Una reconocida florería, en apariencia idílica y exitosa, liderada por la matriarca Virginia de la Mora (Verónica Castro) es el punto de encuentro de un grupo familiar que, en apariencia muestra ser perfecto, pero de las puertas para dentro sus vidas están llenas de secretos disfuncionales, pero igual de divertidos. Esa es la premisa de la serie La casa de las flores, que se estrenó el pasado 10 de agosto en Netflix, y que cuenta también con la participación de Cecilia Suárez, Aislinn Derbez, Darío Yazbek , Arturo Ríos y Lucas Velásquez.
Bajo la dirección de Manolo Caro, la más reciente producción de origen mexicano de la plataforma de streaming, es una comedia negra, con tintes telenovelescos, que explora mediante un grupo familiar bastante particular la importancia y la necesidad de proteger y perdonar a los seres queridos, más allá de toda incomodidad que esto pueda ocasionar en la vida.
Para Lucas Velásquez, quien interpreta a Claudio, uno de los hijos de la amante de Ernesto de la Mora (Arturo Ríos), y quien poco a poco va involucrándose con esta familia disfuncional, gracias al surgimiento de un romance inesperado, La casa de las flores permitirá que el público se identifique con esta historia porque, aunque de manera controversial y divertida, aborda las realidades que viven diariamente todas las personas.
En una entrevista exclusiva con Viva, el actor colombiano, habló sobre cómo fue la producción de la serie y el trabajar con Verónica Castro y Cecilia Suárez.
– ¿Cómo se dio la oportunidad de participar en la serie La casa de las flores?
– Yo ya había trabajado con Manolo Caro en un musical de teatro llamado I love Romeo y Julieta con Eiza González. Manolo me contactó en Los Ángeles, ciudad en la que vivo desde hace tres años, y me preguntó si estaba interesado en audicionar para la serie de Netfliz. Envié mi audición y fui seleccionado para hacer el personaje de Claudio.
– ¿De qué forma fue la preparación del personaje de Claudio?
– Llegué a México dos meses antes de iniciar el proyecto para prepararme, sobre todo en la parte de baile, la cual era importantísima en este personaje en particular. En cuanto al personaje, lo que haces cuando tienes un guion sólido, es trabajar al 100% en función de este. Confiar y hablar mucho con el director para caminar en la misma dirección. También tomé unas clases de acento neutro.
– ¿Cómo fue el proceso de producción de la serie? ¿Se reunían para ensayar las escenas?
– Con el director nos reunimos antes de empezar la serie, pero ya una vez que comenzó el rodaje de la producción, no hubo más ensayos. Por tratarse de una serie, solo se rodaban entre unas cinco o seis escenas al día, a diferencia de las 15 o 20 escenas que se hacen en una telenovela. Este tipo de dinámica te permite hacer ensayos antes de rodar la escena y hacer varias tomas.
– ¿Qué fue lo que aprendió de sus compañeros de reparto?
– Tuve la fortuna de trabajar con gente muy talentosa. Eso es un regalo para cualquier actor porque siempre te hará mejor, tanto a nivel personal como profesional. Aprendí mucho viéndolos trabajar. Cecilia Suarez me impresionó mucho. Ya la admiraba, pero trabajar con ella me hizo admirarla aún más. Tiene un timing realmente maravilloso.
– ¿Cómo describiría la experiencia de trabajar junto a Verónica Castro?
– Verónica Castro es una leyenda. Su figura es muy poderosa. Cuando entra al set sientes algo muy fuerte. Lo que más podría destacar de ella es que a pesar de su trayectoria, es una persona muy humilde y estaba tan ansiosa como todos nosotros antes de empezar el proyecto. Nos alegraba el día contando historias de su vida.
– El director, Manolo Caro, expresó que su idea con la serie era mostrar familias con un núcleo poco tradicional. ¿Qué mensaje considera que transmite la serie sobre el valor de la familia?
– Esta es una serie que podría considerarse controversial porque toca temas que están representados de una manera cruda, si se quiere, y no han sido tan explorados en la televisión, pero mas allá de eso, es una serie incluyente que habla de la familia. Habla de seres humanos reales, que no están definidos como buenos o malos. La serie no habla de nada que no ocurra en la mayoría de las familias. Es una familia disfuncional, pero ¿cuál no lo es en alguna medida?
– En los primeros episodios de la serie, su personaje es de los pocos que es honesto y está al tanto de lo que sucede en ambas familias. ¿Claudio es la contraparte honesta del mundo lleno de secretos en el que se desenvuelve?
– Es una buena pregunta pero habrá sorpresas (ríe). Como te decía, esta es una serie de seres humanos reales que, a veces, son impulsados a tomar decisiones por una circunstancia específica. El público siempre se sorprenderá con la historia.
– La casa de las flores es una comedia de humor negro que se mezcla con el género de la telenovela, haciendo que situaciones “clichés” resulten muy graciosas. ¿Considera que esta mezcla será esencial para conquistar al público?
– Esta es una historia bien escrita y bien realizada. Esperamos que el público conecte con lo que propone la serie. Hay mucha gente que se sentirá representada, y eso en definitiva, es lo más importante.
– ¿Cómo el público podrá identificarse con la historia de La casa de las flores?
– No hay nada que ocurra en la serie que sea ajeno a las experiencias directas o indirectas de las personas. Habla de todo y de todos, de una manera real y muchas veces sin anestesia.
– ¿Lucas Velásquez es de los que guarda secretos o a quien le confían los secretos?
– (Ríe) Si alguien me pide que no diga algo, así será.