Ninguna figura se crea de cero. Fue en un pequeño bar en el distrito de Plumstead en Londres en donde Bruce Dickinson, cantante de Iron Maiden, encontró la confianza para plantarse seguro en un escenario.
Los bares pequeños suelen tener audiencias pequeñas y distraídas y eso a Bruce no le gustaba. Tenía 20 años y un micrófono en su mano, y decidió interpelar a un tipo de las filas de en frente que estaba muy distraído con su conversación.
Bruce le hizo un par de preguntas de las que ya nadie se acuerda, pero todos los distraídos de pronto estaban interesados en la figura que tenían en frente, por su seguridad y su sentido del humor.
La audiencia de ese día respondió tan bien que sus intervenciones se repitieron cada noche en que algún asistente se veía distraído y Dickinson se hizo su propia fama.
Él dice que esos días terminaron de formarlo como vocalista, pero ese fue también su primer trabajo. Y si algo ha hecho en esta vida Bruce es trabajar.
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40 años después Bruce ya no es un cantante aficionado, sino uno de los rostros más reconocidos del mundo del metal. Iron Maiden ha vendido más de 100 millones de discos y cientos de países en cuatro continentes le han escuchado gritar “Scream for me!”.
Este 7 de agosto Paul Bruce Dickinson cumple 60 años en este mundo, uno que no solo ha visto cantar, sino darle rienda suelta a los proyectos más descabellados.
Se sabe, por ejemplo, que en las tres ocasiones en que Iron Maiden ha venido al país, Dickinson ha sido quien ha pilotado el Boeing 747-400 en el que viaja la banda con todo su equipo de sonido. También tiene su propia empresa de aviación.
Se conoce también que es muy reservado pero que escribió una autobiografía en la que contó hasta sus pensamientos más íntimos.
Dickinson es ejemplo de que, a veces, para lograr los sueños, solo necesita darle tiempo al tiempo.
Inicios
La banda con la que tocaba en el pub pequeño se llamaba Shots. Con ellos grabó la canción Dracula y logró llamar la atención de Paul Samson, quien lo ficharía para la banda Samson.
“Yo no me veía a mí mismo como un cantante de heavy metal”, explicó Dickinson en una entrevista en el librito que trae el disco Live at Reading 1981.
“Simplemente tocaba en bandas que tocaran música rápida. Siempre con muchas influencias de Deep Purple porque yo estaba obsesionado con esa banda e Ian Gillan y todo el asunto”, agregó.
Pero claro, la música lo fue seduciendo poco a poco, tanto que casi no termina sus estudios universitarios (Dickinson se graduó en 1979 de la Universidad Queen Mary de Londres, donde obtuvo un título en historia).
En otra parte de Inglaterra se estaba formando otra banda de heavy metal que calzaba mejor con su estilo. Iron Maiden grabó su primer disco homónimo y el segundo, Killers, con Paul Di’Anno como vocalista, pero tras su salida, Dickinson fue el hombre ideal para el trabajo.
Sus nuevos compañeros amaban la velocidad de Deep Purple, pero también el peso y narrativa de Black Sabbath, la habilidad artística que Jethro Tull trajo a la mesa.
“De adolescentes amábamos todas esas bandas (…) así que si las echas todas en una olla posiblemente salga algo parecido a Iron Maiden”, señaló Bruce a The Irish Times.
Con Bruce Dickinson grabaron The Number of the Beast (1982), el álbum que los catapultaría a la fama mundial con temas como Run to the Hills y que terminaría de cementar el sonido de la banda.
El productor Martin Birch, encargado de pulir a Iron Maiden, encontró en Dickinson una vía para hacer crecer el grupo.
“Nunca pensé que Paul Di’Anno fuera capaz de ser el vocalista principal de una banda como la que Steve Harris (bajista) se imaginaba. Cuando Bruce se unió, eso abrió las posibilidades del grupo”, señaló Birch en el libro Run to the Hills: Iron Maiden, la biografía autorizada.
The Number of the Beast fue número uno en el Reino Unido y su sonido pesado y cautivante logró que la banda se diera a conocer en Estados Unidos. Eso, acompañado de una potente banda liderada por un talentoso vocalista, los dio a conocer.
Así empezó una época dorada en la que lanzaron los álbumes Somewhere in Time (1986) y Seventh Son of a Seventh Son (1988), cada uno con menos participación de Dickinson.
