No hay que ir muy lejos para encontrar puntos en común en la historia de Armando Manzanero y Mocedades. Tanto el mexicano como el grupo español le deben sus carreras a unas familias en las que el canto y la guitarra eran normales, en las que había ideas que solo se podía expresar cantando.
Lo otro que tienen en común es un repertorio grueso en éxitos que puestos juntos le hacen la tarea difícil a los otros artistas de su época que se presenten en el país.
Cuando apenas eran niños, el mexicano y los españoles no se imaginaron que cuando crecieran las música sería su regalo para el mundo y que esto los llevaría a conocer cientos de rincones insospechados. Poco nos imaginaríamos como público que los veríamos a ellos en un mismo escenario. Pero así fue.
El jueves 11 de octubre, ni la intempestiva lluvia, ni el partido de la Sele ni nada se interpuso en el camino de unas 850 personas para llenar el Teatro Nacional. Allí fueron a escuchar canciones de otras épocas, para recordar y sentir en las formas en que solo la música lo permite.
Solo y acompañado
Fue a las 8:10 p.m. que ingresó a escena la banda que acompañó estas dos leyendas de la música en español. Armando Manzanero tuvo la tarea de iniciar el espectáculo y la asumió con el tema Somos novios.
Podríamos decir que a sus 82 años Manzanero rompió un récord como el intérprete más longevo que se haya presentado en el país, pero ese dato fue opacado -quizás disimulado- por la jovialidad del compositor.
Con 400 canciones al ruedo aún se toma el tiempo de hablar con el público, hacerlo cómplice de sus ideas. Cuando empezó con las primeras frases de Esta tarde vi llover, el público lo acompañó cantando sin que él lo pidiera y el maestro se alegró.
Luego, Manzanero elogió el escenario en el que se encontraba. “Este es un piano que quisiera uno poder llevárselo a la casa”, dijo Manzanero sobre el Steinway que duerme en el teatro. Sentado en la banqueta, el mexicano interpretó No sé tú, Te extraño y Contigo aprendí, canciones que popularizara Luis Miguel pero que tienen su inconfundible sello. La interpretación fue tan sentida que los mismos miembros de la banda estaban sorprendidos.
Aún sentado en el piano, el maestro invitó al escenario a Arnoldo Castillo, cantante tico con el que grabó un disco hace ocho años. Juntos interpretaron Me dijeron que estás bien y Nos hizo falta tiempo, que Manzanero dedicó a su esposa.
“Mi abuela que era maya como yo me dijo ‘ya verás que cuando conozcas al amor de tu vida no te va a alcanzar el tiempo’ y por eso fue que escribí esa canción”, contó el mexicano orgulloso de sus raíces indígenas.
LEA MÁS: Manzanero & Mocedades: Dos leyendas en el Teatro Nacional
No faltaron las historias. Manzanero le recomendó a los ticos conocer su querida Mérida “un lugar que todo el año tiene un clima muy frío, pero con el calor no se siente”, comentario que el público recibió con carcajadas.
Luego contó cómo fue crecer con un padre trovador y pícaro , hizo varios chistes sobre su propio tamaño, interpretó una de las canciones de su progenitor, un tema en el que el padre prometía “cambiar... pero de mujer”.
Finalizó con una historia de cómo recuperó al amor de toda su vida de las manos y así fue como llegó a la canción Mía, con la que terminó su participación. El público lo despidió con una ovación de pie.
Mocedades
A las 9:20 p.m. llegaron al escenario las cinco voces de Mocedades. Fue anunciado que Isaskun Uranga, una de las integrantes originales, no sería parte del concierto puesto que tuvo que viajar a España por asuntos médicos.
En su lugar estaba Idoia Uranga, otro de los miembros de la familia que conforma Mocedades.
La presentación del grupo estuvo menos cargada de anécdotas de parte de los intérpretes, pero el público recibió los éxitos esperados.
Iniciaron con El vendedor y la gente coreó con ellos también Tómame o déjame, Secretaria, Quién te cantará, Loca (de Jose Luis Perales) y la esperada Eres tú. Esta última fue quizá el momento más intenso del concierto, en el que personas de todas partes del teatro cantaron.
La presentación finalizó con los de Mocedades y Manzanero compartiendo escenario. La reunión de las dos leyendas en el escenario dio buenos frutos: cantaron Por debajo de la mesa y Todavía, lo que el público disfrutó al máximo.
El concierto terminó pasadas las 10, de nuevo con una ovación de pie. No sabemos si será la última reunión que harán estos talentos en el escenario, pero sí que ambas leyendas vivieron para honrar su nombre.