Casi 25 años después del primer contacto con la ópera de Wolfgang Amadeus Mozart, el barítono José Arturo Chacón regresa al elenco de una de sus obras favoritas, con el rol protagonista a sus espaldas.
A diferencia del muchacho de 24 años que fue parte de esta ópera hace décadas, ahora Chacón es un hombre de experiencia. Con papeles principales en L`elisir d`amore, Le nozze di Figaro, La Bohème, Così fan Tutte, Carmen y Madama Buttefly, Chacón ha presentado una robusta interpretación del hombre mujeriego que imaginó Mozart en el siglo XVIII.
Un año después de haber sido parte del espectáculo de la Compañía Lírica Nacional (con el rol del Barone Douphol en La traviata), Chacón conversa sobre la exigencia del personaje, su madurez como intérprete y cómo fue estrenar esta obra con un teatro a medio llenar.
–¿Qué relación previa tenía con Don Giovanni?
–Es una obra que conozco desde hace muchos años. La había hecho comenzando mi carrera con el papel de Masetto, allá por 1997. Después, hice de Don Giovanni a partir del 2005 en varias producciones en Guatemala, Nicaragua, incluso aquí con la Ópera de Cámara de Costa Rica.
“Volver a hacer este papel es una oportunidad muy grande porque, después de todo este tiempo, veo al personaje de otra forma, con otra madurez”.
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–¿Siempre se sintió atraído por el personaje?
–Es un personaje que siempre me ha fascinado e intrigado porque se da muchas libertades. Es un personaje oscuro, donde uno musicalmente hablando no deja de aprender y sacar algo, porque Don Giovanni siempre tiene algo nuevo que decir. Todo depende de la interpretación. Yo descubrí la ópera en el colegio y me cautivó. Cuando la descubrí, la escuchaba muchísimo y, luego, pude interpretarla como Masetto y fue muy lindo. Claro, era un muchacho de 24 años en ese momento y me quedaba mucho por aprender.
–¿Cómo fue la preparación para el montaje de este año?
–Fue una preparación muy ardua. Volver a la partitura significa volver a descubrir cosas. Con Mozart es curioso porque está impresa la psicología del personaje dentro de la música. Volver a revisar la obra es definir más al personaje. Los años dan más experiencia y uno empieza a encontrar más cosas en cada palabra que se interpreta, además que todo lo que hace Don Giovanni está justificado. Él es un personaje inmortal y siempre se puede moldear.
–¿Cree que Don Giovanni ha sido uno de los roles más exigentes que ha interpretado en su carrera?
-Es uno de los más complejos. En realidad, todos tienen su grado de exigencia, pero este tiene la particularidad de que pertenece a una ópera larga, entonces demanda mucho en el ámbito físico. Por supuesto que a nivel vocal también, pero eso me resulta más sencillo de manejar con la técnica. Esto se podía comparar con la preparación de un deportista. Supongamos que te vas a preparar para correr 20 kilómetros, comienzas a entrenar para poder hacer todo el recorrido y podés lograrlo, pero va a requerir otro tipo de esfuerzo para soportarlo correctamente, con la técnica adecuada.
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–Este montaje se desarrolla en la Sevilla de los años 30. ¿Cómo se tomó esa decisión?
–Bueno, es una cuestión del director escénico. Cada director tiene su propuesta, simplemente uno investiga la época, cómo se comportaba la gente, qué pasaba históricamente. Es un trabajo de investigación importante porque te da otra forma para interpretar. Hay óperas que se pueden transportar en el tiempo y uno como artista siente muchas posibilidades. Por eso, Don Giovanni ha inspirado a tantos artistas.
–Repite por segundo año consecutivo bajo la dirección del maestro Arthur Fagen, ¿cómo es trabajar con él?
–Él es magnífico. Es un director de orquesta con mucho conocimiento; ha sido una gran experiencia porque me ha dado mucha seguridad y me ha enriquecido mucho. Es un profesional excelente y nos hemos llevado bien.
–¿Cómo compara Don Giovanni con la experiencia de La Traviata?
–Fueron experiencias diferentes, pero han sido muy positivas, con papeles completamente diferentes. El año pasado tenía un papel con menos intervenciones; este año ha sido mucho más exigente. Aún así, yo no creo que haya papeles pequeños. Todo es parte de un conjunto donde todas las fichas son importantes.
–Uno de los temas que ha levantado este montaje fue la baja asistencia de público que tuvo el teatro el día del estreno. ¿Cómo se tomó esta circunstancia?
–Pues viera que para mí eso no cambia nada. Hago esto porque me gusta, porque es mi pasión, porque es lo que sé, es lo que me tiene feliz… Nací para hacer esto, entonces no me afecta. Mi disposición siempre es la misma: hacer todo con la mayor entrega y con toda la pasión. Yo siempre digo que voy a ir a jugar cuando salga al escenario porque esto para mí es una bendición, independientemente de si hay cinco personas o el teatro está lleno. No cambia nada.
–Usted ha trabajado con otras compañías de ópera en el continente. ¿Cómo compara el trabajo que ha tenido con la Compañía Lírica Nacional?
–Ha sido una buena experiencia. He trabajado con un buen equipo. Todo el mundo ha estado en la mejor disposición y muy motivados de sacar esta producción. Estoy trabajando con un equipo muy bueno. En realidad, todo ha sido muy positivo.
–Esta ópera cuenta con el atractivo de tener intérpretes costarricenses en los roles protagónicos. ¿Qué cree que significa esto para la escena lírica del país?
–Me parece que es muy importante de que se haya apostado por un elenco casi que completamente costarricense, pues solo hay un mexicano. Me parece muy bien. Aquí (en Costa Rica) lo que sobra es talento. Entre más oportunidades y herramientas se dé, más se notará el crecimiento del artista costarricense para que pueda desarrollarse, impulsarse y crecer como artista.
“Eso no significa que es malo tener artistas extranjeros. El contacto con artistas internacionales es importante, uno lo necesita, y este elenco ha tenido experiencia afuera, tanto en estudios como en obras. Volver acá y hacer lo que nos gusta en nuestro país es muy importante”.
Sobre la venta de entradas
Don Giovanni se presenta en el Teatro Popular Melico Salazar. Restan las funciones del domingo 29 y martes 31 de julio. Los boletos se pueden conseguir en specialticket.net o en la boletería del teatro y van desde los ¢7.000 hasta los ¢25.000.