El bautizo fue por todo lo alto. Un concierto con el maestro Armando Manzanero en el Teatro Nacional fue el espectáculo con el que se concretó una idea fuera de lo común en la música costarricense: el nacimiento de la Orquesta Filarmónica de Costa Rica, una agrupación que logró unir a los géneros populares con los clásicos. De eso han pasado ya 15 años.
El mundo de Marvin Araya –director de la orquesta– se vio influenciado desde que era muy pequeño por la música clásica gracias a que formó parte de la Orquesta Sinfónica Juvenil y, por la popular, por influencia de sus padres; así que buscó la manera de que ambos géneros se unieran en una sola agrupación que fuera capaz de llevar a músicos clásicos a interpretar grandes canciones populares.
Así, el sueño que visualizó desde muchos años antes, se hizo realidad aquella noche en el Teatro Nacional de la mano de uno de los compositores más importantes de América Latina y, desde entonces, no ha parado.
Los tributos son la carta de presentación de la Filarmónica. De la mano de Araya, los artistas han interpretado clásicos de grandes agrupaciones de variadas aristas de la música. Tanto han tocado el reggae del legendario Bob Marley como la intensa sonoridad del metal progresivo de Tool, hasta el enérgico pop de Michael Jackson; o bien, han llevado por viajes históricos a los amantes de las baladas de Juan Gabriel y a los más alegres que se emocionan con los himnos de las tradicionales rancheras mexicanas. No hay límite, porque la Filarmónica se prepara para que con sus espectáculos el público sea feliz a través de la música.
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“En mi preparación yo crecí al lado de corrientes musicales como la clásica y también con lo bailable como la Sonora Santanera. Había una tendencia a decir que los músicos populares eran charraleros, mujeriegos, que tomaban licor, que tenían panza de músico; por su parte ellos decían que los clásicos eran unos cuadrados sin feeling, sin sabor, que eran unos ahuevados", recordó Araya.
Durante su crecimiento como músico, el maestro tuvo la oportunidad de ser parte tanto de la Sinfónica como de otras agrupaciones como Jaque Mate o Karibú, donde ejecutaba el saxofón. Esa experiencia le ayudó a comprender que se podían llevar las dos corrientes al unísono, sin importar lo que pensara uno u otro gremio.
Así, con su intención, con ganas de hacer algo diferente y con el apoyo de músicos que creyeron en él y que han crecido con la Filarmónica, es que este año celebran estos tres lustros de vida apuntando siempre a nuevas experiencias.
Las metas
Que la música clásica no tenga distingos de grupos sociales o dinero, que la popular se profesionalice más, romper mitos; en fin, democratizar la música, esa es la meta que se ha propuesto la orquesta desde sus inicios.
Otro de los secretos que han hecho que la orquesta siga tan vigente y que haya encantado al público con sus propuestas es el trabajo en equipo. Araya cuenta que en principio la idea fue suya, pero que ha contado a lo largo de los años con grandes cómplices que se suman a sus “locuras”. Los músicos que lo acompañan son parte fundamental para que esta empresa siga ganando adeptos y rompiendo barreras artísticas.
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Además, cuenta con el apoyo de sus hijos Sofía, Mario y Marvin, quienes se sumaron a la empresa familiar para profesionalizarla aún más en temas administrativos y organizacionales.
“Mis hijos son mi maquinaria. Empecé solo, pero cuando ellos fueron grandes empezaron a ayudarme y ahora son los que se encargan de todo. Este es un concepto de trabajo en equipo muy real ya que desde los músicos que nos apoyan y confían en lo que hacemos hasta la familia está metida de lleno en la orquesta”, explicó el maestro.
De acuerdo con Araya, desde que empezó con la Filarmónica, se puso metas a cortos, medianos y largos plazos. Muchas las ha cumplido, todavía quedan retos por alcanzar, pero los sueños de la orquesta no acaban.
“Para los 15 años me propuse lograr la internacionalización. Mi idea era llevar a la Filarmónica fuera del país, pero vea como son las cosas, ahora nos vienen a buscar aquí desde otros países”, afirmó el director. Justamente se refiere a la colaboración que la Filarmónica ha logrado con artistas internacionales como Manzanero, Natalia Lafourcade, César Banana, Pau Donés de Jarabe de Palo, la Sonora Santanera, Braulio, Mitchell Brunings o El Consorcio. Pero también han logrado grabar álbumes con artistas locales como Gaviota, Vía Libre y Abracadabra.
