Han pasado años ensayando, preparándose y perfeccionando su técnica con dos objetivos claros: traspasar fronteras con su espectáculo y demostrar que en Costa Rica existe talento de primer nivel.
Consolidarse no ha sido fácil pero lo que comenzó como un sueño materialmente inalcanzable, hoy es una realidad y bandas municipales y comunales, brillan en cada festival, feria o evento al que son invitados.
Ya no son solo 20 o 30 músicos tocando los mismos temas siempre; han crecido, se han diversificado y cuentan con artistas de diferentes categorías y de primer nivel que fácilmente llegan a las 100 personas interpretando música nueva, con bailarines folclóricos, de danza, bastoneras y abanderados.
Han adoptado el marching band (tradicional en las bandas de Estados Unidos) y lo han adaptado al mejor estilo costarricense, a sus tradiciones, su música y su folclór.
Sus directores han sido exigentes y saben lo que quieren, visión que les ha permitido iniciar una carrera tanto en Costa Rica como en el extranjero, dejando al país en lo más alto a nivel internacional. De allí que ya se han presentado en países de Centroamérica, Norteamérica y Europa.
Pero este 2018 fue particularmente bueno para tres de ellas: dos fueron elegidas para participar en el Desfile de la Rosas (una en la edición del 2019 y otra en el 2020); mientras que una tercera deslumbró en el desfile más importante de la región que se realizó en Nueva York, a inicios de octubre.
Se trata de las bandas de Acosta, Zarcero y Tarrazú; que con sus músicos, su grupo folclórico y su equipo de color guard (bastoneras) han dejado en alto el nombre de Costa Rica.
El logro más reciente fue el que alcanzó la Banda Café Tarrazú que cuenta con apenas cuatro años de existencia y que con su crecimiento y profesionalismo lograron una invitación para recorrer la Quinta Avenida en octubre anterior como parte del Festival de la Hispanidad, uno de los más grandes de la región, que se realiza en Manhattan, Nueva York.
Su presentación fue tan exitosa, que se viralizó en redes sociales.
“Nos abrió un montón de puertas a nivel nacional e internacional y nos dio crecimiento profesional, tanto como personas y como la familia que somos. También nos generó un poco de exposición que era el objetivo”, dijo el director, Jesús Cordero.
Tras el espectáculo en la Gran Manzana, surgieron propuestas para presentarse en Rusia y China; además, concretaron una gira por diferentes lugares del país que incluye ciudades como Sarchí, Guanacaste, Pérez Zeledón, Desamparados, Orotina y San José.
Las buenas noticias también llegaron a otros rincones del país durante este año. El pasado mes de setiembre, la Banda Municipal de Zarcero recibió la mejor noticia en toda su historia: serían la banda latinoamericana elegida para presentarse en el Desfile de las Rosas en el 2020.
“Cuando uno se propone metas o sueños, con esfuerzo se logra. Al inicio uno ve el Festival de la Luz como algo inalcanzable pero cuando uno se lo propone, logra llegar a la meta con esfuerzo y dedicación. Proyectarse internacionalmente es difícil, pero ya las bandas empezaron a salir y a nivelar a otros países que estaban por encima de nosotros, para ello, hemos tenido una preparación mayor, con más disciplina y más ensayos”, resaltó el director, Elesban Rodríguez.
Por otro lado, aunque el anuncio de que participarían en el Desfile de las Rosas 2019 se dio el año anterior, la popularidad de la Banda Municipal de Acosta ha crecido a lo largo de este 2018, tras recibir el certificado de Marca País, por parte de Esencial Costa Rica.
Es decir, por primera vez el prestigioso evento tendrá por dos años consecutivos a bandas costarricenses representando a Latinoamérica.
“Lo que pasa es que el Desfile de las Rosas se dio cuenta del valor que hay en Costa Rica y las bandas costarricenses no habíamos decidido ir más allá y Costa Rica tiene talento y estoy casi seguro que ahora en cada desfile de las Rosas van a querer a una banda costarricense, porque realmente existe la calidad”, afirmó José Manuel Mora, quien junto a Julio César López, dirige la banda de Acosta.
