de vista y de la gente que me rodea, trabajar con gente que admiro y contar las historias que nos preocupan desde donde las estamos viendo.
"Pensar en que la serie no va a crear polémica sería absurdo, claro que la va a crear y qué bueno que pase y que se hable, que genere discusión y que otros proyectos toquen el tema desde otros ángulos. Lo más peligroso, lo que más miedo me da es que nos acostumbremos a este nivel de violencia, que no lo hablemos, que no nos haga debatir ni confrontar ideas.
“¿El Nueva York de Woody Allen o Scorsese es el de adeveras?, pues no. Yo vengo de un país que tiene muchísimas historias que contar desde distintos ángulos. La serie (Narcos) se filmó en México, la mayoría de los actores son mexicanos interpretando a mexicanos, hablan en su idioma. De esta serie me gusta que cuando van a un país hablan el idioma de ese país, eso se me hace, viviendo de Netflix, un respeto a la idioma y la lengua”.
Tu personaje es real: Félix Gallardo es uno de los narcotraficantes más notorios de la historia de México. ¿Qué demandas tiene meterse en los zapatos de alguien cuya historia es conocida?
Es una interpretación de una idea a la que llegué vía los libros, hay poco material en comparación a otros más excéntricos y exhibicionistas, él era mucho más reservado. La interpretación tiene que ver con mis referentes; traté de darme una idea de quién era el personaje, qué significaba y después olvidarme de eso y meterme a contar nuestra historia, que tiene la ventaja de ser una ficción. Estamos basándola en hechos reales pero la ejecución tiene que ver con la interpretación y no pretende para nada ser un documental, lo que me da cierta libertad y paz.
Es un personaje que tiene mucha resonancia. Yo crecí en el final de esta época que estamos hablando, son mis primeras memorias como ciudadano. Ahora que estoy contando esta historia esas memorias se resignifican.
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