Ojos cerrados, manos al cielo y movimientos bruscos de cadera. Melania Cordero estaba y no estaba ahí. Un “rico trance”, como ella misma lo describió, le hizo sentir por varios minutos el Chepe Joven 2018.
Cordero, sus jeans rotos y piercing en la nariz, era apenas una de las miles de personas que este domingo, en una tarde agradable y fresca, se tomaron el Paseo Colón por asalto y se entregaron a los placeres de la música electrónica.
Desde las 9 a.m. djs nacionales como Monik, Guonka y Dr Leo, entre otros, fueron los protagonistas de un evento que no contó con gran presencia en su etapa matutina, pero conforme fue asomándose y avanzando la tarde mejoró en número de asistencia, intensidad y volumen.
Sin duda fueron los djs Robbie Rivera, Marcos Noel y Willy Monfret los que encendieron la mecha y llevaron al éxtasis a los josefinos. La masa multicolor, conformada en su mayoría por adolescentes, no hizo otra que dejarse llevar por el enloquecido sintetizador, saltar cada dos segundos y convertir las calles josefinas en una ruidosa discoteca al aire libre.
Hubo, por voluntad colectiva, carta blanca a para que los artistas invitados hicieran lo que les diera la gana. En la pequeña y alta tarima, un armatoste metálico donde los protagonistas subían y bajaban en grúa de carga se gestaba el enérgico show.
En la cúspide del escenario parecía que la consola de los djs hablaba un raro idioma y la gente entendía todo de una forma extraña. Un mensaje encriptado, escondido entre sonidos psicodélicos, se clavaba certeramente en la mente y al corazón de la gente.
“Hay gente que no entiende esto. Cuando yo escucho esta música siento como que viajo, que me dicen algo y que yo respondo moviendo mi cuerpo. Y ojo, no se necesita tomar ninguna droga para sentir esto, como la gente cree, la droga en todo caso es la música”, explicó Cordero, sin señas de estar cansada.
Al lado, sus amigos, no dejaban de moverse y gritar al ritmo de Robbie Rivera, el dj puertorriqueño que dio inicio a la sección internacional del evento. Con camiseta roja , pelo canoso y gafas negras, el boricua sacó la faena e hizo saltar a la audiencia desde el primer minuto.
Ya para ese momento la fiesta estaba en su top. Y faltaba lo mejor.
Los djs Marcos Noel y Willy Monfret dieron la estocada final.
Monfret y Noel, inyectados por su propia propuesta musical y el público local, bailaron y gozaron en tarima. Vestidos completamente de negro, los dj manejaron a los ticos de principio a fin. Primero los conquistaron con su simpatía, luego los llevaron a su galaxia.
“Es muy tuanis. Ellos son de los mejores del mundo. Muy tuanis que estén en San José y poder disfrutarlos”, expresó Juan Carlos Ramírez, un chico de 17 años ubicado al frente de la tarima.
Juego de manos –que ondeaban de un lado al otro–, gritos en coros y saltos rítmicos de la muchachada fueron indicadores que en el Chepe Joven la pasaron bien, muy bien.
No llovió, no hizo frío, ni calor. Un poquito de viento no más. La jornada fue de lujo, propicia para entrar, perderse y gozar del “rico trance". Todo gratis y en media calle.