Apoyo. Su dinero es limitado, pero las ganas de conquistar a las personas con su espectáculo es más grande y el motivo por el que ensayan largas horas, sacrificando fines de semana e incluso feriados; para ellos, todo vale la pena.
Sin embargo, asistir a una presentación internacional siempre es un gran reto, ya que deben costearse desde boletos, hasta uniformes, ya que aunque el Ministerio de Cultura les ayuda con temas logísticos, no les da recursos para costear viajes.
De hecho, los músicos, artistas e incluso los directores de las bandas, no reciben nada a cambio, solamente la satisfacción de ver sus sueños cumplidos.
“Es lo más difícil, es demasiado dinero el que se invierte en instrumentos o en uniformes y si a eso le abonamos un viaje al extranjero, es tremendo el factor económico, porque además se invierte en el valor musical de los muchachos, y es bastante alto el monto que se gasta en eso”, agregó Rodríguez.
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Un claro ejemplo de eso, es la Banda Municipal de Acosta, que desde hace un año ha estado participando en cuanto evento puede con el propósito de conseguir los recursos suficientes para costear el viaje para las 250 personas que irán a California al Desfile de las Rosas, a inicios del 2019.
Hasta ahora, esta banda ha logrado conseguir el apoyo del Instituto Nacional de Seguros (INS), que les dio el dinero para el transporte interno en Estados Unidos; Coopealianza colaborará con el hospedaje , la compra de instrumentos y algunos uniformes; y la colonia tica en California les ayudará con parte de la alimentación.
En el caso del tiquete aéreo para el viaje que tiene un costo de aproximadamente $700, lo debe cubrir cada muchacho y aún les hace falta recursos para que todos puedan asistir.
“Sentimos que el talento existe, vamos para un espectáculo de primer mundo donde Costa Rica tiene el talento para ese espectáculo, pero no tiene las condiciones económicas ni la infraestructura porque realmente el show del desfile de las rosas es para un estadio de fútbol americano donde las bandas allá trabajan con esas medidas y demás, acá no tenemos, en nuestro cantón tenemos instalaciones que no son aptas para esto”, añadió Mora.
Semillero. Presentaciones en Centroamérica, Norteamérica y Europa forman parte de la lista de países a los que han sido invitados sus músicos, bailarines y bastoneras, quienes en conjunto o por separado brillan con luz propia.
“La población ya está más identificada (con las bandas) y además, ahora está tomando más profesionalismo que antes, hay gente más preparada, las bandas están tratando de hacer bien las cosas y sacarlas del contexto. Entonces hay una nueva generación que está haciendo la diferencia en ese sentido”, dijo Jesús Cordero director de la Banda Municipal de Tarrazú.
Y aunque las bandas existen desde hace muchísimos años, los directores coinciden en que el impulso que han tenido recientemente en ser mejores, ha sido gracias al Festival de la Luz ya que al ser este un evento tan mediático, permite que la población observe un verdadero show que combina música, baile y danza. Para ellos, este es el evento al que toda banda costarricense aspira a llegar.
Según Jorge Villalobos, coordinador del festival desde su inicio, hace 23 años tuvo que tocar puertas e insistirle a las pocas bandas que realizaran una modesta participación; pero desde el año anterior deben hacer incluso audiciones, para seleccionar a las mejores, debido al crecimiento de los últimos años.
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“Es impresionante como el festival ha sido el eje motivador de las bandas. He sido un testigo presencial del mejoramiento de las bandas que existían en aquel entonces y del nacimiento de nuevas bandas que se han presentado en las calles de San José”, contó Villalobos.
Además, agregó que el nivel que pide la organización del festival es tan elevado que ahora el jurado de las audiciones está conformado por directores de orquestas sinfónicas e incluso directores de bandas estadounidenses, donde estas son muy populares.
Lo cierto es que todo parece indicar que este es tan solo el inicio de un espectáculo que promete llevar hasta todos los rincones del mundo, el talento costarricense al ritmo de las bandas.