Los bailarines de Dancing with the Stars (DWTS) Costa Rica no paran. La exposición que reciben cada uno de ellos en el programa que produce Teletica Formatos les ha significado un trampolín para diversificarse en el mercado artístico del que son parte.
De ahí que en los últimos cinco años (tiempo que tiene canal 7 de producir el concurso de ballroom), algunos de ellos han aprovechado su fichaje en esa producción para afianzar su imagen y posicionarse en la industria local del baile más allá de las cámaras de televisión.
Actualmente, Teletica Formatos mantiene un elenco de planta de 10 bailarines profesionales quienes acompañan a las estrellas en la pista durante el último cuatrimestre del año, momento en que canal 7 suele poner al aire el programa.
De la decena que participa en la quinta temporada del espacio –que se transmite los domingos a las 7 p. m.– tres mantienen un idilio con el público local cada vez que las luces del estudio Marco Picado se apagan.
En tiempos distintos, Lucía Jiménez, Javier Acuña y Billy Corado se iniciaron en el mundo empresarial con la apertura de sus propias academias de baile, auspiciados en esa exposición que reciben en DWTS y con la convicción de lograr que más personas accedan a los conocimientos básicos o avanzados que se tejen en salones de bailes, fiestas familiares, ferias comunales y otras actividades en las que la música es un invitado infaltable.
De los tres, Lucía Jiménez es la que más recientemente inauguró su academia. Latin Stars Academy es el nombre que eligió la ganadora de la tercera temporada de DWTS para su centro de enseñanza, ubicado en Pavas de San José.
Las puertas de esa escuela de baile abrieron en abril pasado, cuatro meses después de que Jiménez creara el proyecto en hojas de cuaderno.
“Desde mis 15 años doy clases de baile, entonces no puede decir que fue que me dieron ganas de enseñar porque lo hago desde esa edad, pero sí fue en diciembre pasado cuando sentí un llamado, tuve una conversación con alguien o con algo, con una energía que me habló de la responsabilidad que tengo de compartir este talento con el que Dios me ha bendecido. En diciembre pasado nació Latin Stars en una hoja de un cuaderno y a inicios de setiembre cumplimos cinco meses”, contó Jiménez, quien ha competido y ganado varios Campeonatos Mundiales de Salsa.
En su academia, la pelirroja de 30 años de edad, imparte clases de jazz, ballet, hip-hop, ballroom y de ritmos latinos como salsa, bachata, merengue, bolero, tango y kizomba.
“Empecé a bailar en un mundo técnico y comercial y cuando empecé a bailar ritmos latinos se me dio la facilidad de aprenderlos porque tenía una base sólida en géneros técnicos. Esa mezcla me dio un impulso grandísimo y creo fielmente en el balance que esos dos mundos pueden hacer en el aprendizaje de las personas”, comentó.
A partir de lo anterior, dijo que concibió Latin Stars como un centro integral de danza que pudiera ofrecer al público lo mejor del baile técnico y del popular. “La técnica y el baile popular siempre han estado muy peleados. La gente aficionada al baile técnico y clásico y la que practica el baile de calle había estado muy separada y lo que hice fue entrelazar esos dos mundos para formar bailarines integrales, versátiles y listos para las oportunidades artísticas del mundo entero”, explicó.
La bailarina afirmó que el programa de canal 7 significó un apoyo importante en la idea de incursionar en el mundo empresarial. De hecho, Latin Stars es la academia oficial del programa de Teletica.
“La exposición que nos da el programa es una ayuda importante para poder surgir con un negocio. Aunque suene ridículo, el tema de un negocio es secundario para mí, lo que considero más importante es el hecho de poder retribuir y darle la oportunidad a que muchas personas aprendan del baile como un arte y el programa nos ha dado la exposición y la voz para hacerlo”, enfatizó Lucía Jiménez.
Latin Stars posee cursos para todo público con mensualidades que van desde los ¢25.000 hasta los ¢90.000, en distintas modalidades y con objetivos variados.
Baile para todos
Javier Acuña es otro que le saca réditos a sus apariciones en la célebre competencia de ballroom. Similar a Jiménez, él tiene cuatro años de ser ficha en el programa, pero su academia suma ya tres años en el mercado.
Acuña desarrolló parte de su carrera de bailarín en Panamá. En ese país estudió danza por cinco años, luego se movió a Nueva York (Estados Unidos) por unos meses y antes de regresar a Panamá pasó de vacaciones a su natal Costa Rica.
“En una de esas vueltas que da la vida llegué aquí (Costa Rica) de vacaciones, me ofrecieron la segunda temporada de Dancing y así empecé. La idea era abrir una academia en Panamá pero el que me incluyeran en el elenco del programa (de canal 7) fue una buena plataforma para darme a conocer y decidir abrir mi academia”, resumió Acuña, de 26 años.
Boom Dance Studio es el nombre de la academia que Acuña abrió casi de improvisto. “De la nada llegó la oportunidad aquí, me ofrecieron un local y ahí fue donde me dije que era la ocasión de tener mi propia academia”, refirió.
