• ¡Manos a la obra contra la tensión!

    Como no es posible cambiar el chip de la vida personal por una tarjeta de programación, 100% laboral, no solo los empleadores deben procurarles a sus colaboradores la mejor atmósfera posible, sino que éstos, por sí mismos, pueden auto gestionar su propia motivación a partir de buenas prácticas de salud mental.

    El ser humano es integral

    Es irreal pensar que lo que se vive en el lugar de trabajo, positivo o no, no se va a reflejar en los espacios personales y familiares. “De igual manera, lo que se experimenta en el ámbito personal y familiar tiene influencia en el desempeño laboral”, indica el documento Estrés en el Trabajo, publicado por la Secretaría Técnica del Consejo de Salud Ocupacional.

    Dicho informe revela que un error común en las empresas es pensar que el manejo del estrés escapa al ámbito laboral, y que se trata de un problema personal e individual, por lo que, en muchas ocasiones, se desampara al colaborador en ese aspecto.

    “Las administraciones del trabajo y de la salud ocupacional tienen que romper paradigmas y pensar en la gestión del riesgo laboral en forma integral, que implica abordar, además de los riesgos físicos y de seguridad, los riesgos psicosociales”, dice Hernán Solano, director del Consejo de Salud Ocupacional (CSO).

    “Se requiere de un manejo personal e individual de la respuesta que se da a situaciones estresantes, tener un estilo de vida saludable, desarrollar actividad física, identificar y fortalecer las habilidades de afrontamiento y construir relaciones sociales que se constituyan en apoyo en situaciones de estrés”.
    Nury Sánchez, coordinadora interinstitucional del Consejo de Salud Ocupacional (CSO).

    Ponga su granito de arena

    Existen varias acciones personales que se pueden realizar para canalizar los efectos del estrés laboral de la mejor manera, por ejemplo:

    En el ámbito intralaboral

    En el ámbito extralaboral

    Mente sana en cuerpo sano

    Dedicar un tiempo para la actividad física es bueno para el humor, la memoria y el aprendizaje. Por ejemplo, el yoga, a través de posturas, respiración y meditación, mejora integralmente el organismo, la mente y el espíritu. Entre sus bondades están el alivio de dolores musculares, la mejora del estado de ánimo, el equilibrio mental y la flexibilidad. Como provoca armonía interior, muchas veces ayuda a dormir de mejor manera y disminuye la tendencia a reaccionar con tristeza y a tener pensamientos negativos.

    Los estudios han demostrado que el ejercicio puede aliviar los síntomas de una depresión. Hacer actividad física tres veces por semana durante media hora puede mejorar el humor instantáneamente. Entre sus beneficios destacan:

    Fuente: John Ratey, psiquiatra de la Escuela de Medicina de Harvard, autor del libro La Ciencia Nueva y Revolucionaria del Ejercicio y el Cerebro”.

    “La actividad física ayuda a mejorar la calidad de vida, aumenta la autoestima, previene enfermedades y mejora el aprendizaje, de ahí que es siempre recomendable. Eso sí, debe ser prescrito por un preparador físico certificado, que sepa adecuar un programa a la persona según las condiciones que tenga”.
    Jimmy Rojas. Educador físico, Ministerio de Educación Pública.