El primer episodio de Unsolved cierra con una escena difícil de asimilar: Tupac Shakur y Christopher Wallace jugando en un patio, con algunos amigos, en una soleada tarde californiana. Juntos, como hermanos.
Lo cierto es que los recordados raperos fueron cercanos y se profesaban respeto y cariño. Luego, el infierno: la llamada guerra del hip-hop los ubicó en bandos antagónicos y los intercambios de insultos y amenazas pronto dieron paso a los balazos.
Han transcurrido más de 20 años desde que Tupac (2Pac) y Christopher (Notorious B.I.G., Biggie Smalls) pagaron con su vida la rivalidad entre el este –Nueva York– y el oeste –Los Ángeles–. Sus crímenes siguen impunes y múltiples teorías se han expuesto desde entonces sobre quiénes serían los responsables de los homicidios.
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Unsolved –serie lanzada hace un par de meses– aborda sus historias desde la óptica de los detectives que investigaron los mediáticos asesinatos, sucedidos con seis meses diferencia en 1996 y 1997.
Si bien se anuncia como original de Netflix, en realidad la serie es creación de la cadena estadounidense USA, la cual la estrenó en la televisión de ese país en febrero del 2018. En Netflix ya está disponible la temporada completa, de 10 episodios.
La serie se maneja en tres líneas temporales, que se entrecruzan: una durante la década de los 90 que trata la relación entre Biggie y Tupac y sus muertes; otra sobre la investigación inmediata realizada por el detective Russell Poole, y la tercera ubicada a partir del 2006, cuando el detective Greg Kading es asignado con reabrir el caso de Wallace. El libro que este último publicó con sus hallazgos son la base de la serie.
El elenco es encabezado por Josh Duhamel (Las Vegas, Transformers), quien interpreta a Kading; Jimmi Simpson (House of Cards, Westworld) da vida al atormentado Poole, y Bokeem Woodbine (Fargo) hace al oficial Daryn Dupree.
En cuanto a los fallecidos raperos, Tupac es encarnado por Marcc Rose, quien ya había actuado como Shakur en una escena del filme Straight Outta Compton. Wallace, por su parte, está en manos del debutante Wavyy Jonez.
Si bien Unsolved como serie policial cumple y entretiene, lo cierto es que funciona aún más para quienes gustan de historias musicales y que, está de más decir, le encuentran valor artístico al hip-hop (la banda sonora está muy bien curada).
Las mejores actuaciones corresponden a Rose y Jonez, quienes copian a la perfección los gestos y tono de voz de los raperos (y ni qué decir de su asombroso parecido físico).
La estructura de los capítulos es algo compleja y en algunos pasajes es difícil diferenciar la época en la que se desarrollan las acciones. Además, la creciente lista de sospechosos y testigos mencionados hace por momentos confuso para el espectador seguir la pista con respecto a de quién se habla. Son muchos nombres y apodos para memorizar y casi se que se requiere tener a mano Wikipedia.
Pese a estos fallos, Unsolved hace su aporte y sí señala con nombres y apellidos a los que bien podrían ser los ideólogos y gatilleros detrás de dos de los crímenes más sonados de la década de los 90. Y sus teorías no son nada descabelladas.
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Un punto alto de la serie es la exploración del vínculo que Tupac y Biggie tuvieron con sus madres. Criados por mujeres solas en medio de la pobreza y el riesgo social, ambos músicos tuvieron siempre en la más alta estima a sus progenitoras.
Unsolved: The Murders of Tupac and the Notorious B.I.G. es un esfuerzo legítimo por encontrar la verdad. Solo eso ya vale la sentada.