Al igual que muchos de los ballet más populares, la historia le terminó dando la razón y el espacio merecido a El Cascanueces, danza que hoy sin duda es referente de la época navideña y durante más de una década se ha mantenido con funciones para fechas decembrinas.
Este año, el ballet nuevamente se interpretará en el Teatro Melico Salazar, con un elenco que alcanza más de 300 personas.
La historia de Clara resiste al paso del tiempo y con una temporada extendida del 1.° al 9 de diciembre El Cascanueces vuelve a valerse con sus evidentes méritos.
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El muñeco viviente
Al comienzo de El Cascanueces, el espectador mira la dulce escena festiva que protagoniza la familia del alcalde. Sus hijos, Clara y Fritz, pasean y bailan a lo largo del escenario con la víspera de la entrega de los regalos en su mente.
Ambos esperan con particular atención los presentes de su padrino, el mago Drosselmeier. Como se espera, el montaje de este año no se aleja a los hechos conocidos de este relato: Clara recibe un cascanueces que su hermano rompe. Su mágico padrino arregla el encantador regalo y se desencadena un cuento de hadas en el que los personajes se sumergen en un viaje multicultural y sensorial.
Esta nueva versión del ballet viene con doble firma: el estadounidense Wes Chapman y la costarricense Patricia Carreras son quienes se encargan del montaje.
Ambos aseguran la fidelidad de esta versión, que se asemeja mucho a las representaciones más tradicionales de la fantasía.
“Esta versión de lo que se diferencia es del cuento de Hoffman en el que está basado. Acá todo es menos tenebroso. En el libro los ratones asustan porque se agigantan; en el ballet todo es menos crudo, menos grotesco. El ballet lo cuenta a su manera y esa transición entre lo real y lo mágico es lo que lo hace especial con el paso de los años, además de la extraordinaria música de (Pyotr Ilyich) Tchaikovsky”, señala Chapman, quien fungió como primer bailarín del American Ballet Theater de Nueva York.
“Es interesante realizar diferentes lecturas conforme pasan los años. Lo importante es tener claro esa magia. Mi visualización es la de un cuento de hadas tremendamente hermoso y que genera una expectativa muy especial”, agrega el estadounidense.
El Cascanueces tuvo su noche de estreno el 18 de diciembre de 1892 en el Teatro Mariinski de San Petersburgo. Aunque la recepción no fue del todo mala, no apuntaba a convertirse en un clásico inmediato.
Sin duda la utilización que hizo Walt Disney en los 40 para la película Fantasía ayudó en buena parte a su popularidad, e incluso para los años 50 los montajes de la obra fueron televisados.
“Creo que el paso del tiempo ha confirmado su validez”, confirma la directora Carreras, “porque si para los niños es fascinante sin duda los adultos no se resisten a la música. Todos los adultos pueden disfrutar también de la historia porque todos han sido niños y este ballet es como revivir el pasado”, señala.
En el caso de Carreras, realizó El Cascanueces por primera vez a los 9 años y, según sus cuentas, esta es la oportunidad número 45 en la que se involucra en la obra.
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Ella asegura que la dualidad entre lo real y lo mágico termina de convencer al público sin importar la edad y sin pensar que este ballet fue creado tan lejos de nuestro país.
“Yo, como latinoamericana, encuentro que lo real maravilloso es una cosa muy natural, algo que llevamos en el ADN de la región. El Cascanueces nos sitúa rápidamente en un nuevo mundo, uno maravilloso. Yo creo que esa transición de lo real hacia lo mágico es algo que viene muy fácilmente porque la música ayuda. Todo resulta muy sutil”, reflexiona Carreras.
Para lograr tal objetivo ambos directores cuenta con un amplio elenco acuerpado principalmente por bailarines costarricenses de todo el país.
Aún así, el montaje cuenta con bailarines internacionales como la costarricense Camila Fernández, del Ruse State Opera Ballet de Bulgaria; Zigmars Kirilko, bailarín principal del Teatro Nacional de Latvia; Denis Karakachev, bailarín de San Petersburgo y Moscú; Michal Štípa, bailarín del Ballet del Teatro Nacional de Praga; Jan Fousek, del Teatro de Brno de República Checa, entre otros.
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Sobre las entradas
El Cascanueces tendrá funciones del 1.° al 9 de diciembre. Las funciones tienen horario de 3 p. m. y 8 p. m., los sábados; 11 a. m. y 6 p. m., los domingos; y de martes 4 a viernes 7 de diciembre, a las 8 p. m.
Las entradas se pueden conseguir en eticket.cr, en el centro de llamadas 2295 9400 y en puntos Servimás. Los precios van de ¢17.000 a ¢36.000.