Además, en la constante búsqueda de reinvención, la orquesta insiste en realizar nuevos espectáculos para mostrar la amplia variedad de talento que posee. Tanto así que un equipo de trabajo planea con varios años de antelación los conciertos que realizarán a futuro; eso sí, dejaron muy claro hace unos días que entre sus planes no está realizar un concierto de reguetón... porque simplemente no es un género que les guste como grupo.
“Hay que sentarse a pensar cómo nos reinventamos, esa es la respuesta de cómo y por qué hacemos tantas cosas. Tenemos que ser honestos con la profesión y creer en lo que se hace porque si se realiza algo con fines comerciales el negocio puede tener éxito pero no puede ser sostenible. En el caso del pobre muchacho que nos preguntó en redes por qué no hacíamos un concierto de reguetón fuimos honestos y le dimos nuestra razón”, afirmó Araya.
Algo muy interesante sobre el trabajo artístico del grupo es que cada trabajo que realizan en tributo a otros artistas se hace desde cero a partir de las canciones, pero con arreglos hechos por costarricenses.
Araya explicó que cada vez que el público va a un concierto de la orquesta, asiste a un estreno mundial porque en nigún lugar del mundo podrá escuchar a ninguna agrupación ejecutar las canciones de la manera en la que lo hace la Filarmónica. En su biblioteca cuentan con 15 años de trabajo, de partituras, de arreglos y de especializaciones hechos exclusivamente para cada recital.
Experiencia total
Actualmente la Orquesta Filarmónica de Costa Rica tiene 72 músicos de planta, pero por sus filas han pasado unos 70 más, de acuerdo con los cálculos de Araya.
Además, cuentan con las voces de más de 125 cantantes de planta, más los nuevos intérpretes que han realizado audiciones para ser parte de los espectáculos de la Filarmónica.
Para estos nuevos talentos, la orquesta planea realizar el próximo año un show especial para el debut. Este emprendimiento intentarán realizarlo al menos una vez al año.
Esta amplia cantidad de artistas son tan unidos como una familia. Tanto así que hay músicos que trabajan con la Filarmónica desde que empezó como agrupación.
“Esta idea de unir los dos mundos hace que la gente se acerque sin miedo a un formato sinfónico. Hemos ido a tocarle las puertas del corazón a mucha gente y eso ha sido el éxito de este trabajo”, aseveró Mercedes Rodríguez, concertina de la Filarmónica desde hace 15 años.
Por su parte el pianista Glenn Núñez recuerda con cariño también sus tres lustros en el grupo y la importancia de su labor para la cultura nacional. “La orquesta aporta para que ya no haya artes independientes, dio ese salto difícil para el público que era tener de cerca una orquesta más accesible con música más simple de entender. Con su alcance han borrado barreras que existían por tradición”, aseguró el artista.
Próximos conciertos
De Argentina con amor: 18 y 19 de agosto, teatro Melico Salazar. Clásicos de la música romántica de argentina con canciones de intérpretes como Jairo, Sandro y César Banana. Entradas en: www.eticket.cr.
Jarabe de palo: 25 de agosto, Parque Viva. El cantante español Pau Donés vuelve a cantar los éxitos de Jarabe de Palo acompañado por la Filarmónica. En esta ocasión presentarán el disco que grabaron juntos. Entradas: www.boleteria.cr
Lo mejor de Metallica: 8 de setiembre, Parque Viva. Es uno de los tributos más ambiciosos que ha realizado la orquesta. Entradas en: www.boleteria.cr.
Guitar Monsters: 22 y 23 de setiembre, teatro Melico Salazar. Especial de grandes guitarristas de la música. Entradas pronto a la venta.
Lo mejor de Juan Gabriel: 10 y 11 de octubre, teatro Melico Salazar. La música de uno de los compositores más importantes de latinoamérica se podrá disfrutar en este concierto.
La música en el cine: 27 y 28 de octubre, teatro Melico Salazar. Uno de los espectáculos más queridos por el público. Un repaso por aquellos temas que nos emocionaron en la pantalla grande.
Lo mejor de Luis Miguel: 10 y 11 de noviembre, teatro Melico Salazar. Desde el pop, pasando por las baladas románticas y las rancheras que hicieron famoso al Sol de México.
Somos latinos: 17 y 18 de diciembre, teatro Melico Salazar. La alegría y el sabor de la música latina emocionarán en estas dos fechas.