Visitar Sunrice, ubicado dentro de Marina Pez Vela en Quepos, es como encontrar un pequeño Japón en el Pacífico Sur. Esto gracias a la visión de Sara Campos y su esposo Michael Wex, quienes luego de vivir mucho tiempo en Estados Unidos y de enamorarse de la gastronomía japonesa supieron que debían compartirla con los ticos.
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Buenas noticias: el concepto de este restaurante se inspira en comida saludable, de fácil preparación y a precios asequibles. “Lo que encuentran en Sunrice está solamente aquí, lo que probarán no lo encontrarán en ninguna parte del país”, advirtió la propietaria.
Al inicio la llegada de esta propuesta al país fue arriesgada, pues se presentó con la idea de ofrecer solamente “el sándwich japonés”, llamado originalmente omosubi. Este alimento tiene entre sus ingredientes mucho arroz, alga y relleno de carne. Cuando está listo luce como un robusto triangulo de arroz bordeado en su parte inferior con un alga. Es idéntico al emoji de WhatsApp.
Se recomienda que el omosubi se consuma de arriba hacia abajo para evitar que se desarme. Definitivamente, la experiencia es comerlo manteniendo su forma. Este es un snack ideal y una buena opción para empezar a adentrarse en una gastronomía diferente a la nuestra.
Sunrice, además de ofrecer omosubi, entendió que había una gran apertura en Costa Rica para presentar Japón más allá del sushi. Por ello, en su rincón ubicado en Quepos, en el que también venden arte costarricense y artículos traídos del país asiático, el menú se amplió y ahora es comida japonesa fusión. Si el omosubi lo emocionó, aun hay más.
Si alguien quiere empezar a probar sushi y que su experiencia no sea tan “cruda”, en Sunrice tienen una opción más horneada”. Esta es otra de las especialidades que en el lugar ofrecen como “únicas” en el país”. El baked brad roll es, como su nombre en inglés lo dice, un rollo de cangrejo horneado que se sirve envuelto en papel de soya y con mayonesa japonesa. Este no lleva alga para evitar el sabor a pescado. Para los miedosos del sushi, como quien escribe esta reseña, fue una experiencia segura y deliciosa.
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Si ya se antojó, viene algo para rematar: más arroz pero esta vez crujiente. El crispy rice spicy tuna es como un “quequito de arroz frito con atún picante encima”. Está la opción vegetariana en la que se sustituye esa proteína por aguacate. El sabor es espectacular.
Para que su vivencia como comensal sea más japonesa, se recomienda que acompañe sus alimentos con saque, que es un vino de arroz mezclado con jugo de arándano. Tradicionalmente se toma caliente, aunque por el clima caliente de Quepos, se sirve frío. El rango de precios de Sunrice va desde los 1850 a menos de 10.000. Aparte de los platillos estrella antes mencionados, en el menú hay mucho más.
Comida del mundo
Dentro de la Marina Pez Vela también encontramos Z Gastro Bar, este sitio se caracteriza por usar los mariscos como ingredientes principales para sus platillos fusión. La premisa de este lugar es presentar al comensal la tendencia del mundo culinario utilizando ingredientes costarricenses.
Una de sus más ricas opciones es el risotto al pesto con camarón y pulpo en salsa cremosa de ají y lluvia de nueces caramelizadas. En la opción vegetariana se sustituyen los mariscos por pico de gallo. Si ver un platillo con excelente presentación es bueno, que sepa mucho mejor de lo que luce es como ganar la lotería, aunque solo sea por los minutos que duran los bocados.
En Z Gastro Bar también ofrecen una opción que refresca y estimula las papilas gustativas. Les hablo del tiradito de dorado: una mezcla de delgadas lonjas de pescado crudo en leche de tigre con maracuyá, cebolla morada, culantro, fresas, pimienta rosada, mango y hierba buena para potenciar la frescura.
En este sitio además ofrecen exclusivos cortes de carne. Los precios del menú van desde los ¢3.500 y hasta los ¢95.000 (un platillo para cuatro personas).
¿Se le antoja?
Wow, wow
Mark Dalton es el dueño de Gabriella’s, una opción, dentro de la Marina Pez Vela que se especializa en carnes, mariscos y pasta. Su propietario busca que cada visitante viva una experiencia inolvidable, por ello dedican tanto esmero en la preparación y presentación de sus productos.
Ofreciendo buena comida a sus clientes, Dalton cree que “hace sonreír a Dios”. Les aseguro que a los comensales también.
Si visitan esta propuesta y disfrutan de los mariscos, deben probar los camarones wow, wow. Su nombre se debe a que cada vez que alguien los prueba exclama: wow!. ¡Vaya que sí!
Estos camarones son el platillo más vendido: se sirven empanizados, con cebollino y acompañados en su salsa semipicante. Parece un plato sencillo, pero su sabor está lleno de magia.
Seguido de los wow, wow, Gabriella’s nos presenta el ceviche de maracuyá. Este reúne al calamar, pulpo y camarón, acompañados por aguacate, almendras y limón. Esta receta no es suya como si lo son los camarones wow, wow; sin embargo, admiten que es un obsequio de amigos peruanos.
Si en esta reseña le faltó el siempre bienvenido postre, por supuesto que hay, y también en Gabriella’s.
Su delicia dulce icónica es banana flambé. Se preparan con una receta tradicional y se flambea con tequila, triple C y ron. Luego de las llamas, se sirve con helados.
¡Buen provecho!
DIRECCIÓN: Marina Pez Vela
PRECIO: Medio-alto
ESTILOS: fusión