El cómico y actor estadounidense Kevin Hart prefirió dar un paso al costado y la noche de este jueves, voluntariamente, renunció a ser el presentador de la edición 91 de la entrega de los Premios Óscar, el próximo 24 de febrero del 2019, debido a unos tuits homofóbicos y antigais que publicó hace casi 10 años.
Dos días después de anunciar que había sido confirmado como presentador de la gala, Hart aseguró que la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas le había pedido que escogiera entre disculparse por los tuits o el trabajo. Hart dijo que los mensajes era de hace casi una década y que había madurado desde entonces.
I have made the choice to step down from hosting this year's Oscar's....this is because I do not want to be a distraction on a night that should be celebrated by so many amazing talented artists. I sincerely apologize to the LGBTQ community for my insensitive words from my past.
— Kevin Hart (@KevinHart4real) December 7, 2018
“He decidido hacerme a un lado de ser el anfitrión de los premios Óscar. Esto porque no quiero ser una distracción en una noche que debería enfocarse a celebrar a todos estos artistas talentosos. Sinceramente me disculpo con toda la comunidad LGBTQ por mis comentarios del pasado”, afirmó el actor reconocido por películas como The Upside y Jumanji.
Hart también se disculpó por medio de su cuenta de Instagram, en la que explicó que las ofensas se realizaron hace mucho tiempo.
"He dicho quién soy ahora en comparación con quién era entonces. Lo he hecho [...] estoy en un lugar completamente diferente en mi vida ", explicó Hart.
En Twitter, Hart se disculpó con la comunidad LGTBI por lo que el llamó "mis palabras insensibles del pasado".
“Lamento haber lastimado a la gente”, agregó. “Estoy evolucionando y quiero seguir haciéndolo. Mi objetivo es reunir a las personas, no separarnos. Mucho amor y aprecio para la Academia. Espero que podamos volver a encontrarnos”.
Los posts que se trajeron abajo el que era uno de los mayores sueños de Hart, según había confesado en varias ocasiones durante los últimos años, no son tema menor. “Uno de mis mayores miedos es que mi hijo sea gay”, tuiteó en 2011, junto a otras publicaciones que se apresuró a borrar a principios de esta misma semana, cuando la Academia le dio la noticia que tanto había esperado.
Pero algunos periodistas recordaron el belicoso pasado cibernético de Hart con respecto a temas que hoy son supremamente sensibles, y realizaron capturas de pantalla antes de que el actor los despublicara.
Varios medios del mundo están sacando a relucir en este momento los escritos del actor. El portal español 20minutos.es, reseña que un corresponsal del diario británico The Guardian en EE UU, Benjamin Lee, fue uno de los primeros en publicar capturas de pantalla de los algunos de los tuits en los que Hart aseguraba que “si mi hijo llega a casa e intenta jugar con la casa de muñecas de mi hija, voy a romperla en su cabeza y decirle que pare porque eso es de gays”.
En 2010, Hart se preguntaba por qué el cineasta Damien Dante Wayans “parecía un gay en su foto de perfil”. En 2009 tuiteó que el productor y también actor Dwayne L. Brown tenía muchas fotos suyas en el móvil: “¿Es que eres un marica gordo que hace fotos a pequeños hombres negros todo el rato?”, posteó. Otro de los tuits recopilados por Lee data de 2009 y se dirige al jugador de la NBA Dwyane Wade: “Debería hacer así la pregunta: ¿cuántos gays sudan cuando se visten con faltas porque los hombres de verdad no lo hacen? Marica”.
En tan solo 48 horas, la estupenda semana que había empezado a vivir Kevin Hart a partir del martes, cuando fue elegido para presentar la gala y se declaró “alucinado” con la oportunidad, se convirtió en una pesadilla, no solo por haber tenido que pasar por la pena de renunciar al tremendo honor y reto que implicaría ser el anfitrión de los Oscar, sino porque ahora sus fuertes frases resurgieron de un pasado que parecía lejano y simplemente, le estallaron en la cara mientras le dan la vuelta al mundo e, indudablemente, socavan su imagen a niveles aún no cuantificables. Según las experiencias recientes, ni Hollywood ni la industria en general está dispuesta a transar este tipo de manifestaciones, no en el mundo de hoy.
La Academia tendrá ahora que buscar a un nuevo presentador para la 91° edición de los Óscar, en febrero.