Anteriormente, previa a la existencia de nuestra televisión, las corridas de toros eran un evento que tenía su propia lógica. Similar a la asistencia a un partido de fútbol, donde la agenda y los recursos eran manejados por los organizadores, con eventos creados para el redondel y con un interés presencial.
Hoy en día, eso ha cambiado en Zapote. La actividad en el redondel está bajo control de la transmisión, esto redunda en que, posiblemente, la audiencia esté más cómoda y con menos espera viendo los toros desde la casa. Incluso hay que tener comprensión de que algunos concursos son únicos y exclusivos de la Televisión y propios de los canales.
Esto ayuda a explicar el cambio que la actividad original ha tenido en años actuales. Se pasa de una seguidilla de monta y toros con improvisados, a un script –o guion– con un juego tras otro. El escenario de los Toros de Zapote cambió en las manos de los canales.
Como cada año, los canales presentaron diferentes alternativas que van alternando en el caso de Repretel y Teletica, entre tardes y noches. Y en esta ocasión, Multimedios, que hace lo suyo compitiendo con una oferta relativamente diferenciada.
LEA MÁS: Rostros de la televisión se divierten y comparten antes de que empiecen las corridas de toros
Teletica: Lo visto en El Chinamo no es una casualidad. Es la metódica producción de La Sabana, repetir lo del año pasado. Como si fuese pecado menor, la transmisión se llena de juegos repetidos de El Chinamo (como el juego de las misiones), en un ejercicio que resulta más comercial que creativo o audiovisual. Comienzan los Toros de Teletica a sufrir la anomia creativa que prolifera en El Chinamo.
El otro problema, ya ha sido planteado anteriormente en este espacio: Una relativamente grosera representación del humor y de la expresión verbal. Teletica despidió a Francisco Blanco por algo que se consideró violento en el Tope, pero en las transmisiones de toros existen también opiniones que van en la misma línea con diferencias sutiles y un fondo igual ¿Cuál es la diferencia? ¿Qué alguien se queja?
LEA MÁS: Crítica de televisión de ‘El Chinamo’: Bucle que se repite año con año
Repretel: Por otro lado, Repretel pasa dormido durante el año y se despierta preparando su diciembre. Sería mezquino no aceptar que hay creatividad en su proceder, con concursos nuevos como La Caja del Hombre Invisible o el juego de Los Magníficos, muestran cómo alguien se sentó a pensar. La empresa actuó y buscó crear algo nuevo para diferenciarse.
De igual modo, y comparativamente con Teletica, Repretel nuevamente saca una ventaja en el elenco humorístico, pues aparte de presentar una propuesta que se amarra a la realidad nacional, es mucho más comedida, hasta inclusiva podría decirse, con un tono que no es tan grosero como el de Teletica. Nuevamente, tener a Pelando el Ojo como base de este elenco parece ser el diferenciador clave.
Esto no quiere decir que todo sea perfecto, existen aún elementos por pulir. El uso de eso que en los canales llaman “la tecnología”, que usan para medir distancias e incluso fuerzas, carece de credibilidad más allá del potencial del software, porque la representación visual muchas veces es ‘chafa’ y su visualización no se logra comprender.
Ambos medios tienen un acercamiento desde el guion que desdobla lo que otrora fue un espectáculo meramente taurino, e introduce otras formas de entretenimiento. El caso contrario, es el de Multimedios, el nuevo contendor.
Mutimedios: Le toca la más fea, el redondel menos tradicional (Pedregal) y una transmisión que denota carencia de recursos. Su elenco se nutre del remanente de otros canales y no tiene el control de los eventos del lugar. La transmisión es, por ende, muy diferente.
En Multimedios, la escasez de recursos es notoria incluso en la iluminación del set, en la calidad de la imagen, sumado al hecho de que el evento es más sencillo, su transmisión es similar a la que se tenía hace unos años atrás, es una representación más clásica. Aunque, su elenco tiene el desparpajo de los otros dos canales, con poco orden y control en lo que se dice. Un problema derivado de esa carencia es que cada corrida se repite hasta dos veces más en su parrilla lo que pone en entredicho la necesidad de sumar al evento en vivo.
Los toros en fin de año son en realidad una tradición, aunque no calcen con su visión de mundo. Es un evento que ha pasado de generación en generación, así como la transmisión de este evento lleva ya una o dos generaciones de productores detrás. El reto, sin duda, va a ser cómo preservar esa tradición sin ponerla a la sombra de la parte comercial. Todavía más, pensar que algún canal pudiera tratar de sacar provecho de esto planteando una aproximación más clásica debía estar entre las notas de los canales.
Espero que, si los toros son de su gusto, haya podido comparar las opciones y lograr una lectura de todas las ofertas.