Textos: Ángela Ávalos, aavalos@nacion.com / Fotos: Albert Marín
Esta medalla contiene una gota de sangre de los donadores voluntarios más frecuentes del Banco Nacional de Sangre. La CCSS dio este reconocimiento a quienes más donaciones han hecho a lo largo de su vida. La intención es que la medalla pueda ir pasando, de generación en generación, cuando los donantes se ‘jubilen’ del Banco Nacional de Sangre, algo que usualmente ocurre entre los 60 y 65 años de edad.
Cada vez que cada uno de estos donantes voluntarios acude a donar deja, en promedio, 500 mililitros del líquido vital. Con esto, ayudan a salvar la vida de hasta cuatro personas. El que menos donaciones ha hecho entre todos ellos, ronda las 30. La sangre se separa en sus componentes y, antes de ser trasfundida a un enfermo, pasa por pruebas de calidad para descartar contaminación por virus como el VIH o la hepatitis B.
El Banco Nacional de Sangre necesita entre 150 y 200 donadores voluntarios por día para mantener las reservas básicas de los hospitales de todo el país. Cada uno deja una bolsa de 500 mililitros. Este banco suple un 54% de las necesidades de sangre de Costa Rica. Los donadores lo hacen voluntariamente y no reciben ningún pago por dar su sangre.
Rosi Gutiérrez Chavarría ha realizado más de 50 donaciones de sangre en toda su vida. Ella está entre los donadores frecuentes del Banco Nacional de Sangre. La medalla que le entregó la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) la heredará su hijo, Jorge Arturo Zúñiga, quien acumula 18 donaciones. Según Zúñiga, cuando a él le toque la hora de ‘jubilarse’, le dejará esta medalla a alguno de sus hijos para que mantenga el legado.
Minor Reyes Ulate, de 57 años, es uno de los costarricenses que más donaciones de sangre ha hecho a lo largo de su vida: 102 veces, según dijo. María del Rocío Sáenz Madrigal, presidenta ejecutiva de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), le entregó una de las medallas con las que la institución reconoce esta ayuda voluntaria, vital para salvar cientos de vida en todos los hospitales del país. Reyes es vecino de Paso Ancho, en San José.
Muchos de los donadores de sangre se iniciaron ayudando a algún familiar para que fuera sometido a alguna operación. Luego, permanecen cuando se dan cuenta de la enorme necesidad de sangre y sus componentes en todos los hospitales. Aldo Marchini, de 64 años, vecino de Curridabat, en San José, muestra la medalla que le entregó la Caja por sus 28 donaciones de sangre. A su lado, su esposa Marcela Morales.
Juan Gabriel Solano Picado, de 64 años, vecino de Desamparados, en San José, muestra con orgullo la medalla que le dio la CCSS. El Banco Nacional de Sangre, a cargo de la CCSS, registra 29.000 donadores voluntarios como Solano y otros 1.762 de reposición. La institución necesita sustituir a quienes se van ‘jubilando’, que serán casi 5.000 en los próximos cinco años.
De todos los donadores voluntarios que recibieron esta medalla, Hilda Vargas Hernández, de 55 años, es quien ha dado más sangre: 106 veces. Esta vecina de los Lagos de Heredia empezó hace 30 años, cuando un hijo suyo requirió sangre para una operación, en el Hospital Nacional de Niños. Según dijo, ahí se enteró de las necesidades que enfrenta el personal de salud y, desde entonces, se mantiene activa donando cada tres meses.
Trece de los 17 donadores estrella del Banco Nacional de Sangre. A cada uno, se le dio una medalla en señal de agradecimiento de parte de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). En esa medalla, guardan una gota de su sangre.
A cada donador voluntario ‘estrella’, la CCSS le tomó una gota de su sangre para colocarla en esta medalla. La sangre es sinónimo de vida. Con cada donación que se hace, se pueden salvar hasta cuatro personas.
Un detalle de la medalla, mostrado por Guido Quirós Vargas, de 51 años y vecino del cantón de Vásquez de Coronado, en San José. Quirós espera continuar donando hasta donde sea posible. El Banco Nacional de Sangre establece un límite que está entre los 60 y 65 años, según la condición de salud de cada persona.