El bailarín contó que desde que empezó a bailar le inquietaba educar a la gente en ese arte; actualmente lo hace y vive completamente de su talento.
“Lo que ofrezco a la gente es un lugar para pasarla bien, un espacio donde puedan venir y aprender, pero también donde pueden disfrutar y relajarse”, destacó.
Hasta setiembre, Boom Dance Studio registraba una matrícula de 150 estudiantes, entre niños, jóvenes y adultos, población que accede a distintos paquetes para todos los niveles.
Salsa en línea, bachata, bailes popular y coreográfico, urbano, hip-hop y clases de cardio son parte de los cursos que imparte Javier Acuña y el equipo de profesores que él lidera.
“En estos años de funcionamiento lo más difícil ha sido hacer sentir a la gente segura y cómoda de sí misma y de hacerles entender que en cualquier momento de la vida se puede aprender a bailar, que no hay ningún límite para ello. Me pongo de ejemplo yo, que vengo de una familia sencilla y que no tuve la oportunidad de que me pagaran una academia desde niño para entrenarme, sino que aprendí a aprovechar las oportunidades de la vida”, adujo Acuña.
En consonancia con ese origen humilde del que habla es que en su academia mantiene precios asequibles para la mayoría de presupuestos. Las mensualidades inician desde los ¢18.000. A los dos salones de clases y la recepción del local, Acuña le sumó a su academia un espacio más: el de una cafetería, que sirve para que los estudiantes convivan antes de iniciar con los cursos.
“Dancing me ha ayudado a exponerme y he aprovechado la plataforma para mostrarme tal cual soy. Eso me ha funcionado mucho en mi negocio porque la gente se ha conectado conmigo desde la tele”, aseveró Javier.
Nombre como imán
Esa exposición también ha favorecido al guatemalteco Billy Corado, quien se inició con su negocio de academia de baile en 1998 con la escuela Salsa en línea Costa Rica, pero que desde hace dos años renovó para aprovechar el posicionamiento de su nombre en el país, producto de su participación en DWTS.
“Cambié el nombre de la academia porque el mío se posicionó más y se empezó a cotizar mejor”, dijo el bailarín, de 42 años y vecino de Santo Domingo de Heredia.
Corado Dance Academy es la escuela de Billy. Está ubicada en Plaza Natura, en Escazú, y actualmente posee una matrícula de 90 estudiantes, curiosamente, de distintas zonas del Gran Área Metropolitana.
“Imparto todo lo que es tropical, baile popular, salsa en línea, bachata y kizomba, y de forma integral enseñamos jazz, ballet, contemporáneo y hip-hop”, refirió el bailarín.
Corado aseguró que su academia se diferencia de otras en el mercado por la técnica con la que enseñan, una que busca darle explicación al por qué de los movimientos.
“Nos especializamos mucho en la técnica del baile, que es aprender por qué es que se realiza cierto movimiento, en qué momento lo debo realizar y cómo se logra hacer sentir cómodo a la pareja”, subrayó Corado, quien se apoya para las clases en un equipo de trabajo capacitado por él mismo.
Billy Corado llegó a Costa Rica hace 10 años luego de vivir algún tiempo en San Francisco (California, Estados Unidos) donde estudió modelaje y actuación, carreras que le permitieron modelar en Nueva York para la marca Calvin Klein, participar en películas independientes con roles protagónicos y actuar como bailarín profesional en videos musicales.
Acerca de su incursión en el baile dijo: “Realmente no escogí el baile, el baile me escogió a mí. En California visité una discoteca y había una compañía campeona mundial de baile haciendo show, y ahí me di cuenta de hasta donde se podía llegar con el baile. Así nació la espinita, hablé con la compañía y me integré a ellos. Pasé seis meses como amateur y después escalé a la categoría profesional y desde entonces me dediqué enteramente al baile”.
Corado comentó que vive del baile y se presenta como bailarín profesional y empresario de baile. “Lo más difícil de ser empresario de baile ha sido la parte administrativa porque como buen artista me cuesta la administración”, refirió Billy con algo de curiosidad.
A criterio del ganador de algunos campeonatos de salsa locales y mundiales, Costa Rica es un país con gran cultura bailable en comparación con los de la región, ahí explica el por qué decidió asentarse aquí y consolidar su carrera.
Esa cultura por el baile se refleja en las clases que imparte en su academia, donde además del deseo de aprender de los estudiantes, conviven la amistad y la cordialidad. Los precios de la mensualidad en Corado Dance Academy inician en ¢25.000 y llegan hasta los ¢45.000.
De esa manera, Billy Corado, Javier Acuña y Lucía Jiménez demuestran que cuando el show de la televisión se apaga, la pasión por el baile sigue encendida y palpitando en sus propias trincheras.
¡Aprenda a bailar!
Estos son los contactos de las tres academias:
Latin Stars Academy: 4030-7772.
Boom Dance Studio: 7295-6419.
Corado Dance Academy: 8812-9243.