100 años atrás el jazz cambió la sociedad, en sus costumbres, su forma de vestir, de bailar e incluso de relacionarse. El jazz le abrió la puerta a la música afroamericana para sonar en las fiestas de miles de personas, sin importar su procedencia, ideas o color de piel. Un solo género musical logró romper paradigmas en la música y en el mundo.
Y es seguro decir que el jazz sigue cambiando vidas.
Con este legado en mente, se celebrará esta semana el Festival Internacional de Jazz de Costa Rica (Fijazz) con una serie de conciertos y clínicas musicales que pretenden extender en el país el impacto que ha tenido el género en el mundo.
“En el jazz hay lugar para todo el mundo, para todas las culturas. El jazz no pone límites, sino que nos ayuda a entender nuestras raíces y a darnos libertad de crear”, comentó Jose Soto, pianista y uno de los organizadores del festival.
Junto a la cantante Mariamalia Quesada Chavarría, su esposa, llevan meses planeando actividades que enriquezcan el conocimiento de este género musical entre quienes lo estudian y el público general.
Fijazz pretende darle herramientas a quienes tengan interés por el tema, sin importar su historial académico.
“No se trata de que todo el mundo aprenda a tocar, sino que conozcan los valores del jazz, la apertura que tiene el género hacia todas las culturas.
“Vienen artistas de Corea, de Israel, Estados Unidos, Kazajistán y Panamá y cuando usted va a verlos, escucha en sus formas de jazz tonos de Asia, de Centroamérica, de Oriente Medio. Esa riqueza cultural, va a impactar positivamente a las personas, que van a conectarse por medio de la música a esas culturas y van a apreciar otras tendencias”, señaló Jose Soto.
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Con un siglo de historia, el jazz sigue a la vanguardia y a partir de este jueves 16, el Festival Internacional de Jazz traerá a intérpretes y profesores de primera línea para que compartan con los ticos.
El festival finalizará el sábado 18 de agosto, fecha en la que habrá dos conciertos gratuitos en Heredia: a la 1 p.m. en el Parque Central de Heredia y en el Centro Cultural de San Pablo.
De las jornadas participarán figuras como Marco Pignataro (Italia), pedagogo especializado en música y director del Global Jazz Institute (Instituto de Jazz Global) de la prestigiosa universidad de Berklee.
Profesoras de esta institución como la saxofonista Lihi Haruvi (Israel) o la vocalista Rebecca Shrimpton (Estados Unidos) también darán charlas y serán parte de los conciertos.
Del mundo para Heredia
Las actividades del Fijazz se concentrarán en Heredia. No es por apego –aunque los organizadores son oriundos de esta provincia– sino porque desde instituciones de la Universidad Nacional, el Conservatorio Castella y la Escuela de Musica de San Pablo de Heredia se ha logrado impulsar la educación del jazz.
“Queremos descentralizar y que no todo pase en San José. Para nosotros Heredia tiene una cultura musical muy fuerte, así que es un epicentro ideal para un festival de este tipo”, señaló Soto.
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Los conciertos de salón se realizarán en el Auditorio Clodomiro Picado de la Universidad Nacional de Costa Rica.
El jueves 16 de agosto, a las 7 p.m. se presentarán los músicos del Taller de Jazz de la UNA y el grupos Bosquejo en Riesgo, conformado por Jose Soto y María Amalia Quesada. Los acompañará el baterista Ron Savage, uno de los profesores que dará una clínica.
Para el viernes 17 de agosto, a las 7:30 p.m. el pianista y vocalista Pablo Campos dará un concierto junto con su trio, al que se sumarán los talentosos músicos de la Fundación Danilo Pérez.
Para el concierto de cierre, el sábado 18, a las 8 p. m., se unirán en el escenario los músicos del Berklee Global Jazz Institute y la vocalista Rebeca Shrimpton.
Según la organización, aún quedan entradas disponibles en el sitio yapp.cr. Asistir a todos los recitales, clínicas y jam sessions tiene un costo de ¢27.000. en el sitio también se pueden comprar cupos para un solo día de conciertos o recitales.
Habrá oportunidad también de disfrutar del festival sin costo. El sábado 18 de agosto habrá un concierto con Zurquí, Lihi Haruvi Trío y la banda nacional Infibeat, a la 1 p. m. en el Parque Central de Heredia.
El sábado también habrá otro concierto gratuito con la Orquesta Juventud Esperanza, el grupo nacional 3 Ensamble y el rumano Alex Catona. Esto será a las 4:30 p. m. en el Centro Cultural de San Pablo de Heredia.
“Soñamos que el festival crezca y sea todo gratuito. Por ahora, tratamos en mantenerlo accesible y estamos dando más de 60 becas completas a estudiantes”, dijo Quesada, directora ejecutiva del festival.
“Mi esposa y yo estudiamos en la UNA y sabemos el aporte que han hecho a la música. Este festival es una forma de darle (un aporte) de vuelta al lugar donde nos formamos”, comentó Jose Soto.
Avance
La relación con la universidad Berklee es evidente en el programa y los organizadores creen que es una buena forma de tender un puente entre esa institución y el país.
Jose Soto y María Amalia Quesada estudiaron allí y en esa institución en donde empezaron a tejer el sueño de tener un festival de jazz en Costa Rica.
Lo conversaron casualmente por unos 4 años y fue en noviembre pasado cuando decidieron que era hora de actuar.
“Hemos tenido que resolver todo muy rápido, eso nos puso a correr, pero creo que es bueno que finalmente pudiéramos concretar”, expresó Quesada, directora ejecutiva del festival.
Ella estudia gestión cultural en México y la creación del Fijazz ha sido una forma de poner en práctica lo aprendido hasta ahora.
Esta semana se preparan para recibir a más de 14 artistas extranjeros e invitar a escena a unos 30 artistas nacionales y aunque el reto es grande, el objetivo final los motiva.
“Nuestra misión es tener una plataforma accesible para que las personas puedan estudiar mínimo tres días con profesionales muy capacitados, artistas de jazz muy reconocidos en la escena mundial”, comentó la directora.
Quesada y Soto crearon la Fundación Armonía Colectiva, por medio de la cual impulsan la Orquesta juventud Esperanza y buscan becas para jóvenes músicos.
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“La música es una herramienta para el cambio”, contó María Amalia Quesada. Sus alumnos no solo se forman, sino que son parte de un programa de voluntariado que da conciertos en hospitales u hogares de ancianos, afirmó
“No solo hay que tocar, hay que estar buscando siempre cómo hacer un impacto positivo en la sociedad”, finalizó Quesada.