Jaime Barrantes Espinoza, gerente de Pensiones de la CCSS
Una de las características del régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), desde su creación en 1947, es su dinamismo, es decir, la capacidad de adaptarse a los cambios demográficos, epidemiológicos y económicos que lógicamente se presentan a lo largo de los años y que son variables esenciales que deben tomarse en cuenta para la proposición de ajustes que garanticen su sostenibilidad.
Este dinamismo del sistema exige el seguimiento y el monitoreo constante de su salud financiera, con el propósito de proponer y tomar las medidas necesarias para garantizar su solidez y su sostenibilidad a largo plazo y, como consecuencia, garantizar el pago de las pensiones tanto a las personas que ya están retiradas como de aquellas afiliadas al sistema y contribuyen mes a mes con sus obligaciones.
El IVM es el régimen básico de protección para la población trabajadora del país, tiene actualmente 1,5 millones de cotizantes y 230.000 pensionados.
Ese monitoreo ha sido la constante. En diferentes momentos de su devenir histórico, este régimen, el más importante del país, ha sido sometido a diversos ajustes y reformas graduales que le han permitido enfrentar los desafíos que presentan los sistemas previsionales en todo el mundo, producidos, especialmente, por el envejecimiento poblacional, tras el descenso en la natalidad y el aumento en la esperanza de vida.
Los primeros ajustes se dieron en 1991, cuando se modificaron las edades de retiro; nueve años más tarde, en el 2000, tras un amplio debate nacional, se creó el sistema multipilar con la Ley de Protección al Trabajador (LPT).
Luego sobrevino la reforma del 2005 y, por último, en el 2015, la Junta Directiva planteó un conjunto de medidas a corto plazo, tales como eliminar la pensión anticipada con costos, la participación estatal en la pensión mínima, mejorar la diversificación de las inversiones e incrementar la acciones de cobros.
"En el tema de nuevos ingresos, ya la institución está trabajando, para lo cual se autorizó la exploración de otras alternativas de inversión de las reservas, principalmente el financiamiento de proyectos de obra pública".
Estudio externo. Como es sabido, con el acompañamiento de la Superintendencia de Pensiones, hemos encargado a la Universidad de Costa Rica la elaboración de un estudio externo, el cual servirá de base para discutir con diferentes sectores sociales los cambios que eventualmente se requieran para continuar garantizando la solidez y sostenibilidad financiera del IVM, como ya lo hemos hecho en el pasado.
Con ese propósito, las autoridades de la CCSS plantearon el tema como un eje estratégico y de alta prioridad y, por ello, con una gran responsabilidad, mantiene su visor sobre lo que pasa en otros sistemas de pensiones del mundo, sin dejar de analizar las variables que inciden en la sostenibilidad del seguro de pensiones a corto, mediano y largo plazo.
Inversión. En el tema de nuevos ingresos, ya la institución está trabajando, para lo cual se autorizó la exploración de otras alternativas de inversión de las reservas, principalmente el financiamiento de proyectos de obra pública que tengan a su vez un impacto en el desarrollo económico y en el nivel de empleo en el país que a la vez beneficie las cotizaciones al IVM.
Además, y de una manera prudente y gradual, se valoran oportunidades en el mercado Internacional.
Estamos trabajando intensamente para fortalecer los controles de la evasión y la atracción de grupos de difícil cobertura, así como la creación de condiciones más flexibles de ingreso para los trabajadores independientes, agricultores, trabajadoras domésticas y personas que tienen nuevas formas de contratación laboral.
Uno de los retos que enfrenta el IVM es el fortalecimiento de la educación en seguridad social y la importancia del ahorro a largo plazo, con el propósito de concienciar a las nuevas generaciones sobre los beneficios futuros de cotizar para la seguridad social.
También se ha hecho énfasis en la importancia de complementar, en la medida de las posibilidades, ese ingreso con recursos ahorrados provenientes de su esfuerzo a lo largo de su vida laboral.
Con estas nuevas opciones de financiamiento y las medidas que se propongan, una vez conocidos los resultados de la valuación actuarial externa y el apoyo de organismos especializados en sistemas de seguridad social, se espera fortalecer la sostenibilidad financiera a largo plazo, donde, además, se considera clave la participación y apoyo de los diferentes sectores sociales.
Solo con un trabajo dinámico y de monitoreo constante, como lo hemos hecho hasta ahora, podemos garantizar el pago de las pensiones a toda la población trabajadora costarricense. No hay vuelta de hoja, la ruta está trazada y, como dice Antonio Machado, “se hace camino al andar”.