Brillo, color, peso y textura se confabulan en las voces de cuatro tenores que interpretan con elegancia y prestancia temas tan populares como América, La Bikina o A mi manera; pero que también encantan con sus dotes líricos en obras de la talla de Nessun Dorma, Amapola y hasta O Sole Mio.

Con el crossover de la música clásica y la popular como bandera, Los Tenores han brillado tanto en los escenarios más importantes de nuestro país como son el Teatro Nacional y el Melico Salazar y al mismo tiempo en tarimas e iglesias de pueblos pequeños. Para ellos, la importancia de uno u otro espectáculo es la misma: promover la cultura y entretener al público costarricense sin distinción de edades o clases sociales.

Joaquín Yglesias, Ricardo Bernal, Arnoldo Castillo y Rodolfo González son los artistas que engalanan con sus voces cada lugar donde se presentan. Con su repertorio y experiencia llevan al público por un viaje histórico, educativo, romántico y hasta bailable por medio de transiciones impecables que logran mezclando los tonos y la experiencia de cada uno.

El origen del grupo fue orgánico. Ricardo había terminado su trabajo con un grupo español y contactó a Castillo para hacer algo... lo que fuera.

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La amistad de Arnoldo y Rodolfo estaba intacta y este último se sumó a la propuesta, aunque todavía no sabían muy bien qué hacer. Yglesias ya estaba coqueteando con el crossover y fue quien terminó de amarrar una idea que todos tenían, pero que no habían concretado.

Sin miedos y con la consigna de romper paradigmas, el repertorio de este grupo cuenta con reinterpretaciones de cerca de 50 piezas clásicas y populares.

Inspirados en el trabajo que han hecho otros grandes de la música como Andrea Bocelli y Los Tres Tenores (Luciano Pavarotti, José Carreras y Plácido Domingo) en el género classical crossover, estos artistas reunieron sus talentos para ofrecer una nueva propuesta musical a Costa Rica.

Es así como en un espectáculo de este cuarteto se puede escuchar a un tenor operático interpretar con gran fortaleza un himno del mariachi mexicano o a un tenor de corte más popular llevar su registro vocal al máximo con O Sole Mio.

“Una característica muy importante en este grupo es la flexibilidad, porque el grueso de nuestra música no es clásica, sino popular. El público que no nos conoce se lleva una grata sorpresa cuando creen que van a ir a escuchar un aria de ópera y les presentamos un repertorio de canciones populares. Es muy rico y lo disfrutamos”, afirmó González.

“El concepto, el ADN del grupo, es que somos cuatro cantantes que tenemos cada uno una carrera, un estilo y nos complementamos”, explicó Yglesias.

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En este tema es clave explicar que Los Tenores manejan diferentes tesituras entre ellos . Los registros de las voces del cantante tenor son muy amplios y en la agrupación nacional existen cuatro variedades que ellos definen como tenor ligero (González), operático (Bernal) crossover (Yglesias) y pop (Castillo). Esta diversidad es lo que permite que en las interpretaciones cada voz destaque en los solos, pero que se complementen en los momentos donde los cuatro cantan juntos.

“Cada uno aporta peso y volumen a las canciones. Cuando canta Rodolfo se expande hacia arriba, Arnoldo tiene buenos graves y Joaquín y yo estamos en el medio”, explicó Bernal.

“La selección de las canciones no la hacemos solo porque nos gusta un tema. Analizamos las piezas que más nos funcionan a todos, las grabamos y ahí nos damos cuenta cuál parte le queda mejor a cada uno”, agregó Castillo.

Otra de las premisas de Los Tenores al momento de elegir su repertorio es que las piezas tienen que ser obras de grandes artistas y que sean potencialmente extraordinarias e icónicas; además deben de ser exigentes en el tema de la interpretación y contener un mensaje positivo que aporte a la educación musical del público.

Eso lo han tenido muy claro desde aquel primer concierto navideño que ofrecieron en el teatro Melico Salazar, en octubre del 2016.

Uno a uno

Como mencionaron los propios artistas, en Los Tenores hay una vasta experiencia.

El mexicano Ricardo Bernal comenzó a cantar cuando apenas tenía diez años. Un mariachi lo descubrió y lo contrató para realizar pequeñas presentaciones con canciones como La mochila azul.

Cuando cumplió 14 años su voz cambió y su vida también.

“Yo quería ser como Pedro Infante y de repente me sale una voz como la de Plácido Domingo. La sensación de descubrir esa voz fue impactante para mí, le pregunté al dueño del mariachi qué podía hacer y me recomendó que estudiara”, recordó Bernal.

Poco a poco fue metiéndose al mundo de la música clásica, estudió en el extranjero y llegó al grupo de origen español Popera donde compartía créditos con otros tres cantantes 100% líricos que interpretaban canciones populares.

En el caso de Yglesias, su formación también es de academia clásica tradicional. Joaquín es licenciado de canto por la Universidad de Costa Rica.

“Mi debut fue en el Teatro Nacional con la obra Rigoletto cuando tenía cerca de 20 años. Fuera de la universidad, a diferencia de mis compañeros, tenía una vida muy activa cantando de todo, ahí fue donde empecé a aprender que a veces te piden algo no lírico y vas aprendiendo cosas”, recordó.

González por su parte cantó durante varios años con las agrupaciones ticas Angelus y Kayros. A partir de ahí fue donde comenzó a desarrollar un estilo muy particular de canto para un tenor que se había preparado en sus estudios como lírico puro.

En Angelus, al principio, Rodolfo cantaba junto a dos mujeres, el grupo fue avanzando y llegaron a contar con más de 150 personas, pero siempre la voz de González sobresalía por su agudez.

“Esa experiencia me hizo salirme de la caja y desarrollar una voz muy distinta que no era ópera, no era pop, no era crossover; era un sonido muy particular que se trabajó a partir de la música religiosa. Es un sonido que se hacía muy hablado y menos impostado”, comentó Rodolfo.

Castillo también formó parte de Angelus, luego emprendió su carrera en solitario. También ha destacado en su trabajo como productor y promotor musical.

Ha publicado tres discos de estudio, el último (Encuentro, 2010) lo trabajó mano a mano en temas de composición con el maestro Armando Manzanero.

“Musicalmente, aporto una textura que refresca un poco la sonoridad con el ritmo y los adornos de las inflexiones del pop. Si se hace música popular con una sonoridad muy lírica puede que no funcione tanto”, expresó Castillo.

Misión

Los Tenores se llenan de orgullo cuando recuerdan que han llevado su música fuera de los teatros para acercarla al público que tiene dificultades para acceder a los grandes recintos.

Para ellos la recompensa de recibir la admiración y el cariño de un público tan variado que va desde niños pequeños hasta adultos mayores es más que satisfactoria.

“Todo tiene que ver con nuestros valores familiares. Queremos que el papá tenga la confianza de llevar a un niño a un espectáculo donde sus oídos no van a ser agredidos”, aseveró Bernal.

“Nos llena de esperanza recibir el cariño de la audiencia, eso nos hace saber que estamos haciendo las cosas bien. Hay que incentivar el aprecio por el arte y la música en momentos donde hay un bombardeo tan tóxico de artistas desechables”, dijo Yglesias.