Ese desconecte entre él y la banda lo acercaron a otros hobbies, como por ejemplo la esgrima –en algún punto fue el sétimo mejor de Inglaterra– y en los años 90 inició su carrera como piloto.
En esa década también nacieron sus tres hijos: Austin (en 1990), Griffin (en 1992) y Kia (en 1994). De ellos se sabe poco, pero Griffin ha viajado en las giras de Maiden desde su adolescencia.
Separación
En 1993 Bruce Dickinson dejó la banda. Sí, él vino al país en el 2008, 2009 y 2017 con el grupo, pero a inicios de los años 90, las cosas no pintaban tan bien en Maiden debido a las diferencias creativas.
Fue en un show grabado para MTV que Dickinson y el guitarrista Adrian Smith decidieron despedirse del grupo. La banda, que bien sabe armar un show, invitó a un mago para el cierre del show y el mismísimo Eddie la mascota de la banda) se encargó de matar a Dickinson en el escenario.
El vocalista se dedicó a partir de ese punto a su carrera solista –con la que se mantuvo en el heavy metal y el rock– y Iron Maiden continuó con Blaze Bailey como vocalista principal. Nada fue igual para ninguna de las dos partes y por eso, en 1999, Dickinson regresó a la banda.
“Yo volví a una banda diferente”, dijo Dickinson a The Irish Times. Iron Maiden ya no era solo una banda en la que Harris tenía la última palabra, sino una más abierta y con un ambiente de trabajo más relajado.
“Siempre nos hemos llevado bien. De seguro él piensa que soy una basura”, bromeó en la misma entrevista. “Nos hemos vuelto mejores para trabajar uno con el otro”.
Adrian Smith también regresó a la banda y así Maiden terminó con tres guitarristas. Juntos han grabado Brave New World (2000), Dance of Death (2003), A Matter of Life an Death (2006), The Final Frontier (2010) y The Book of Souls (2015).
Retorno y llegada a Costa Rica
Con su regreso a la banda volvieron los viajes y claro, el asunto de tener un avión propio para la banda, una idea que salió mitad del lujo y mitad de la necesidad.
Maiden no viaja a ningún lugar si no tiene todo su equipo y quería viajar a nuevos países para la gira Somewhere Back in Time entre el 2008 y el 2009. En esta gira visitaron nuevas localidades en Europa, la India y claro, Costa Rica, el primer país de Centroamérica que los recibió.
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Fue un evento magno. Las entradas para verlos en el Estadio Ricardo Saprissa se agotaron rápidamente y detalles tan pequeños y tan grandes como los audios de Dickinson saludando al operador del Aeropuerto Juan Santamaría se difundieron entre los fanáticos.
La banda regresó un año después y registró todo su paso por Costa Rica en su documental Flight 666. Allí se ve a una banda madura visitando nuevos escenarios, dejándose impresionar y compartiendo amistosamente.
“Creo que hemos sobrevivido porque al inicio no éramos amigos, como otras bandas, pero nos hemos vuelto amigos con los años”, dijo Dickinson a The Irish Times.
“Nadie escoge a sus hermanos y todos somos hijos de la misma madre, Iron Maiden”, agregó.
En el 2013, Dickinson ayudó a la casa cervercera Robinsons a crear una cerveza representativa de Iron Maiden, De nuevo, su talento para insertarse en otros mundos fuera de la música fue muy bien aprovechado.
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En el 2014 Dickinson tomó un descanso y empezó a escribir algunas de sus memorias. El plan calzó con un diagnóstico de cáncer de boca, que puso a sus hermanos en la banda y a sus fans en el mundo a temblar.
El año siguiente tuvo radioterapia y quimioterapia para tratar un tumor en su lengua y meses después, fue dado de alta.
Pronto después, en el 2017, regresó a Costa Rica para un tercer concierto y lanzó su autobiografía What Does this Button Do?: Iron Maiden and Other Extraordinary Rides of My Life (¿Qué hace este botón? Iron Maiden y los otros viajes en mi vida).
En el libro comenta sobre crecer como hijo único, criado por sus abuelos mientras que sus padres –quienes no lo planearon– trabajaban todo lo que podían para poder mantenerse.
¿Sería su vida diferente si sus padres hubieran estado más presentes? No lo sabe.
“Creo que es más importante ver qué son las cosas que hacen la vida genial antes que ver las cosas que no has podido hacer”, escribió. “Quizá no es como todo lo soñaste, pero, ¿qué es la vida realmente?”.